El FBI acusa a Corea del Norte formalmente del ciberataque a Sony

El ataque inform¨¢tico masivo contra la multinacional Sony Pictures Entertainment ya es formalmente un caso de terrorismo internacional al que EE UU dar¨¢ una respuesta "proporcionada", seg¨²n dijo este viernes el presidente, Barack Obama. El FBI ha confirmado que Corea del Norte se encuentra detr¨¢s del ataque. "Contamos con informaci¨®n suficiente para concluir que el Gobierno norcoreano es el responsable de estos actos", ha resaltado la agencia norteamericana en un comunicado. El ataque masivo y las amenazas contra Sony ha tenido como consecuencia la retirada de una pel¨ªcula de 44 millones de d¨®lares, un precedente inquietante no solo para la seguridad corporativa, comprometida con una agresividad nunca vista antes, sino para la libertad de expresi¨®n, un aspecto en el que recuerda al caso de las vi?etas de Mahoma.

"Aunque el FBI ha visto muchas y variadas intrusiones inform¨¢ticas, la naturaleza destructiva de este ataque, junto con su naturaleza coercitiva, lo convierte en un caso aparte. Las acciones de Corea del Norte ten¨ªan la intenci¨®n de infligir un da?o significativo a una empresa de EE UU y censurar el derecho de los ciudadanos americanos a expresarse. Estos actos de intimidaci¨®n superan los l¨ªmites del comportamiento aceptable de un Estado", dice el comunicado de la agencia federal de investigaci¨®n.

Lo que comenz¨® como un ataque corporativo que afectaba a la reputaci¨®n de estrellas y ejecutivos de Hollywood, si bien sin precedentes por su escala y maliciosidad, tiene ahora consecuencias internacionales imprevisibles y "reafirma que las amenazas cibern¨¦ticas suponen uno de los peligros m¨¢s graves para la seguridad de Estados Unidos". Un grupo de hackers autodenominados Guardianes de la paz atac¨® los servidores de Sony en el 24 de noviembre, bloque¨® sistemas cr¨ªticos y borr¨® informaci¨®n. El 2 de diciembre, empez¨® a volcar toda esa informaci¨®n en Internet, haciendo un da?o incalculable a la reputaci¨®n y las finanzas de una multinacional que factura 8.000 millones de d¨®lares al a?o.

"Tenemos informaci¨®n para concluir que el Gobierno norcoreano es el responsable"

El ¨²ltimo escal¨®n de terror fue amenazar a principios de esta semana con ataques terroristas, con menci¨®n expresa al 11 de septiembre de 2001, contra todos los cines que proyectaran la pel¨ªcula La entrevista, una parodia sobre el r¨¦gimen de Corea del Norte en la que su l¨ªder, Kim Jong-un, es asesinado de forma grotesca. Las principales distribuidoras se tomaron en serio estas amenazas y cancelaron la proyecci¨®n de la pel¨ªcula. El martes, Sony decidi¨® cancelar sin fecha el estreno de La entrevista, previsto para el 25 de diciembre en EE UU, en una decisi¨®n sin precedentes en la industria que le ha supuesto ser acusada de ceder al chantaje terrorista.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recogi¨® el sentir de muchos cuando dijo este viernes en rueda de prensa que la decisi¨®n de Sony era "un error". Lo compar¨® con dejar de ir a un evento deportivo por la posibilidad de que haya ataques terroristas. El presidente dijo que le habr¨ªa gustado que la multinacional lo hubiera consultado con ¨¦l antes de tomar esta decisi¨®n. "No podemos tener una sociedad en la que un dictador de otra parte empiece a imponer la censura en Estados Unidos".

Tanto el FBI como los mayores expertos mundiales en ciberseguridad han seguido con atenci¨®n este ataque sin precedentes desde el minuto uno. Varios especalistas hab¨ªan examinado el programa maligno (malware) utilizado por los hackers y hab¨ªan concluido que ten¨ªa partes exactas al utilizado en marzo de 2013 en un asalto parecido, aunque sin el elemento de chantaje, contra la banca surcoreana. Se¨²l acus¨® p¨²blicamente a Corea del Norte de estar detr¨¢s de ese ataque.

"Las herramientas empleadas en el ataque guardan parecido con otro ataque ejecutado el pasado mes de marzo por Corea del Norte contra bancos y medios de comunicaci¨®n surcoreanos", asegura el FBI en un comunicado. La agencia norteamericana ha mostrado su preocupaci¨®n ante este ataque ¡ªen el que se desvelaron datos privados como sueldos y n¨²meros de la seguridad social de los empleados de Sony¡ª "destructivo y de naturaleza coercitiva". Es decir, seg¨²n el FBI, asociado al chantaje y a la extorsi¨®n y destinado a "infringir un da?o importante en una compa?¨ªa estadounidense y a suprimir el derecho de los ciudadanos estadounidenses a expresarse en libertad".

Entre las pruebas que se mencionan expresamente, los investigadores han hallado direcciones IP (el n¨²mero que identifica a cada ordenador conectado a internet) asociadas a Corea del Norte comunicadas con los ordenadores que efectuaron el ataque.

Kim Song, Un miembro de la delegaci¨®n de Corea del Norte en Naciones Unidas volvi¨® a negar este viernes la implicaci¨®n de su pa¨ªs en este caso, citado por la agencia France Presse.

Al tiempo que la agencia publicaba este comunicado, responsables del FBI citados de forma an¨®nima por medios estadounidenses aseguraron que la investigaci¨®n tambi¨¦n ha hallado una conexi¨®n con China. Los expertos en ciberseguridad siempre han destacado que el principal apoyo t¨¦cnico de Corea del Norte en casos de este tipo es China. Nada m¨¢s filtrarse la informaci¨®n, la Embajada china en Washington public¨® un comunicado en el que rechaza cualquier "activdad ilegal inform¨¢tica" y urge a la agencia a revelar las pruebas de esa supuesta conexi¨®n.

En la rueda de prensa, Obama ha asegurado que no hay pruebas que apunten a la participaci¨®n de un tercer pa¨ªs. El presidente descartaba as¨ª la implicaci¨®n de China, el ¨²nico aliado en la escena internacional que tiene Pyongyang.

La insistencia tanto de la Casa Blanca como del FBI en las consecuencias de este ataque para la libertad de expresi¨®n recogen la enorme inquietud, no solo en Hollywood, sino en el mundo empresarial en general, del peligroso precedente que se ha sentado con la decisi¨®n de Sony Pictures de no arriesgarse lo m¨¢s m¨ªnimo a que algo pudiera pasar en un cine durante la proyecci¨®n de su pel¨ªcula.