El Eurogrupo exige a Grecia que siga con el rescate para poder negociar

Un solo jefe de Gobierno sobrevive en su puesto en el quinto aniversario de la primera cumbre europea para hacer frente a la crisis griega: Angela Merkel. El 11 de febrero de 2010 los l¨ªderes europeos se reunieron en Bruselas para empezar a forjar el primer rescate, que luego dio paso a un segundo salvavidas y a una situaci¨®n que a d¨ªa de hoy sigue lejos de resolverse, con un retroceso de un cuarto del PIB desde entonces, un paro del 25%, una deuda p¨²blica del 185% del PIB y, en fin, una crisis que sobrepasa lo econ¨®mico y que ha terminado con Alexis Tsipras al mando en Atenas. Un lustro despu¨¦s de esa primera cita, los ministros del euro acudieron anoche a la en¨¦sima reuni¨®n de emergencia sobre Grecia. Yanis Varoufakis present¨® al Eurogrupo sus propuestas para empezar a negociar una soluci¨®n a los problemas de Atenas, metida de nuevo en un l¨ªo. Sus hom¨®logos le sometieron a una enorme presi¨®n para que Grecia acepte una extensi¨®n del rescate. Varoufakis y Tsipras se negaron siquiera a pactar un comunicado, y ambas partes quedan emplazadas para seguir con las negociaciones en el Eurogrupo del pr¨®ximo lunes.

La primera toma de contacto de Varoufakis con Bruselas fue todo lo complicada que se presum¨ªa, tras una gira que ha minado los apoyos de Grecia. ¡°El ambiente no es el mejor por la ret¨®rica utilizada en Atenas¡±, resum¨ªa uno de los asistentes. Con la cara desencajada tras m¨¢s de seis horas de reuni¨®n, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, explic¨® pasada la medianoche que Grecia y los socios se enzarzaron en un debate ¡°intenso y constructivo¡±, pero fueron incapaces de llegar a nada. Tsipras, personalmente y por tel¨¦fono, se encarg¨® de tumbar el ¨²ltimo borrador de conclusiones. ¡°La posibilidad de una extensi¨®n [del rescate] se ha discutido y es la opci¨®n preferida, pero no hay nada todav¨ªa¡±, acert¨® a decir Dijsselbloem. ¡°El acuerdo podr¨ªa llegar el lunes¡±, abund¨® Varoufakis ante la prensa.

Grecia est¨¢ aislada, pero por el momento no cede. Necesita el dinero europeo, y entre sus planes ya no figura la posibilidad de salir del euro: sus armas negociadoras son escasas, y aun as¨ª se resiste a la extensi¨®n, quiz¨¢ para cumplir con la liturgia de este tipo de acuerdos, que exigen escenificaciones con un punto melodram¨¢tico. Varoufakis dijo antes de salir de Atenas que estaba listo para un choque con los socios, pero es consciente de que Atenas depende de la buena voluntad de Europa, obligada a hacer al menos concesiones sociales a la vista de los errores de trazo grueso cometidos en Grecia. Para ello, los socios exigen que Atenas siga dentro del rescate si quiere negociar las contrapartidas. Eso implica buscar un eufemismo feliz para prorrogarlo, algo a lo que en principio se niegan Tsipras y Varoufakis.

La UE debe buscar un eufemismo aceptable para un acuerdo-puente

Atenas quiere un acuerdo-puente de seis meses, hasta finales de agosto. Pero para ello ha escogido un tono desafiante que empez¨® a pasarle factura anoche. Las instituciones europeas ven ¡°m¨¢rgenes¡± para la negociaci¨®n, sobre la base de ¡°una respuesta adecuada para circunstancias pol¨ªticas y econ¨®micas cambiantes¡±, seg¨²n las fuentes consultadas. Las concesiones ser¨¢n escasas: reducir el objetivo de super¨¢vit fiscal para permitir algo m¨¢s de gasto social; acordar un fin de la troika algo sui g¨¦neris, como concesi¨®n pol¨ªtica; quiz¨¢s pactar plazos de pago m¨¢s holgados para la deuda. Poco m¨¢s. Y eso, siempre que se encuentre una soluci¨®n dentro del marco del programa.

En la ¨¦poca de esa primera reuni¨®n sobre Grecia, hace un lustro, Varoufakis daba clases y estaba a punto de publicar un libro sugestivo, El Minotauro global, en el que carga sin miramientos contra Merkel y Wolfgang Sch?uble: ¡°Alemania exporta estancamiento a su patio trasero europeo¡±; ¡°trata al Sur como tierras extranjeras a las que hay que torturar fiscalmente¡±; con su ¡°mercantilismo provinciano¡± mete a Europa ¡°en un estado de desintegraci¨®n a fuego lento¡±. Parad¨®jicamente, su futuro pol¨ªtico depende de que Sch?uble y Merkel rebajen varios grados la tensi¨®n. De eso, y de que con algo de suerte no hayan le¨ªdo esos y otros dardos.