Todos somos Charlie

Francia, conmocionada, descubre que se encuentra unida. Azotada por el horror b¨¢rbaro, glacial, de la ejecuci¨®n a sangre fr¨ªa de 10 colaboradores de Charlie Hebdo y dos polic¨ªas el pasado mi¨¦rcoles en Par¨ªs, esta naci¨®n a la que le gusta contemplarse sin descanso en su propio espejo ha reaccionado con una contundencia y una determinaci¨®n de las que se cre¨ªa incapaz.

Los caricaturistas fallecidos encarnaban desde hace d¨¦cadas la irreverencia, la libertad de criticar a golpe de l¨¢piz el orden establecido, a los pol¨ªticos y a los ricos que fuman puros, al Papa y a la reina de Inglaterra, a los imb¨¦ciles, a los fan¨¢ticos de toda condici¨®n y, en consecuencia, desde hace alg¨²n tiempo, a los islamistas barbudos que peri¨®dicamente los amenazaban. ¡°?Qu¨¦ duro es ser amado por gilipollas!¡±, se lamentaba Mahoma, tap¨¢ndose la cara con las manos, en uno de los dibujos m¨¢s c¨¦lebres de Cabu. Data de febrero de 2006, cuando el semanario decidi¨® retomar las caricaturas de un diario dan¨¦s amenazado por una fetua. En aquel entonces, se alzaron algunas voces en Francia cuestionando el derecho a la libertad de expresi¨®n, invocando los l¨ªmites del decoro que se deb¨ªa observar ante la fe, fuese la que fuese. Hoy nadie piensa en eso. Todos somos Charlie. Reunidos en Par¨ªs y por todo el resto del pa¨ªs, los franceses han recuperado su br¨ªo. Aplauden al mismo tiempo a los periodistas y a los polic¨ªas asesinados, a los humoristas y a sus guardianes, la protesta y el orden, indispensables tanto la una como el otro en una democracia.

La clase pol¨ªtica les ha seguido. El presidente de la Rep¨²blica ha recibido a los principales dirigentes, empezando por Nicolas Sarkozy, su predecesor, e incluso a Marine Le Pen. Duelo nacional y uni¨®n sagrada; el cemento ha aguantado 24 horas. Las primeras grietas han aparecido en el Partido Socialista. ?Es necesario incluir al Frente Nacional en la comitiva ¡°republicana¡± que recorrer¨¢ Par¨ªs el domingo por la tarde y que se parecer¨¢ sin duda a un monstruo multitudinario? La presidenta del partido de extrema derecha ha denunciado inmediatamente esa especie de mascarada. Pero la emoci¨®n colectiva es tan intensa que va a silenciar por una vez las disonancias pol¨ªticas. El domingo, tal como exige la uni¨®n nacional, la manifestaci¨®n estar¨¢ abierta a todos, por encima de etiquetas y obediencias.

En cuanto a los analistas, los mismos que cada d¨ªa daban rienda suelta a su pesimismo, disertando hasta el infinito sobre el declive del pa¨ªs y el fin del universalismo franc¨¦s, resucitan de repente a Voltaire y proclaman que la Rep¨²blica vencer¨¢.

?Cu¨¢l es, entonces, el enemigo? En una cultura en la que las palabras tienen tanto peso que f¨¢cilmente sirven como soluci¨®n, va a ser necesario nombrarlo sin darle el privilegio exclusivo al Frente Nacional: se trata sin duda del islamismo radical, ese c¨¢ncer yihadista que recluta a j¨®venes en paro en las periferias francesas, hijos franceses de una inmigraci¨®n mal asimilada, musulmanes descarriados de una religi¨®n que Francia, laica y orgullosa de serlo, tiene dificultades para integrar de acuerdo con sus propias normas.

¡°?Soy musulm¨¢n y soy Charlie!¡±: es el m¨¢s bello eslogan que pudimos ver en Par¨ªs en el momento en que todos aplaud¨ªamos a nuestros amigos muertos.

Traducci¨®n de News Clips.