Grecia vota entre el miedo y la esperanza
Diez millones de griegos est¨¢n convocados hoy a las urnas en unos comicios hist¨®ricos para el futuro del pa¨ªs y de toda Europa
Tras dos d¨ªas de fr¨ªo y lluvia, el sol sali¨® hoy en Atenas para iluminar la jornada electoral m¨¢s trascendental para el futuro de Grecia y probablemente de Europa de los ¨²ltimos a?os. Es un domingo m¨¢s como en cualquier otra capital europea, pero los griegos acuden a votar entre el miedo y la esperanza, m¨¢s all¨¢ de cu¨¢l sea el resultado. El miedo a nuevos recortes sociales, a que los bancos cierren por falta de liquidez, a perder el ¨²ltimo tren de Europa. Esperanza en que los acreedores europeos aflojen el pu?o que atenaza sus vidas, en recuperar su autoestima nacional y volver a ser un pa¨ªs digno y normal.
Y en el miedo, casi en el p¨¢nico, ha basado su campa?a del l¨ªder de Nueva Democracia (centro derecha), Andonis Samar¨¢s. Con la ayuda de unas cadenas de televisi¨®n en manos de unos pocos que aqu¨ª llaman oligarcas, Samar¨¢s ha insistido hasta la saciedad en el mensaje de que o le eligen a ¨¦l o vendr¨¢ el caos. Una victoria de su rival, el l¨ªder del partido de izquierda radical, Syriza, Alexis Tsipras, no solo llevar¨ªa a los comunistas al poder sino que causar¨ªa una ruina econ¨®mica donde escasear¨ªa hasta en papel higi¨¦nico como en Venezuela. ¡°Syriza no va a cambiar Europa sino que la va a volver en contra nuestra¡±, ha dicho. ¡°Tsipras est¨¢ decidido a llevar al pa¨ªs a la bancarrota y el aislamiento¡±, ha repetido.
Esta estrategia del miedo, seg¨²n las opiniones de algunos soci¨®logos y expertos en demoscopia recogidos por la prensa griega, ha sido equivocada en una poblaci¨®n harta de alarmismo y que siente que ya no tiene mucho m¨¢s que perder. Mucho menos ¨¦nfasis ha puesto Samar¨¢s en la t¨ªmida recuperaci¨®n econ¨®mica griega. El crecimiento del ¨²ltimo cuatrimestre de 2014 fue del 0,7% y la previsi¨®n para 2015 era del 3%. Y el paro, a¨²n del 25%, parece remitir ligeramente. Tampoco ha destacado los nuevos vientos de flexibilidad que corren en Europa impulsados por Francia e Italia y mucho menos ha explicado a la opini¨®n p¨²blica las consecuencias para Grecia de la compra masiva de deuda por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Tampoco le han ayudado de cara a la opini¨®n griega algunas reacciones europeas como la del presidente de la Comisi¨®n, Jean-Claude Juncker, diciendo que esperaba ¡°ver caras amigas en el nuevo gobierno¡± o la intransigencia de algunos pol¨ªticos y diarios alemanes. Nadie ha olvidado aqu¨ª aquella llamada del diario sensacionalista alem¨¢n Bild a que los griegos vendieran sus islas y la Acr¨®polis.
Tsipras, por el contrario, ha prometido lo que ning¨²n otro pol¨ªtico griego: renegociar los t¨¦rminos del pago de la deuda, en tiempo y cantidad, y encima hacerlo con los l¨ªderes de los Gobiernos europeos, no con los tecn¨®cratas de las instituciones financieras. Su frase de que ¡°la austeridad no est¨¢ consagrada en ning¨²n tratado europeo¡± ha calado y se ha permitido decir que si gana no piensa ir corriendo a ver a la canciller alemana, Angela Merkel, ¡°una m¨¢s¡±, para ¨¦l, ¡±de los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE¡±.
Tambi¨¦n ha insistido en devolver a los griegos su dignidad nacional, algo que suena a gloria en un pa¨ªs nacionalista y donde las referencias a la patria no son motivo de discusi¨®n. Pero son tambi¨¦n muchos para los que una victoria de Syriza supone un salto al vac¨ªo sin garant¨ªas de que pueda cumplir sus promesas ni evitar que las cosas empeoren.
En las ¨²ltimas horas antes de que se conozcan los datos dos preguntas dominan las conversaciones pol¨ªticas de los caf¨¦s de Atenas. ?La moderaci¨®n de las ¨²ltimas palabras de Tsipras es lo que piensan las bases de Syriza? Y si no logra la mayor¨ªa absoluta, ?Cu¨¢l ser¨¢ su socio de coalici¨®n? En este caso, hay consenso en descartar una alianza con los comunistas del KKE y tambi¨¦n queda fuera para muchos de los militantes de Syriza cualquier pacto con To Potami (El R¨ªo), un partido de centro creado en marzo, al que ven como un grupo oportunista y una especie de cortafuegos neoliberal. M¨¢s proclives al arreglo parecen lo que queda del viejo Pasok, ahora dirigido por Ev¨¢nguelos Venizelos, o ANEL (Griegos Independientes), una formaci¨®n nacionalista de derechas y antieuropea.
Hay que recordar que las coaliciones son raras en la tradici¨®n pol¨ªtica griega, ya que el propio sistema electoral las evita primando con un bonus de 50 esca?os al partido m¨¢s votado. Pero las ha habido en el pasado como el famoso ¡°pacto a la griega¡± de 1989 entre Nueva Democracia y los comunistas o la actual coalici¨®n de Gobierno para salir de la crisis.
Faltan pocas horas para que se despejen las principales inc¨®gnitas. Samar¨¢s y con ¨¦l la Europa conservadora se juegan el mantenimiento de una disciplina econ¨®mica ortodoxa para salir de la crisis. En el caso del l¨ªder del centro derecha una derrota incluso puede costarle su futuro pol¨ªtico. Con una victoria de Syriza puede abrirse panorama de esperanza, pero tambi¨¦n sin duda de incertidumbre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.