?Qu¨¦ es el discurso sobre el estado de la Uni¨®n?
Los presidentes comparecen a principios de a?o ante el Congreso para delinear sus pr¨®ximas medidas de Gobierno
El presidente Obama ofrecer¨¢ este martes su discurso sobre el estado de la Uni¨®n, una comparecencia que ha servido hist¨®ricamente a los mandatarios para defender su labor de los meses anteriores y anunciar las principales medidas que pretende abordar en el curso. El discurso es, adem¨¢s, una de las pocas comparecencias en las que el presidente puede contar con niveles de audiencia m¨¢ximos en televisi¨®n. No hay acto de campa?a ni evento con ciudadanos ni rueda de prensa con un alcance equiparable.
El evento pol¨ªtico m¨¢s visto del a?o, todos los a?os, tom¨® esta forma desde que el presidente Woodrow Wilson decidi¨® abandonar la tradici¨®n de enviar su informe sobre el estado de la naci¨®n al Congreso, para cont¨¢rselo en persona. El acto re¨²ne en el Capitolio a los miembros de la C¨¢mara de Representantes y el Senado, a los jueces del Tribunal Supremo, los altos mandos del Ej¨¦rcito y el gabinete de Gobierno. Solo falta una persona, un secretario de la administraci¨®n es designado como ¡°superviviente¡± y debe seguir el discurso desde otro lugar y poder asumir el mando en el caso de que ocurra una cat¨¢strofe.
Ning¨²n otro acto re¨²ne a la ¨¦lite del poder ejecutivo, legislativo, judicial y militar en un mismo recinto. La llegada del presidente desde la Casa Blanca hasta el Capitolio tras recorrer la Avenida Pennsylvania, es anunciada de viva voz por el Sargento de Armas de la C¨¢mara, narrada en directo por televisi¨®n y recibida con aplausos un¨¢nimes. Los legisladores esperan adem¨¢s al mandatario en el pasillo de la C¨¢mara, aguardando una oportunidad para estrecharle la mano. El presidente recibe entonces el saludo de su vicepresidente y el portavoz de la C¨¢mara de Representantes, las dos ¨²nicas personas que le acompa?an desde el podio.
A partir de ah¨ª, Obama como sus predecesores, aprovechar¨¢ la siguiente hora para examinar el estado de la econom¨ªa estadounidense, as¨ª como los principales asuntos que afectan a sus ciudadanos, y delinear las medidas que quiere adoptar en los pr¨®ximos meses. Su comparecencia se entiende tambi¨¦n como un acto de presentaci¨®n ante los legisladores, encargados de redactar y aprobar las normativas defendidas por Obama. El presidente cuenta con menos apoyos en el Capitolio que nunca, ya que el pasado 6 de enero el Partido Republicano estren¨® mayor¨ªa en las dos C¨¢maras gracias a las victorias electorales de 2014.
Esta mayor¨ªa ya ha impedido en el pasado que Obama pueda contar con la aprobaci¨®n de algunas de sus grandes reformas, por lo que el discurso, como ocurri¨® el a?o pasado, tambi¨¦n puede servir para comunicar a los legisladores que el presidente quiere actuar sin ellos y legislar¨¢ por decreto. Este es el caso de algunas de las medidas anunciadas por Obama en 2014, como la reforma migratoria, o el proyecto para cubrir las matr¨ªculas universitarias de estudiantes sin recursos, como har¨¢ este martes.
El discurso tiene por tradici¨®n m¨¢s protagonistas que el presidente. La Casa Blanca, en colaboraci¨®n con la oficina de la primera dama, elige cada a?o a m¨¢s de una decena de ciudadanos que ponen cara al momento que atraviesa el pa¨ªs. Todos ellos se sientan en la noche del tercer martes de enero en el palco de la primera dama para escuchar al presidente. En esta ocasi¨®n, los elegidos son, entre otros, varios ciudadanos que escribieron cartas a Obama para pedirle ayuda o darle las gracias por haberse beneficiado de reformas como la del sistema sanitario, una estudiante indocumentada que ya no teme por su deportaci¨®n, un astronauta, dos ejecutivos, un veterano del Ej¨¦rcito o un capit¨¢n del cuerpo de polic¨ªa del sur de Los ?ngeles.
Poco despu¨¦s de finalizar el discurso, un miembro del partido en la oposici¨®n, republicano en este caso, dar¨¢ la r¨¦plica al presidente con su visi¨®n de las propuestas. Esa oportunidad ha servido en anteriores ocasiones para representar la divisi¨®n entre los republicanos y el Tea Party, que ofreci¨® su propia respuesta a Obama en varias ocasiones. El senador de Florida, el republicano Marco Rubio, que tuvo que interrumpir su intervenci¨®n para beber agua ante las c¨¢maras hace dos a?os, tambi¨¦n demostr¨® que cualquier an¨¦cdota puede robarle protagonismo a uno de los discursos m¨¢s esperados, analizados y diseccionados de cualquier presidente.
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