Obama recluta apoyos en la derecha para la reconciliaci¨®n con Cuba
El presidente estadounidense encuentra amplia cobertura pol¨ªtica para el giro hacia la isla
El presidente Barack Obama no dio un salto al vac¨ªo cuando la semana pasada anunci¨® la normalizaci¨®n de las relaciones de Estados Unidos con Cuba. Contaba con amplio apoyo en su partido, el dem¨®crata. Y sab¨ªa que, para las nuevas generaciones de cubanoamericanos, el embargo comercial tiene cada vez menos sentido y la reconciliaci¨®n ha dejado de ser un tab¨².
Entre quienes en EE UU aplauden la iniciativa de Obama, se encuentran adem¨¢s algunos de sus cr¨ªticos m¨¢s feroces, desde pol¨ªticos del ala derecha del Partido Republicano a grupos de presi¨®n que llevan a?os dedicados a socavar el programa del presidente.
¡°No puedes permitir que la amargura gobierne una pol¨ªtica exterior, aunque esta amargura sea leg¨ªtima¡±, escribe en The Wall Street Journal Peggy Noonan, una de las columnistas conservadoras m¨¢s agudas en sus ataques a Obama. Noonan, que en los a?os ochenta escribi¨® algunos de los mejores discursos de Ronald Reagan, alude a la ¡°amargura¡± de las viejas generaciones de exiliados, que hasta ahora han condicionado la pol¨ªtica de la primera potencia mundial hacia la isla caribe?a.
La p¨¢gina editorial de The Wall Street Journal, biblia del libre mercado y del conservadurismo, cuestion¨® los motivos del presidente pero record¨® que hace 20 a?os el diario ya pidi¨® el levantamiento del embargo comercial.
El pragmatismo y la realpolitik, una doctrina asociada hist¨®ricamente al conservadurismo, son el denominador com¨²n de quienes apoyan el giro hacia Cuba. ?stos constatan que m¨¢s de medio siglo de Guerra Fr¨ªa y embargo comercial no han funcionado, que han sido in¨²tiles para derrocar a los Castro y propiciar la democratizaci¨®n y el respeto de los derechos humanos.
Figuras emergentes republicanas como Rand Paul aplauden la decisi¨®n
Otro factor explica el apoyo conservador a Obama: la defensa del libre mercado y el libre comercio, lo que en Europa se llamar¨ªa el liberalismo econ¨®mico. Las restricciones al comercio y a los viajes son, a fin de cuentas, frenos al flujo de mercanc¨ªas y capitales.
La realpolitik y el libre mercado confluyen en otro argumento: el del inter¨¦s de las empresas norteamericanas. Ninguna quiere quedarse rezagada cuando la suculenta isla se abra al capitalismo. Las firmas europeas, asi¨¢ticas y latinoamericanas les sacan ventaja.
De ah¨ª que dos de los lobbies m¨¢s activos en favor del deshielo sean la C¨¢mara de Comercio de EE UU y la Federaci¨®n de Oficinas Agr¨ªcolas Americanas. La primera es el principal lobby empresarial, enfrentado a Obama en cuestiones como la reducci¨®n de las emisiones contaminantes y la reforma sanitaria. La segunda es el lobby rural, y su aplauso al presidente refleja la esperanza de que la nueva etapa permita aumentar las exportaciones de productos agr¨ªcolas. No es casualidad que sea en el Medio Oeste, el granero de EE UU, donde la iniciativa del presidente cuente con mayores complicidades.
El Congreso evitar¨¢ levantar el embargo antes del fin del mandato, en 2017
?Significan estos apoyos que Obama lo tendr¨¢ f¨¢cil para imponer el acercamiento a La Habana? No. Obama puede reanudar las relaciones diplom¨¢ticas, sacar a Cuba de la lista de pa¨ªses que patrocinan el terrorismo y facilitar los viajes y el comercio. Pero el Congreso posee la llave del embargo comercial. Y no parece dispuesto a levantarlo en lo que le queda a Obama de mandato, hasta enero de 2017.
Las voces de los legisladores de origen cubano han sido estos d¨ªas las que m¨¢s se han escuchado: todos, republicanos y dem¨®cratas, en contra de Obama. En las ¨²ltimas d¨¦cadas el Congreso ha delegado en ellos buena parte de las decisiones sobre Cuba. Es posible que esto tambi¨¦n cambie.
Tan llamativo como las declaraciones de senadores como el republicano Marco Rubio o el dem¨®crata Bob Men¨¦ndez es el silencio de la mayor¨ªa de legisladores, muchos procedentes de Estados y distritos que aspiran a beneficiarse del giro.
Otros hablan claro. Como el senador Jeff Flake, un hombre de la ¨®rbita del movimiento populista Tea Party que, sin embargo, ha sido uno de los aliados m¨¢s eficaces de la Casa Blanca en el a?o y medio de negociaciones con Cuba. Otras figuras emergentes de la derecha, como el senador republicano Rand Paul, tambi¨¦n han aplaudido al presidente. Paul, como Rubio, sopesa presentarse a suceder a Obama en la Casa Blanca. Cuba se ha infiltrado en la campa?a presidencial.
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