M¨¢s de seis millones de personas asisten a la misa del Papa en Manila
Francisco bate la marca de p¨²blico asistente en la historia de los viajes pontificios
En Manila, justo antes de que m¨¢s de seis millones de personas asistieran bajo la lluvia a la misa que clausur¨® su viaje por Sri Lanka y Filipinas ¨Cel segundo por Asia desde que fue elegido papa--, Francisco se qued¨® sin palabras cuando Glyzelle Palomar, una ni?a de 12 a?os rescatada de los m¨¢s terribles abusos de la calle, le pregunt¨® entre l¨¢grimas: ¡°Hay muchos ni?os abandonados por sus propios padres, v¨ªctimas de muchas cosas terribles como la droga o la prostituci¨®n. ?Por qu¨¦ Dios permite estas cosas, aunque no sea culpa de los ni?os? ?Por qu¨¦ son tan pocos los que nos vienen a ayudar?¡±. El Papa, abraz¨¢ndola, no tuvo m¨¢s remedio que admitir: ¡°Has hecho la ¨²nica pregunta que no tiene respuesta¡±.
No es la primera vez que, ante la dureza inesperada de un testimonio, Jorge Mario Bergoglio no se siente con fuerzas de soltar sin m¨¢s el discurso que llevaba preparado, guarda los papeles y se enfrenta a la situaci¨®n a cuerpo gentil. Tambi¨¦n en la isla italiana de Cerde?a, al poco de ser elegido papa, Francisco se sinti¨® conmovido al escuchar las palabras de un desempleado que le confes¨® haber perdido la esperanza. Bergoglio, en vez de recetarle una oraci¨®n, hilvan¨® un alegato contra la situaci¨®n econ¨®mica mundial: ¡°?Trabajo, trabajo y trabajo! El actual sistema econ¨®mico nos est¨¢ robando la dignidad, llev¨¢ndonos a la tragedia¡±.
En la capital de Filipinas, ante el llanto de Glyzelle Palomar, el Papa a?adi¨®: ¡°Ella hoy ha hecho la ¨²nica pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con l¨¢grimas. Solo cuando seamos capaces de llorar sobre las cosas que has dicho seremos capaces de responder a tu pregunta: ?por qu¨¦ los ni?os sufren? Al mundo de hoy le falta la capacidad de llorar. Lloran los marginados, los que han sido dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida m¨¢s o menos sin necesidades no sabemos llorar. Y hay ciertas realidades de la vida que solo se ven con los ojos limpios por las l¨¢grimas. Cada uno se tiene que preguntar: ?soy capaz de llorar ante un ni?o hambriento, drogado, sin casa, abusado, usado como esclavo¡?¡±.
La segunda visita de Francisco a Asia ¨Cel pasado mes de agosto visit¨® Corea¡ªse cerr¨® con una misa que, seg¨²n los datos que las autoridades filipinas suministraron al Vaticano, se convirti¨® en el evento m¨¢s multitudinario de la historia de los viajes papales. Si en 1995 Juan Pablo II logr¨® reunir en Manila a unos cinco millones de personas, ahora los c¨¢lculos se sit¨²an entre los seis y los siete millones. Y ello a pesar de que no ha dej¨® de llover en los ¨²ltimos d¨ªas, la amenaza de un tif¨®n hizo que el Papa acortara su visita a Tacoblan ¨Cdonde una joven voluntaria result¨® muerta al desplomarse un andamio¡ªy siempre estuvo presente el riesgo de un atentado terrorista. Durante la misa, el Papa reivindic¨® el papel de la mujer en la sociedad: ¡°Muchas veces somos machistas. Una mujer es capaz de ver las cosas con otros ojos, con una mirada diferente¡±.
Bergoglio recorre la periferia de la Iglesia
Lo de su apuesta por la periferia iba en serio. Salvo el de Estrasburgo ¡ªadonde acudi¨® para cantarle las cuarenta a los pol¨ªticos europeos¡ª, el papa Francisco todav¨ªa no ha pisado moqueta en sus viajes. Los destinos que ¨¦l ha escogido ¡ªel viaje a R¨ªo de Janeiro ya estaba programado por Benedicto XVI¡ª siempre han sido, tanto dentro como fuera de Italia, a lugares donde la vida o el cristianismo navegan con el viento en contra. En Italia ha ido a Cerde?a para acercarse al mundo de la crisis, a Lampedusa para abrazar a los inmigrantes y a quienes les dan cobijo, y a Calabria para excomulgar a la terrible 'Ndrangheta. Los viajes al extranjero (Albania, Corea, Turqu¨ªa, Sri Lanka¡) tambi¨¦n han querido poner el foco de su atracci¨®n medi¨¢tica all¨¢ donde el catolicismo es minoritario o incluso hist¨®ricamente perseguido. Bergoglio quiere que la diplomacia vaticana ejerza un papel mediador con otras religiones para intentar allanar la soluci¨®n a los conflictos. De ah¨ª su viaje a Tierra Santa ¡ªpor ahora est¨¦ril¡ª y su mediaci¨®n ¡ªesta s¨ª, exitosa¡ª entre EE UU y Cuba. El padre Prasad Harshan, p¨¢rroco de la comunidad de Sri Lanka en Roma y estudiante de comunicaci¨®n institucional en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, asegura que la visita a su pa¨ªs de Francisco demuestra hasta qu¨¦ punto el Papa ¡°est¨¢ tambi¨¦n pendiente de las cosas peque?as, de los pa¨ªses peque?os que sufren y a los que nadie presta atenci¨®n¡±.
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