Obama llega a Arabia Saud¨ª para impulsar las relaciones bilaterales
El presidente de EE UU acorta su visita a India para presentar sus condolencias por la muerte del rey Abdal¨¢ a su sucesor, el rey Salman
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha llegado en la tarde de este martes a Riad, donde est¨¢ previsto que se re¨²na con el nuevo monarca saud¨ª, el rey Salman, y luego asista a una cena en palacio. Obama ha incluido en su comitiva a destacados pol¨ªticos republicanos, en un nuevo gesto de la importancia estrat¨¦gica que otorga a la visita. Tras conocer la muerte del rey Abdal¨¢ el pasado viernes, ya decidi¨® acortar su visita a India para hacer esta escala de cuatro horas en la capital saud¨ª y presentar sus condolencias a la familia real.
¡°Consideramos que la pol¨ªtica saud¨ª va a permanecer bastante similar a como ha sido bajo el rey Abdal¨¢¡±, ha declarado Ben Rhodes, el vice consejero de Seguridad Nacional, a los periodistas que acompa?an al presidente, informa Reuters. Seg¨²n Rhodes, Obama quiere forjar con Salman el mismo tipo de ¡°buena relaci¨®n¡± que manten¨ªa con su predecesor.
Obama y Salman hablaron sobre la situaci¨®n en Yemen y sobre Ir¨¢n, seg¨²n relat¨® m¨¢s tarde a los periodistas que acompa?an al presidente un alto funcionario citado por Reuters. Seg¨²n esa fuente, el rey no expres¨® reservas sobre las negociaciones nucleares que EE?UU mantiene con la Rep¨²blica Isl¨¢mica, pero dijo que no debe permit¨ªrsele que fabrique armas nucleares. El presidente habl¨® con el rey sobre los derechos humanos de forma gen¨¦rica, sin abordar casos concretos.
Ambos mandatarios tambi¨¦n comentaron brevemente la estabilidad del mercado petrolero, pero no discutieron los actuales precios del crudo. Al parecer, el monarca saud¨ª transmiti¨® un mensaje de continuidad y el compromiso de mantener su posici¨®n ayudando a mantener el abastecimiento adecuado. Obama, por su parte, subray¨® que la presencia de una delegaci¨®n bipartita indicaba la importancia que su pa¨ªs otorga a las relaciones con el reino.
Este martes, poco antes de que Obama saliera de Nueva Delhi, se ha conocido que, adem¨¢s de sus acompa?antes habituales, entre la treintena de personas que iban a viajar con ¨¦l a Riad estar¨ªan James Baker y Condoleezza Rice, antiguos secretarios de Estado con George Bush y George W. Bush, respectivamente, o los tambi¨¦n republicanos Brent Scowcroft y John McCain. La decisi¨®n est¨¢ cargada de simbolismo. Baker es especialmente respetado en la pen¨ªnsula Ar¨¢biga por haber contribuido a poner en pie la alianza multinacional contra Saddam Husein tras su invasi¨®n de Kuwait en el verano de 1990. El senador McCain dirige el comit¨¦ de Servicios Armados, que supervisa la venta de armas a pa¨ªses extranjeros.
Entre los observadores siempre ha existido la convicci¨®n de que las relaciones entre la superpotencia y el principal exportador de petr¨®leo del mundo, que en 2015 cumplen 70 a?os, han sido m¨¢s fluidas durante las administraciones republicanas. La presencia de esas figuras conservadoras junto al dem¨®crata Obama env¨ªa un doble mensaje de respeto por la figura del monarca fallecido, con el que varios de ellos mantuvieron contactos personales, y de que la amistad con el reino est¨¢ por encima de diferencias partidistas.
Durante el mandato de Obama, la relaci¨®n bilateral ha sufrido algunos altibajos a ra¨ªz de la primavera ¨¢rabe. A Arabia Saud¨ª le doli¨® especialmente que EE UU no parpadeara ante la ca¨ªda del presidente egipcio Hosni Mubarak y que luego se negara a intervenir contra el sirio Bachar el Asad; tambi¨¦n recela de las negociaciones nucleares con Ir¨¢n. Washington, por su parte, ha achacado a su aliado que alentara el extremismo isl¨¢mico con su ideolog¨ªa radical y su dinero. Sin embargo, el intercambio de reproches amain¨® hace un a?o a ra¨ªz de la visita del presidente norteamericano al entonces rey Abdal¨¢ y de que ambos se encontraran frente al desaf¨ªo del Estado Isl¨¢mico (EI) en Irak y Siria, en cuya respuesta Riad ha sido clave para lograr el apoyo ¨¢rabe.
A pesar de la rapidez con que se ha organizado el viaje, nadie duda de que Obama intenta empezar con buen pie la relaci¨®n con Salman. ¡°Tratar¨¢n principales los asuntos regionales e internacionales¡±, seg¨²n el comunicado difundido por la Casa Real del que se hace eco Arab News.
De acuerdo con el citado Rhodes, adem¨¢s de la lucha contra el EI y las conversaciones para acabar con la disputa sobre las ambiciones nucleares de Ir¨¢n, ambos mandatarios abordar¨¢n la situaci¨®n en Yemen, que desde la semana pasada se encuentra sin Gobierno. Se trata de un nuevo quebradero de cabeza para EE UU que ve en juego su colaboraci¨®n para combatir a Al Qaeda. Arabia Saud¨ª, por su parte, ve con aprensi¨®n el hundimiento de un pa¨ªs con el que comparte 1.800 kil¨®metros de frontera. Sin embargo, no est¨¢ claro que ambos compartan c¨®mo hacer frente a la situaci¨®n. Mientras Washington puede contemplar un entendimiento con los rebeldes Huthi, con los que comparte la enemistad hacia Al Qaeda, Riad ha dejado claro su recelo hacia ese grupo al que ve como un instrumento de Ir¨¢n, su rival regional.
Es s¨®lo un ejemplo de la superposici¨®n de intereses que se cruzan en Oriente Pr¨®ximo. Otro elemento delicado de la relaci¨®n bilateral que Obama pretende impulsar con su visita son los derechos humanos. El Reino del Desierto es uno de los agujeros negros en ese terreno, sin embargo las organizaciones internacionales suelen acusar a EE UU de ser demasiado complaciente con su aliado. Recientemente ha flagelado a un bloguero y en lo que va de a?o ya lleva 16 ejecuciones, que se llevan a cabo en p¨²blico y por decapitaci¨®n, las tres ¨²ltimas hoy mismo.
¡°A veces tenemos que equilibrar nuestra necesidad de hablarles sobre asuntos de derechos humanos con nuestras preocupaciones inmediatas relativas a la lucha contra el terrorismo o la estabilidad regional¡±, ha admitido Obama durante una entrevista con la CNN, tras asegurar que ha presionado al respecto a aliados como Arabia Saud¨ª.
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