Francia se revuelve contra las reformas de Hollande y Valls
Pol¨ªticos y grupos de presi¨®n rechazan las medidas para defender sus privilegios
¡°?Podr¨¦ hacer reformas?¡±, pregunt¨® Emmanuel Macron al presidente Fran?ois Hollande cuando el verano pasado le llam¨® para ofrecerle la cartera de Econom¨ªa. La pregunta era clave. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, todos los Gobiernos franceses han prometido importantes cambios para modernizar el pa¨ªs, pero ninguno los ha puesto en pr¨¢ctica. Lo han impedido la elefanti¨¢sica clase pol¨ªtica, los grupos de presi¨®n, los rentistas, los sindicatos... Ahora, el Ejecutivo que dirige Manuel Valls asegura que los har¨¢ ¡°contra viento y marea¡±. No ha hecho m¨¢s que empezar y las resistencias surgen por doquier, lo que est¨¢ deshilachando al partido gubernamental.
Los franceses est¨¢n a favor de las reformas, siempre que no les afecten a ellos. ¡°Las igualdades para otros, los privilegios para m¨ª¡±, resume en su despacho Madani Cheurfa, secretario general del Centro de Investigaciones Pol¨ªticas de Sciences Po. ¡°Hay enormes resistencias cada vez m¨¢s organizadas. Esta es una sociedad bloqueada, con privilegios para grupos y profesiones que defienden el statu quo en su beneficio, pero no en el beneficio general¡±.
Por esos motivos, son los pol¨ªticos quienes ejercen a menudo la mayor resistencia. La reforma regional lanzada el a?o pasado preve¨ªa la desaparici¨®n de los consejos generales o asambleas provinciales en las que m¨¢s de 4.000 pol¨ªticos cobran sueldos medios de 3.000 euros. En noviembre, el Gobierno rectific¨® y anunci¨® que no desaparecer¨ªan esos Parlamentos. El Senado hab¨ªa amenazado con el boicoteo. Un total de 96 de los 348 senadores son miembros de esos consejos. Y 269 compaginan sus esca?os con otros mandatos locales, provinciales o regionales.
Son los pol¨ªticos los m¨¢s remisos a aceptar un adelgazamiento de las estructuras del Estado, pese a que el gasto p¨²blico franc¨¦s roza el 57% del PIB, uno de los m¨¢s elevados del mundo. Entre otras razones, por el mantenimiento de las 36.700 comunas o Ayuntamientos (el pa¨ªs con m¨¢s entes locales del mundo), las 13.400 mancomunidades, los 101 departamentos o provincias con sus respectivos consejos generales o asambleas y las 22 regiones ¡ªser¨¢n 13 el a?o que viene¡ª con sus consejos regionales (1.757 cargos), adem¨¢s de la Administraci¨®n central.
Desde que Macron anunci¨® a finales del a?o pasado su Ley de Actividad, se han lanzado a la calle a protestar todos y cada uno de los colectivos afectados: farmac¨¦uticos, notarios, abogados, autoescuelas, empresarios... La norma, sin embargo, incluye reformas t¨ªmidas para eliminar frenos a la actividad econ¨®mica. Ampl¨ªa de cinco a 12 domingos al a?o la opci¨®n de apertura de comercios, facilita la instalaci¨®n de nuevas notar¨ªas, simplifica la creaci¨®n de empresas de transporte de viajeros por carretera o acorta el tiempo para lograr el permiso de conducir.
La reacci¨®n m¨¢s virulenta ha estado, nuevamente, en el ¨¢mbito pol¨ªtico. Todo el centroderecha, comunistas y 40 diputados socialistas (de 288, uno menos que la mayor¨ªa absoluta) formaron una extra?a alianza en contra de la norma que intenta modernizar la econom¨ªa. Ante el peligro de perder la votaci¨®n, Valls aprob¨® la norma por decreto.
Jean-Marc Germain, l¨ªder de los diputados socialistas rebeldes, declara a este peri¨®dico que ¡°es necesario¡± acometer reformas, pero ¡°progresistas; no reaccionarias¡±. Opina que ampliar el trabajo en domingo entra?a ¡°una liberalizaci¨®n del mercado de trabajo¡± que ¨¦l rechaza. ¡°Beneficia a los consumidores, s¨ª, pero no a los empleados¡±. Y propone otras f¨®rmulas. Por ejemplo, que el impuesto sobre sociedades ¡°sea modulado en funci¨®n de su comportamiento: bajo si los beneficios se reinvierten en las empresas y elevado si se destinan a dividendos¡±. ¡°O sea, reformas que reactiven la econom¨ªa y no las finanzas¡±, agrega.
Pero las resistencias se extienden a todos los sectores afectados por una u otra reforma. Es el caso ahora de las profesiones reguladas que, como las de notario o procuradores, impiden el acceso de competidores j¨®venes al sector y cobran unas tasas desorbitadas. ¡°Siempre hay grupos de inter¨¦s defendiendo sus privilegios¡±, argumenta por tel¨¦fono uno de los asesores pr¨®ximos a Macron. Las resistencias se deben ¡°a la propia estructura de la sociedad francesa¡±. ¡°Hay cuerpos intermediarios, hay corporativismo en gran parte de profesiones, en los sindicatos, en la patronal... El corporativismo impide las reformas¡±.
Yves trabaja en una gran librer¨ªa en la plaza de Ternes, cerca del Arco de Triunfo, y se muestra muy suspicaz ante la posibilidad de trabajar los domingos: ¡°Si no se aceptan condiciones m¨¢s liberales, te consideran subversivo. Quiero vivir mi vida los domingos. En muchos casos habr¨¢ presiones para trabajar. Y, desde luego, si alguna vez tengo ni?os, me resistir¨¦¡±.
¡°Liberal¡±, ¡°complot ultraliberal¡± son los t¨¦rminos m¨¢s usados desde la izquierda y los sindicatos para frenar las reformas. Y, sin embargo, no hay un solo economista o experto que no asegure que Francia se hundir¨¢ definitivamente si no moderniza sus estructuras. La econom¨ªa est¨¢ estancada, el desempleo crece desde 2007 (con un peque?o par¨¦ntesis en enero pasado), la deuda se aproxima al 100% del PIB, el d¨¦ficit supera el 4% y cada a?o cierran m¨¢s de 60.000 empresas, la mayor¨ªa peque?as o muy peque?as. La sexta potencia mundial y la segunda de la zona euro no ve luz al final del t¨²nel.
Pese a las continuas presiones de Bruselas, Berl¨ªn y los organismos internacionales, las grandes reformas no llegan. Las resistencias y rechazos a las hasta ahora peque?as auguran conflictos sin fin si se plantean otras de mayor calado que el Ejecutivo ya sugiere, como la reforma laboral, el seguro de paro o la de las pensiones. ¡°Tengo gasolina para seguir¡±, afirm¨® Valls tras el decretazo de la ley Macron, para insistir en que, pese a todo, su ¡°misi¨®n¡± es ¡°reformar, modernizar¡±, y que seguir¨¢ haci¨¦ndolo ¡°hasta el final¡±. Los potenciales afectados afilan los cuchillos. Los sindicatos preparan una gran protesta nacional para el 9 de abril.
¡°El mundo cambia, cambiemos con ¨¦l¡±
Manuel Valls ha avanzado otra oleada de reformas que augura nuevas resistencias. Afectar¨¢ a los comit¨¦s sindicales, el estatuto de los trabajadores o el seguro de paro. Patronal y sindicatos ya han roto las negociaciones y ahora el Gobierno forzar¨¢ una salida. ¡°El mundo cambia y nosotros tenemos que cambiar con ¨¦l¡±, afirma el primer ministro franc¨¦s.
El Ejecutivo presentar¨¢ un proyecto de ley para regular el di¨¢logo social en las empresas. Los empresarios est¨¢n obligados a abrir al a?o hasta 29 negociaciones, consultas o reuniones informativas con los trabajadores. Valls quiere reducirlas a media docena. Y pretende fusionar los tres ¨®rganos de representaci¨®n de los empleados: delegados de personal, comit¨¦ sindical y comit¨¦ de higiene.
Las batallas m¨¢s duras se presumen para 2016, cuando se plantee la reforma del seguro de desempleo, hoy establecido en una media del 70% del salario. Los sindicatos ya han advertido que no asumir¨¢n rebajas. La caja de desempleo acumula un d¨¦ficit de 21.500 millones de euros y este a?o llegar¨¢ a los 25.000 millones.
La reforma del estatuto de los trabajadores ser¨¢ otra fuente de tensiones. En Francia existen hasta 37 diferentes tipos de contratos laborales. O la posibilidad de introducir m¨¢s excepciones al l¨ªmite legal de las 35 horas laborales semanales. Para los sindicatos, es una conquista ¡°irrenunciable¡±. Philippe Mart¨ªnez, el l¨ªder del sindicato CGT, quiere bajar ese l¨ªmite a 32 horas a la semana.
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