Un pa¨ªs de rodillas ante el crimen
La extorsi¨®n, la inseguridad, el reinicio del juicio a R¨ªos Montt y las deportaciones desde EE UU marcan el a?o guatemalteco
Tom¨¢s Pablo Ralios abandon¨® su pueblo natal del altiplano guatemalteco sin m¨¢s prop¨®sito que labrarse una vida digna. De su padre aprendi¨® dos cosas: el que trabaja para patr¨®n nunca dejar¨¢ de ser pobre, y que el comercio es una actividad digna que permite vivir bien.
Empez¨® vendiendo cigarros y golosinas en las calles de Ciudad de Guatemala cuando apenas ten¨ªa 10 a?os. Despu¨¦s logr¨® instalar un tenderete en un barrio en expansi¨®n, donde abundaban los obreros. Ayudado por sus hermanas que preparaban panes con frijoles, progres¨® r¨¢pidamente. Ahora es propietario de una tienda bien surtida en un barrio popular de la capital.
Pero sus sue?os se vieron truncados por una actividad que se ha convertido en una excelente fuente de ingresos para las mafias que mantienen al pa¨ªs de rodillas: la extorsi¨®n. Un mediod¨ªa cualquiera, mientras atend¨ªa su negocio, se le acerc¨® chaval de unos 16 a?os, quien le entreg¨® un tel¨¦fono m¨®vil. ¡°Si cumpl¨ªs con lo que te mandemos, no te va pasar nada. Si nos fall¨¢s o te quej¨¢s con la polic¨ªa, te matamos¡±. Media hora despu¨¦s recibi¨® el mensaje: semanalmente deber¨ªa entregar 500 quetzales (unos 65 d¨®lares) a la persona que lo buscar¨ªa en su tienda.
Han pasado tres a?os desde entonces y los extorsionistas le exigen ahora 100 d¨®lares semanales, a los que hay que sumar los dos salarios extraordinarios que la ley guatemalteca contempla para los trabajadores tanto de la iniciativa privada como del Estado: el Bono 14, a mitad de a?o, y el Aguinaldo Navide?o, el 15 de diciembre.
Y de que estas mafias cumplen con sus amenazas, no hay ninguna duda. Seg¨²n cifras de la organizaci¨®n humanitaria Grupo de Apoyo Mutuo (GAM), unos 600 ch¨®feres de autobuses del servicio p¨²blico, uno de los gremios m¨¢s castigados, han sido asesinados. En m¨¢s del 90% de los casos, porque los patronos no pagaron puntualmente la extorsi¨®n.
La impunidad ¨Csolo uno de cada 1.000 casos denunciados llega a sentencia, seg¨²n cifras oficiales¨C ha provocado que el entre sus v¨ªctimas se cuenten ya hasta las mujeres que viven de vender tortillas de ma¨ªz, el pan de los centroamericanos.
M¨¢s desalentador, si cabe, es que la mayor¨ªa de las extorsiones y de los cr¨ªmenes relacionados con esta actividad se ordenan desde los c¨¢rceles, sin que el Estado haya demostrado la m¨¢s m¨ªnima capacidad para ponerles fin. A esto se a?ade que las mafias utilizan a menores de edad como soldaditos de plomo tanto para cobrar el chantaje como para apretar los gatillos. En Guatemala, por disposici¨®n constitucional, los menores de edad, no pueden ser juzgados.
Otra de las angustias con que los guatemaltecos despiden el a?o 2014 son las deportaciones masivas desde Estados Unidos. Hasta el 30 de noviembre, 40.000 hab¨ªan sido expulsados por residir y trabajar al margen de las leyes migratorias. El extremo es de particular gravedad si se considera que las remesas de los migrantes (4.649 millones de d¨®lares hasta el 30 de octubre), constituyen el 10% del PIB, mientras que, a nivel familiar, significan la posibilidad de comprar comida, ropa y pagar los estudios de los ni?os. Sin olvidar que para los que regresan a este pa¨ªs no ofrece ninguna posibilidad de empleo con salarios medianamente dignos.
Parte importante del dinero recibido se invierte en la construcci¨®n de viviendas, algunas veces con ribetes simp¨¢ticos, como poder contemplar, perdidas en las monta?as, r¨¦plicas m¨¢s o menos acertadas de la Casa Blanca.
As¨ª las cosas, y cuando lo que est¨¢ en juego es llevar el pan a la mesa de los hijos, el hombre de la calle, desencantado con una clase pol¨ªtica que s¨®lo llega al poder para enriquecerse, pasa de temas que han ocupado las portadas de los peri¨®dicos, como el reinicio inminente del juicio por genocidio en contra del exdictador Efra¨ªn R¨ªos Montt, la pr¨®xima sentencia en contra de Pedro Garc¨ªa Arredondo, el jefe de la polic¨ªa que entr¨® a sangre y fuego a la Embajada de Espa?a el 31 de enero de 1980, o la cooptaci¨®n de las instituciones del Estado por parte del crimen organizado.
Tambi¨¦n camina, indiferente, ante las elecciones generales del oto?o de 2015, porque no ve en las propuestas actuales ninguna alternativa real de cambio, o que se hable de Guatemala como un pa¨ªs a las puertas de ser considerado un Estado fallido. Solo intenta trabajar en paz y no morir asesinado en el intento.
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