S?o Paulo cortar¨¢ el agua cinco d¨ªas a la semana si persiste la sequ¨ªa
La falta del l¨ªquido alarma a la poblaci¨®n y la industria brasile?a teme grandes p¨¦rdidas
Tras dos temporadas de lluvia muy por debajo de la media hist¨®rica, S?o Paulo sufre la peor sequ¨ªa del ¨²ltimo siglo. Si no llueve como para que se recupere la presa que abastece las tuber¨ªas de m¨¢s de la mitad de los 12 millones de habitantes de la ciudad, la compa?¨ªa que provee a S?o Paulo ha anunciado ya medidas ¡°dr¨¢sticas¡±: cinco d¨ªas por semana sin agua a partir de abril. Seg¨²n los meteor¨®logos, no va a llover lo suficiente, y la falta de agua se va convirtiendo en una obsesi¨®n para los paulistas, que ya comienzan a almacenar botellas y a improvisar cisternas que garanticen reservas en sus casas.
Los ciudadanos ya se enfrentan a bajadas de presi¨®n que duran hasta 18 horas al d¨ªa, seg¨²n los barrios, lo que se traduce en la pr¨¢ctica, y tambi¨¦n dependiendo de las zonas, en cortes de agua. La sequ¨ªa no s¨®lo alcanza a la ciudad, sino que afecta a buena parte del Estado de S?o Paulo, casi tan poblado como Espa?a. De ah¨ª que las restricciones no afecten s¨®lo a las viviendas particulares, sino a industrias, que temen p¨¦rdidas millonarias y a los agricultores, que tienen que reducir el riego. Es m¨¢s: toda la econom¨ªa del pa¨ªs, ya de por s¨ª debilitada, se resentir¨¢. Los especialistas prev¨¦n un aumento de los precios, desde los alimentos a la energ¨ªa, que repercutir¨¢ en la inflaci¨®n.
Hasta ahora, el ¨²nico plan de emergencia consiste en cerrar los grifos. Ni industrias, ni hospitales, ni escuelas, ni los ayuntamientos, ni el propio Estado de S?o Paulo tiene un plan B que pueda ponerse en pr¨¢ctica en caso de que las presas, ya en situaci¨®n cr¨ªtica, se agoten por completo. Las alternativas utilizadas en S?o Paulo hasta ahora son los pozos que captan agua en el subsuelo y los camiones cisterna. Ambas opciones son tambi¨¦n recursos limitados y a las que no todo el mundo tiene acceso.
La sequ¨ªa no s¨®lo amenaza a S?o Paulo sino a todo el sudeste del pa¨ªs, incluyendo Minas Gerais y R¨ªo de Janeiro, eje econ¨®mico del pa¨ªs
Los alcaldes de 30 municipios del Estado se reunieron el mi¨¦rcoles para exigir al gobernador, Geraldo Alckmin, un comit¨¦ de crisis que elabore y divulgue un plan de emergencia. El propio alcalde de S?o Paulo, Fernando Haddad, reconoci¨® su preocupaci¨®n por la salud p¨²blica y por la seguridad ante cortes de agua tan prolongados. Sin agua en los grifos, Haddad teme saqueos y disturbios, como ya ocurri¨® el a?o pasado en It¨², una peque?a ciudad del interior donde decenas de familias pasaron semanas duch¨¢ndose con jarras.
La sequ¨ªa no s¨®lo amenaza a S?o Paulo sino a todo el sudeste del pa¨ªs, incluyendo Minas Gerais y R¨ªo de Janeiro, eje econ¨®mico del pa¨ªs que concentra a m¨¢s de 80 millones de personas, el 40% de la poblaci¨®n. El gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, ya ha anunciado un ¡°racionamiento severo¡± en los pr¨®ximos tres meses si no se reduce el consumo y contin¨²a sin llover. El de R¨ªo de Janeiro, Luiz Fernando Pez?o, mantiene que su Estado se prepar¨® para la crisis con una serie de obras y descarta el racionamiento, a pesar de que el volumen de la presa de Paraibuna, su principal reserva de agua, lleg¨® al 0% la semana pasada. Pez?o tambi¨¦n descarta multar a los que m¨¢s gastan, como ya hace S?o Paulo, mientras la industria fluminense planea medidas alternativas para captar agua.
La sequ¨ªa es una crisis de doble filo que afectar¨¢ al suministro el¨¦ctrico. El modelo brasile?o de obtenci¨®n de electricidad se sustenta en centrales hidroel¨¦ctricas dependientes de reservas que ya est¨¢n muy cerca de su l¨ªmite. Para tratar de evitar los apagones, que hace unos d¨ªas dejaron a oscuras a 11 Estados, el Gobierno ha recurrido a las centrales termoel¨¦ctricas, que son mucho m¨¢s contaminantes y caras.
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