Rebeldes Huthi y fuerzas leales se enfrentan en la capital de Yemen
La ministra yemen¨ª de Informaci¨®n habla de un intento de golpe y acusa al expresidente Saleh de alentar el caos
San¨¢, la capital de Yemen, se ha sumido este lunes en el caos cuando los rebeldes Huthi, que desde septiembre tutelan el Gobierno, se han enfrentado con soldados leales en las cercan¨ªas del Palacio Presidencial. El estallido, que pone de relieve la fragilidad del proceso de transici¨®n apadrinado por la comunidad internacional, ha sido calificado de ¡°paso hacia el golpe¡± de Estado por la ministra de Informaci¨®n, Nadia Sakkaf. Aunque los combates han remitido por la tarde, la situaci¨®n pol¨ªtica segu¨ªa muy confusa, con el control de la ciudad divido entre tres grupos distintos y la sospecha de que el expresidente Ali Abdal¨¢ Saleh est¨¢ agitando la situaci¨®n para recuperar el poder.
¡°No hemos podido trabajar; los combates han paralizado la ciudad¡±, explicaba por tel¨¦fono desde San¨¢ Mohamed al O., un empleado que hab¨ªa regresado a su casa asustado por el intercambio de artiller¨ªa.
El hasta ahora mayor desaf¨ªo de los rebeldes a la autoridad del presidente Abdrabbo Mansur Hadi se inici¨® a primera hora de la ma?ana cuando bombardearon los alrededores del Palacio Presidencial. Se trat¨® de un gesto simb¨®lico, ya que Hadi s¨®lo acude all¨ª a trabajar y mantiene el mismo domicilio que cuando era vicepresidente, en la calle Sesenta, un poco m¨¢s al noroeste. Pero fue suficiente para sembrar el caos en una ciudad con los nervios a flor de piel.
Al parecer, los Huthi respond¨ªan as¨ª al ultim¨¢tum para que liberaran?al secretario del Gabinete de Hadi, Ahmed Awad Bin Mubarak, a quien secuestraron el s¨¢bado para desbaratar una reuni¨®n sobre el borrador de la nueva Constituci¨®n que rechazan. Al d¨ªa siguiente, Hadi pidi¨® al Ej¨¦rcito que defendiera San¨¢, mientras los l¨ªderes tribales de la provincia de Shabwa, de donde es originario Bin Mubarak, amenazaran con interrumpir la extracci¨®n de petr¨®leo.
Los Huthi, como son popularmente conocidos los miembros de Ansarullah (Partidarios de Dios), reclaman desde hace una d¨¦cada m¨¢s derechos para la minor¨ªa chi¨ª zayd¨ª que se concentra en el norte del pa¨ªs y dicen representar. El pasado septiembre extendieron su protesta a la capital con el pretexto de la lucha contra la corrupci¨®n. Desde entonces, sus milicianos han avanzado por el centro y oeste del pa¨ªs, despertando las suspicacias de la mayor¨ªa sun¨ª. Aunque han evitado entrar en el Gobierno, reclaman integrarse en las fuerzas de seguridad, algo que Hadi rechaza.
¡°Es un paso hacia un golpe [de Estado]¡±, declaraba Sakkaf en referencia a los combates, que seg¨²n Reuters dejaron al menos cinco muertos y una veintena de heridos.
De inmediato, Hadi convoc¨® una reuni¨®n de urgencia en su casa. El representante Huthi, identificado s¨®lo como Summad, dio su acuerdo a un alto el fuego y la formaci¨®n de un comit¨¦ de verificaci¨®n. Sin embargo, los rebeldes aprovecharon la confusi¨®n general para tomar la televisi¨®n estatal y la agencia oficial de noticias, Saba. Adem¨¢s, a la salida de esa cita, tanto el convoy del primer ministro, Jaled Bahah, como el de Summad fueron atacados.
¡°El ataque a ambos significa que hay una tercera parte que se est¨¢ beneficiando del caos¡±, tuiteaba Sakkaf quien apuntaba a ¡°guardias republicanos afiliados con el r¨¦gimen anterior¡±. La ministra hab¨ªa responsabilizado con anterioridad a Ahmed Ali, el hijo del expresidente Saleh, quien fue obligado a retirarse tras las revueltas populares de 2011.
No es la ¨²nica que tiene esas sospechas. Analistas y observadores consideran que el paseo triunfal de los milicianos de Ansarullah sobre San¨¢ hubiera sido imposible sin la cooperaci¨®n de militares afines. Parte del Ej¨¦rcito sigue manteniendo lealtad a Saleh, un zayd¨ª que durante su mandato libr¨® seis guerras contra los Huthi, pero que a quien ahora muchos ven manipulando la situaci¨®n para ofrecerse como soluci¨®n al caos. El problema se complica a¨²n m¨¢s debido a la asociaci¨®n de los Huthi con Ir¨¢n, lo que alienta los recelos de la vecina Arabia Saud¨ª, hasta ahora el principal apoyo financiero de Yemen.
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