Los drones llegan a la mayor¨ªa de edad
EE UU flexibiliza el uso comercial de los aparatos sin tripulaci¨®n y permite la exportaci¨®n de los modelos armados
Los drones entran en una nueva era. El Gobierno de Estados Unidos anunci¨® en los ¨²ltimos d¨ªas nuevas normativas que expandir¨¢n su uso empresarial y su exportaci¨®n con fines militares. Pese a que los aparatos sin tripulaci¨®n existen casi desde el inicio de la aviaci¨®n en el siglo XIX, su uso, gracias al progreso tecnol¨®gico, se ha disparado en la ¨²ltima d¨¦cada. La nueva regulaci¨®n adentrar¨¢ al sector en una fase de expansi¨®n con consecuencias en EE UU e internacionales.
Tras casi diez a?os de deliberaci¨®n, la Administraci¨®n Federal de Aviaci¨®n (FAA) difundi¨® su propuesta de normativa. Ahora se inicia una larga fase de debate p¨²blico, que no se espera que culmine hasta 2017 para despu¨¦s convertirse en ley. En paralelo, la Casa Blanca estableci¨® por primera vez requisitos de privacidad a las agencias gubernamentales que emplean en EE UU aparatos pilotados a distancia.
Seg¨²n el Gobierno, una vez entre en vigor, la nueva regulaci¨®n har¨¢ que m¨¢s de 7.000 empresas obtengan, en un plazo de tres a?os, autorizaci¨®n para volar drones. La Asociaci¨®n Internacional de Veh¨ªculos No Pilotados estima que se crear¨¢n en ese mismo per¨ªodo 70.000 puestos de trabajo con un impacto econ¨®mico de 13.600 millones de d¨®lares. La eclosi¨®n de aparatos puede ser revolucionaria en m¨²ltiples sectores, desde la gesti¨®n de infraestructuras a la agricultura o la vigilancia ciudadana.
La nueva regulaci¨®n obligar¨ªa a los pilotos a tener m¨¢s de 17 a?os y recibir un certificado de conocimiento a¨¦reo
Hasta ahora, la FAA contaba con una amalgama de directrices, que solo permit¨ªan el vuelo de drones empresariales tras recibir una aprobaci¨®n especial, y el de recreacionales a una determinada altura (121 metros) y lejos de aeropuertos. El creciente inter¨¦s de compa?¨ªas -energ¨¦ticas que vigilan explotaciones, comerciales que dise?an mapas o televisivas que graban eventos- en el uso de drones y su popularidad como juguetes -desde amantes de la velocidad a personas que los usan para tomarse fotograf¨ªas- hac¨ªan cada vez m¨¢s necesario un nuevo marco regulatorio.
La nueva propuesta, sin embargo, no aborda el uso l¨²dico de los aparatos, dado que la ley solo permite hacerlo a la FAA si interfieren con el tr¨¢fico a¨¦reo. Ese vac¨ªo legal y la dificultad de garantizar el cumplimiento de las directrices han desencadenado pol¨¦micas. En enero, un artefacto cay¨® en los jardines de la Casa Blanca despu¨¦s de perder su piloto el control. El caso evidenci¨® la dificultad log¨ªstica de frenar un dron comercial tras ser detectado por un radar. La FAA revel¨® el a?o pasado un incremento de los incidentes con drones, algunos por casi colisionar con aeronaves.
La propuesta de la FAA se centra en los aparatos de hasta 25 kilos. Obligar¨ªa a los pilotos a tener al menos 17 a?os y recibir un certificado de conocimiento a¨¦reo. Pero los eximir¨ªa, a diferencia de los aviones convencionales, de pasar una prueba m¨¦dica o acumular horas de vuelo en un simulador. ¡°Queremos mantener la seguridad a¨¦rea sin imponer una carga excesiva en una industria emergente¡±, dijo el jefe de la agencia, Michael Huerta, al anunciar la propuesta.
Al impedir en la pr¨¢ctica vuelos a larga distancia, dif¨ªcilmente prosperar¨ªan los planes de Amazon de transportar con drones paquetes a domicilios
La normativa establece limitaciones significativas: las empresas solo podr¨ªan emplear drones durante horas diurnas y sin sobrevolar aglomeraciones, a una velocidad y altura m¨¢xima de 160 kil¨®metros por hora y 152 metros, y el piloto o un observador designado tendr¨ªa que poder mantener en todo momento contacto visual con el aparato. La duda, sin embargo, es qu¨¦ capacidad de supervisi¨®n tendr¨ªan las autoridades. En la actualidad, grandes compa?¨ªas operan ocasionalmente drones, sorteando o ignorando las directrices.
La propuesta de requerir contacto visual es clave. Al impedir en la pr¨¢ctica vuelos a larga distancia, dif¨ªcilmente prosperar¨ªan los planes del gigante de la distribuci¨®n Amazon de transportar por aire paquetes a domicilios y de varias compa?¨ªas de inspeccionar desde un dron oleoductos, cosechas o torres el¨¦ctricas. Tras conocer la normativa, Amazon prometi¨® luchar para hacer realidad su ¡°visi¨®n¡±. Es posible que lo logre: la FAA admiti¨® que su borrador podr¨ªa evolucionar tras debatirlo con el sector y analizar los desarrollos tecnol¨®gicos.
En lo que no se esperan cambios es en el nuevo reglamento del Departamento de Estado que expande la venta de drones armados a pa¨ªses aliados. Supone un punto de inflexi¨®n: los aparatos se integran en la multimillonaria maquinaria de exportaci¨®n militar estadounidense y se afianzan como un actor principal en los nuevos teatros de guerra.
Los drones se integran en la multimillonaria maquinaria de exportaci¨®n militar estadounidense y se afianzan como actores en los nuevos teatros de guerra
La decisi¨®n busca garantizar el liderazgo estadounidense ante el creciente desarrollo de drones en pa¨ªses como China e Israel. Hasta ahora, ante las peticiones de varios pa¨ªses, EE UU solo ha vendido aparatos armados a Reino Unido. Desde los atentados del 11-S en 2001, el Pent¨¢gono y la CIA han empleado drones en operaciones antiterroristas en Oriente Pr¨®ximo y Asia central. Es supuestamente un m¨¦todo preciso, pero sumido en la pol¨¦mica: por la muerte de civiles y la desconexi¨®n que supone perpetrar un ataque desde una pantalla a miles de kil¨®metros.
Consciente de ello, la normativa de exportaci¨®n establece ¡°garant¨ªas de uso¡± -que no detalla- al pa¨ªs receptor y proh¨ªbe su uso en ¡°espionaje ilegal y contra la poblaci¨®n civil¡±. EE UU se reserva el derecho de analizar c¨®mo se emplean los aparatos. El objetivo es tambi¨¦n evitar que recaigan en las manos equivocadas: la inteligencia estadounidense ha advertido del creciente inter¨¦s de grupos extremistas en drones. Pero, en un paralelismo con la propuesta de la FAA, existen l¨ªmites: es imposible poder vigilar continuamente los cielos, del mismo modo que no se puede controlar el uso exacto que hace un pa¨ªs del caza o misil que se le vendi¨®.
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