Las mujeres se hacen o¨ªr en el Vaticano
Un grupo de mujeres cat¨®licas acusan a la Iglesia de haberles ofrecido durante siglos ¡°sobras ideol¨®gicas¡±

Solo cuatro meses despu¨¦s de ser elegido Papa, durante aquel vuelo de regreso de R¨ªo de Janeiro en que dijo aquello de que ¨¦l no era nadie para juzgar a los gais, Jorge Mario Bergoglio tambi¨¦n dej¨® claro que la puerta al sacerdocio de la mujer fue cerrada de manera definitiva por Juan Pablo II, si bien a?adi¨®: ¡°Pero, sobre la participaci¨®n de las mujeres en la Iglesia no nos podemos limitar a las mujeres monaguillo, a la presidenta de C¨¢ritas, a la catequista¡ Hay que hacer una profunda teolog¨ªa de la mujer¡±.
En tanto se formula la citada teolog¨ªa ¨Clas cosas de palacio siguen yendo muy despacio--, el propio Francisco y algunos sectores del Vaticano intentan dar pasos en ese sentido. El ¨²ltimo ¨Cno exento de la pol¨¦mica que parece inherente a cada se?al de apertura¡ª consiste en la celebraci¨®n durante estos d¨ªas en Roma de unas jornadas, organizadas por el Consejo Pontificio de la Cultura, destinadas a que la Iglesia tenga en cuenta la opini¨®n de las mujeres sobre asuntos tan variados --y que les ata?en tanto-- como la violencia de g¨¦nero, los matrimonios forzados, la cirug¨ªa est¨¦tica o, tambi¨¦n, la escasa presencia de la mujer en la organizaci¨®n eclesial.
Aunque a puerta cerrada, los debates parten de un documento ¨C¨¦ste s¨ª p¨²blico¡ªelaborado por cuatro prestigiosas profesionales italianas en el que se utiliza un lenguaje, m¨¢s que directo, arrollador para lo que se estila en la casa. Por ejemplo, en el borrador se acusa a la Iglesia de haber ofrecido a las mujeres desde hace siglos ¡°sobras ideol¨®gicas y ancestrales¡± o se define la cirug¨ªa est¨¦tica como ¡°un burka de carne¡± por lo que supone de agresi¨®n al cuerpo femenino. Hasta el organizador de los encuentros, el cardenal Gianfranco Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, admite que algunos p¨¢rrafos del texto son ¡°demasiado avanzados, no soportables para la comunidad eclesial¡±, pero las redactoras ¨Centre las que destaca Anna Maria Tarantola, presidenta de la RAI (la televisi¨®n p¨²blica italiana) o la actriz de comedia Nancy Brilli¡ª est¨¢n convencidas de que ese lenguaje ayudar¨¢ a dar visibilidad a sus propuesta. La primera de todas es que obispos y cardenales, cuando decidan abordar alg¨²n asunto relacionado con las mujeres, las escuchen primero a ellas.
No se trata m¨¢s que de secundar las palabras de Francisco ¨C¡°las mujeres ven las cosas de modo diferente, y plantean preguntas diferentes, m¨¢s profundas¡±¡ªe incluso su modo de actuar: en el pasado s¨ªnodo de la familia, celebrado en octubre, la primera intervenci¨®n de cada sesi¨®n correspond¨ªa a parejas. A algunos purpurados se les hizo raro, pero lo verdaderamente raro es un mundo solo de hombres. As¨ª que durante estos d¨ªas, personajes tan destacados de la Curia como Gerhard Ludwig M¨¹ller, prefecto de la Doctrina de la Fe, o Marc Ouellet, prefecto de los Obispos, tendr¨¢n que escuchar en vivo y en directo qu¨¦ piensan las mujeres de su relaci¨®n con la Iglesia.
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