La soledad de una revista pese al ¡°Yo soy Charlie¡±
Dibujantes de la publicaci¨®n sat¨ªrica se preguntan si la oleada de solidaridad que viven se prolongar¨¢
Millones de franceses se lanzaron el domingo a las calles en una movilizaci¨®n hist¨®rica, sin precedentes en este pa¨ªs. El mi¨¦rcoles, la revista sat¨ªrica Charlie Hebdo tiene previsto sacar a la calle tres millones de ejemplares de un n¨²mero que seguir¨¢ con el esp¨ªritu combativo, con su humor que no admite compromisos. Sin embargo, muchos se preguntan qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s, si la revista sat¨ªrica volver¨¢ a la soledad en la que viv¨ªa los ¨²ltimos a?os durante los que se apagaba lentamente por falta de lectores y de apoyos antes de sufrir el peor atentado que ha padecido Francia desde la II Guerra Mundial, que cost¨® la vida a 12 personas, entre ellas sus principales dibujantes.
"La emoci¨®n no debe impedir que seamos l¨²cidos. Sentimos con claridad c¨®mo, detr¨¢s del escudo del sentimiento democr¨¢tico, comienza a nacer la divisi¨®n", escribi¨® en un editorial Laurent Joffrin, el director de Lib¨¦ration, el diario que ha acogido a los supervivientes de la matanza para preparar el n¨²mero extraordinario de la revista. "A una parte de la opini¨®n p¨²blica no le gustaba Charlie. En algunos lugares, no se ha respetado el minuto de silencio por las burlas sobre Mahoma. A la ultraderecha tampoco le gustaba Charlie por la libertad", prosigue.
La dibujante de origen liban¨¦s Zeina Abirached, instalada en Par¨ªs desde hace a?os, lo dice con otras palabras: "Me acuerdo de los movimientos de unidad nacional incre¨ªbles en L¨ªbano tras el asesinato de Hariri, en 2005, y que nos hicieron so?ar con una solidaridad nacional s¨®lida y definitiva... que no resisti¨® el paso del tiempo; me acuerdo tambi¨¦n del asesinato del periodista Samir Kassir, en cuya memoria se celebr¨® el domingo un encuentro en Beirut en apoyo de los periodistas de Charlie Hebdo. S¨®lo el futuro nos dir¨¢ c¨®mo van a evolucionar las cosas en Francia pero est¨¢ claro que tendremos que continuar luchando por la libertad de expresi¨®n y el derecho al humor".
Las palabras de Joffrin y Abirached reflejan el temor de los propios dibujantes de la revista, que en las pocas declaraciones p¨²blicas que han realizado tras el shock de la matanza han mostrado su escepticismo. No se trata s¨®lo del peligro de que la unidad pol¨ªtica de todos los partidos franceses menos el Frente Nacional se desvanezca en horas, todo el mundo cree que el ¨¢cido combate partidista est¨¢ a punto de volver a ocupar la vida p¨²blica, sino que, m¨¢s all¨¢ de la indudable solidaridad, el problema es que el humor de Charlie tiene tantos detractores como partidarios y, sobre todo, cada vez ten¨ªa menos lectores.
En unas encendidas declaraciones, el dibujante de Charlie Willem, seud¨®nimo de Bernard Holtrop, de 73 a?os, expres¨® su descreimiento. "Ahora tenemos muchos nuevos amigos, como el Papa, la reina de Inglaterra o Putin. Nos re¨ªmos mucho con todo eso", declar¨® al diario holand¨¦s Volkskrant en palabras recogidas por la prensa francesa. "Es una revista subversiva que no debe ser recuperada por nuestros adversarios pol¨ªticos. Sarkozy no llora nuestra suerte. Son l¨¢grimas de cocodrilo", agreg¨®. Renald Luzier, Luz, otro dibujante de la revista que salv¨® la vida porque lleg¨® tarde a la reuni¨®n de la redacci¨®n el d¨ªa de la tragedia y que es autor de la portada del hist¨®rico n¨²mero que saldr¨¢ este mi¨¦rcoles en la que aparece Mahoma con el cartel de "Yo soy Charlie", ha dicho al magazine Les Inrockuptibles sentirse muy inc¨®modo por la carga simb¨®lica que se trata de dar a los dibujos. "Representa todo aquello contra lo que Charlie Hebdo ha luchado siempre: destruir los s¨ªmbolos, acabar con los tab¨²s... Es formidable que la gente nos apoye, pero es una contradicci¨®n con lo que los dibujos de Charlie representan".
Quiz¨¢s con la excepci¨®n de Le Canard Enchain¨¦, otra revista sat¨ªrica extremadamente ca¨²stica, Charlie no ten¨ªa parang¨®n y su militancia antirreligiosa, que se aceler¨® desde la crisis de las vi?etas de Mahoma en 2005, no ten¨ªa l¨ªmite, ni dejaba fuera a ninguna confesi¨®n. Era criticada a menudo por pol¨ªticos franceses por su virulencia y viv¨ªa una situaci¨®n financiera cada vez m¨¢s precaria. En noviembre, hab¨ªan lanzado un llamamiento porque, con un media de 60.000 ejemplares y sin subvenciones ni publicidad para salvaguardar su independencia, consideraban que su supervivencia estaba en peligro. "?Por qu¨¦ estaban tan solos?", se titula el reportaje principal del n¨²mero especial de la revista Marianne tras la matanza. "?De qu¨¦ han muerto nuestros amigos de Charlie Hebdo? Del odio de sus asesinos, sin duda. Pero no solamente. Tambi¨¦n han muerto a causa de su gran soledad. Cada d¨ªa estaban m¨¢s solos en la primera l¨ªnea de la defensa de la libertad de expresi¨®n. Combat¨ªan sin mucho apoyo. Fueron abandonados a una amenaza creciente, progresiva, previsible, que s¨®lo la valent¨ªa no era suficiente para desactivar".
La oleada de solidaridad ha despertado un debate sobre la libertad de expresi¨®n que se pod¨ªa resumir en que una cosa es respaldar a un medio de comunicaci¨®n que ha sufrido un crimen abyecto y otra, diferente, es apoyar lo que ese medio de comunicaci¨®n hac¨ªa. El dibujante estadounidense Joe Sacco, autor de alguno de los c¨®mics m¨¢s influyentes de los ¨²ltimos a?os, plante¨® este problema en una plancha ampliamente reproducida en la que reflexionaba sobre el derecho a ofender. "?Puedo dibujar a un negro como un mono que se cae de una rama con un pl¨¢tano en la mano. De hecho, acabo de hacerlo. Tengo derecho a ofender ?no?". El autor de Gorazde o Notas al pie de Gaza, no llega a ninguna conclusi¨®n; pero pone el problema sobre la mesa. De hecho, recuerda que Charlie despidi¨® al columnista Maurice Sinet por escribir una columna que consideraban antisemita.
Yo soy Charlie se ha convertido en un movimiento de masas, en la etiqueta de Twitter m¨¢s difundida y ha logrado reunir detr¨¢s de una idea a millones de franceses pero,?Yo no soy Charlie, tambi¨¦n ha tenido muchos partidarios, incluso entre aquellos que se lanzaron el domingo a las calles de Francia. Luz se preguntaba en la misma entrevista de Les Inrockuptibles: "?Qu¨¦ quedar¨¢, dentro de un a?o, de este gran impulso m¨¢s bien progresista sobre la libertad de expresi¨®n? ?Van a ayudar de alguna forma a la prensa? ?Va a oponerse la gente al cierre de diarios? ?Seguir¨¢n existiendo quioscos? Tal vez quede algo, tal vez nada. Ya veremos".
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