El BCE pone a Grecia contra las cuerdas

El Banco Central Europeo (BCE) tensa la cuerda con Grecia. El Eurobanco entr¨® este mi¨¦rcoles en la negociaci¨®n entre Atenas y los socios europeos con una medida de enorme impacto: Fr¨¢ncfort anunci¨® pasadas las nueve de la noche que cortar¨¢ el grifo de liquidez de la banca griega a partir del pr¨®ximo mi¨¦rcoles ante las serias dificultades para cerrar con ¨¦xito el rescate actual y de acordar una extensi¨®n o un nuevo programa de ayuda. Draghi aprieta pero no ahoga: permitir¨¢ a la banca griega una ¨²ltima v¨¢lvula de escape, las l¨ªneas de financiaci¨®n de emergencia para evitar el desastre. Pero esas l¨ªneas (conocidas como ELA) son m¨¢s restrictivas y m¨¢s caras que la ventanilla del BCE: la medida encarece de un plumazo los costes de financiaci¨®n de las entidades helenas, y con ellas las del Estado griego. Ni siquiera es descartable que intensifique la huida de capitales, seg¨²n los analistas. En una jugada pol¨ªtica de primera magnitud, Draghi obliga as¨ª al Gobierno de Alexis Tsipras a negociar a contrarreloj, ante la previsible presi¨®n del mercado: el euro se dej¨® anoche casi un 1% en unos minutos, y Wall Street pas¨® de las ganancias a las p¨¦rdidas.

Ninguno de los pa¨ªses rescatados ha pedido nunca ayuda a los socios del euro con agrado: el BCE dio siempre el ¨²ltimo empuj¨®n a las negociaciones, con fuertes presiones sobre los bancos y los Estados en Irlanda, en Portugal, en Espa?a y en la misma Grecia. Esa vieja historia vuelve a repetirse. El BCE aceptaba que los bancos colocaran como aval la deuda de Grecia a pesar de que su calificaci¨®n est¨¢ por los suelos, con la excusa de que Atenas estaba protegida bajo el paraguas de un programa. Eso ha cambiado. El Gobierno de Syriza se niega a pedir una extensi¨®n del rescate, y ha puesto en peligro el cierre del segundo programa de ayuda al rehusar las condiciones de los acreedores, que quieren m¨¢s recortes. Atenas confiaba en que el BCE permitiera a los bancos griegos seguir con el status quo, tras una reuni¨®n entre su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, y la c¨²pula del Eurobanco. Todo eso se va al garete: el BCE no se f¨ªa y cierra las v¨ªas de liquidez ¡°al no ser posible concluir que el programa se cerrar¨¢ de manera satisfactoria¡±, seg¨²n un comunicado de Fr¨¢ncfort. La banca helena queda a merced del Banco Nacional de Grecia. ¡°Pero es muy posible que los mercados precipiten toda la negociaci¨®n y que impidan al Gobierno griego seguir con sus propuestas¡±, explicaron fuentes financieras en Washington.

Grecia esperaba financiarse emitiendo deuda a corto plazo que compran sus bancos y colocan en el BCE: con el cierre del grifo deber¨¢n colocarlas en el banco central griego, aunque el alcance de esa medida est¨¢ por ver. Hasta ahora, el BCE limitaba el importe que los bancos pod¨ªan llevar a la ventanilla: no hay decisi¨®n tomada sobre si se aumentar¨¢ o se reducir¨¢ esa cifra. Ese tecnicismo podr¨ªa acabar decant¨¢ndolo todo. Si el BCE obliga al banco central griego a restringir la deuda que acepta por ese flanco, las posibilidades de Grecia se sobrevivir sin un rescate o al menos una extensi¨®n son nulas. ¡°Es imprescindible que Grecia y los socios alcancen un acuerdo puente para evitar un problema grave en las pr¨®ximas semanas. Abr¨®chense los cinturones: los baches est¨¢n asegurados¡±, asegur¨® el analista Kirshna Guha.

El broche final del Eurobanco cerr¨® una jornada dur¨ªsima para Atenas. ¡°Primero tomamos Manhattan, despu¨¦s tomaremos Berl¨ªn¡±: el primer ministro griego, Alexis Tsipras, citaba ayer a Leonard Cohen a la salida de la Euroc¨¢mara. Berl¨ªn parec¨ªa la parada fundamental de la nueva Grecia de Syriza en su gira por Europa, que de momento no le ha dado grandes resultados a pesar de que busca tejer alianzas. Tsipras se reuni¨® en Bruselas con los presidentes de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker; del Consejo, Donald Tusk, y del Parlamento, Martin Schulz. Y se llev¨® de las tres instituciones un sabor amargo, y sobre todo un tono duro acerca de sus posibilidades en la negociaci¨®n que ya ha empezado sobre el futuro de Grecia. El BCE acab¨® de remachar esa sensaci¨®n.

Atenas ha retirado ya su propuesta m¨¢s radical, la quita de la deuda, y ha cosechado aplausos en los mercados a su ambiciosa propuesta de canje (un intercambio de los bonos actuales por deuda perpetua o vinculada al alza del PIB). Pero los mercados, esta vez, cuentan poco: los inversores privados tienen un 20% de la deuda griega; la parte del le¨®n est¨¢ en manos europeas. Grecia se juega su futuro inmediato en el BCE ¡ªdel que dependen sus bancos, y que anoche le dio un inesperado rev¨¦s¡ª y en el Eurogrupo, donde sus propuestas han sido recibidas con glacial indiferencia.

Tsipras apunt¨® que la historia de la UE ¡°est¨¢ plagada de desacuerdos para acabar alcanzando pactos y compromisos¡±. ¡°Nuestro objetivo es respetar la soberan¨ªa del pueblo griego y el claro mandato que nos ha dado, al mismo tiempo que respetamos las reglas de la UE. Queremos corregir este marco, no romperlo¡±, recalc¨®. Eso era a mediod¨ªa. Nueve horas m¨¢s tarde, el BCE tom¨® una decisi¨®n que cambia radicalmente todo el panorama en Grecia. Obliga a Tsipras a aceptar las condiciones de los socios europeos o a romper la baraja. Al primer ministro de Grecia solo le queda ya ese bot¨®n nuclear: romper las negociaciones y provocar un accidente. Los analistas consideran que los griegos son quienes m¨¢s tienen que perder en ese escenario: las turbulencias de la ¨²ltima semana solo se dejaron notar en Grecia, y ni las Bolsas ni la deuda de los pa¨ªses perif¨¦ricos registraron grandes sacudidas.