¡°Los atacantes han fracasado rotundamente¡±
El semanario Charlie Hebdo vuelve a estar hoy en los quioscos despu¨¦s del brutal ataque sufrido hace una semana. Las noticias que tenemos es que a estas horas ya est¨¢n pr¨¢cticamente vendidos los tres millones de ejemplares que se han puesto en circulaci¨®n y que en algunos puntos de venta ha habido colas para comprar el peri¨®dico, que se ha agotado en algunos casos antes de las ocho de la ma?ana. Todo esto demuestra, entre otras cosas, que los atacantes han fracasado rotundamente.
Nosotros, en EL PA?S, hemos querido acompa?ar ese momento de alguna forma. Lo hemos hecho incluyendo en un lugar destacado de nuestra edici¨®n de hoy dos p¨¢ginas completas del n¨²mero de Charlie Hebdo que hoy se vende en Francia. Esta es una iniciativa a la que nos hemos sumado varios peri¨®dicos de todo el mundo y con la que, como decimos en nuestro editorial de hoy, tratamos de demostrar que ¡°nos importa m¨¢s la convivencia en las sociedades plurales que compartir m¨¢s o menos la l¨ªnea ¨¦tica o est¨¦tica de un semanario¡±.
Y hemos querido tambi¨¦n acompa?ar a los compa?eros de Charlie Hebdo en este d¨ªa con este peque?o acto de recuerdo a los muertos, de solidaridad con todo el equipo de la revista al que nos sentimos hoy tan unidos y, por supuesto, esto es un acto tambi¨¦n de reivindicaci¨®n de la libertad de expresi¨®n. Esto es un peri¨®dico y la libertad de expresi¨®n, que muchos damos por descontado sin reparar en las amenazas que constantemente existen, es el combustible que nos permite trabajar cada d¨ªa.
Para El PA?S, que fue objeto en el pasado de un ataque terrorista de otro signo ideol¨®gico en el que muri¨® uno de nuestros trabajadores, es particularmente sencillo encontrar razones de solidaridad con nuestros colegas franceses. Conocemos de cerca la resoluci¨®n cruel y ciega de los fan¨¢ticos y sabemos de su intolerancia hacia la cr¨ªtica.
Quiero referirme sin embargo a una raz¨®n m¨¢s inmediata y sencilla por la que celebramos este acto y nos solidarizamos con Charlie Hebdo. Es una publicaci¨®n muy distinta a la nuestra ¨Cya me gustar¨ªa que pudi¨¦ramos hacer re¨ªr a nuestros lectores de vez en cuando- , Charlie Hebdo es una publicaci¨®n que utiliza otro lenguaje y va dirigida a otro p¨²blico. Pero sabemos que de su existencia depende la nuestra, sabemos que de su libertad depende nuestra libertad. Al intentar silenciarlos, trataron de silenciarnos a nosotros tambi¨¦n. Y al matarlos, mataron algo de nosotros tambi¨¦n.
Vivimos tiempos inciertos en los que lo correcto se hace con frecuencia resbaladizo, es dif¨ªcil de identificar y de asumir. Todo se hace a veces muy confuso, y nos sumergimos con mucha frecuencia en dudas y relativismos. Es comprensible. Por un lado, las cosas ocurren a un ritmo vertiginoso y no es f¨¢cil acertar, no es f¨¢cil situarse donde hay que estar. Por otro, en el mundo se desarrollan fen¨®menos como la emigraci¨®n o la transformaci¨®n tecnol¨®gica, que est¨¢n produciendo sociedades muy complejas en las que se convive con realidades dif¨ªciles de entender.
Pero hay ocasiones en las que no hay espacio para la duda. Cuando dos fan¨¢ticos entran en la redacci¨®n de un peri¨®dico y matan a sus periodistas por lo que escriben, dibujan o fotograf¨ªan, no se puede dudar. No caben preguntas. Cualquier duda, cualquier pregunta puede ser el comienzo de una justificaci¨®n.
Por eso hemos convocado este acto, porque hoy no tenemos dudas, porque como publicamos hoy en nuestra p¨¢gina, EL PA?S est¨¢ con Charlie Hebdo.
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