Un pa¨ªs atrapado entre las amenazas a su seguridad y la desigualdad social
Repaso a los principales retos que afrontar¨¢ el ganador de los comicios en Israel
Israel se debate entre la exigencia de garantizar su seguridad en un entorno regional hostil y de lograr una soluci¨®n a la cuesti¨®n palestina, por un lado, y las crecientes desigualdades econ¨®micas y sociales, entre las m¨¢s altas de los pa¨ªses de la OCDE, por otro. Quien reciba el encargo de formar Gobierno tras los comicios celebrados este martes tendr¨¢ que lidiar sin duda con ambas amenazas. Estos ser¨¢n sus principales retos.
? Conflicto palestino. Paralizado desde hace casi un a?o, el proceso de paz ha languidecido durante el mandato de Benjam¨ªn Netanyahu, que en el cierre de la campa?a electoral ha proclamado que no habr¨¢ Estado palestino mientras ¨¦l siga siendo primer ministro. Los l¨ªderes palestinos han puesto en marcha la denominada ¡°Intifada diplom¨¢tica¡±, que busca para su causa el reconocimiento de las instituciones internacionales. Tras incorporarse con el estatuto de pa¨ªs observador a la Asamblea General de Naciones Unidas con el nombre de Palestina, ha suscrito recientemente el tratado por el que se rige la Corte Penal Internacional, que podr¨ªa entrar a considerar, por ejemplo, si en la ofensiva del pasado verano en la Franja de Gaza Israel cometi¨® cr¨ªmenes de guerra, como sostiene la Autoridad Palestina. En represalia, el Gobierno de Netanyahu ha suspendido la transferencia a Ramala de los tributos que recauda en su nombre.
El Likud de Netanyahu rechaza ahora la doctrina de los ¡°dos Estados¡± como soluci¨®n al conflicto, y hace hincapi¨¦ en que no se dividir¨¢ Jerusal¨¦n, cuya parte oriental es reclamada por los palestinos como su capital. El laborista Isaac Herzog defiende la f¨®rmula de los dos Estados y pasa de puntillas sobre el estatuto final de la Ciudad Santa. El centroizquierda propugna tambi¨¦n la anexi¨®n de los bloques de asentamientos consolidados en zonas lim¨ªtrofes de Cisjordania con Israel, mediante el intercambio de otros territorios israel¨ªes. Considera tambi¨¦n que el desmantelamiento de las colonias aisladas en territorio palestino servir¨ªa para aliviar la presi¨®n internacional tras la ¡°Intifada diplom¨¢tica¡±.
? Uni¨®n Europea. Bruselas se ha abstenido de pronunciarse durante la campa?a israel¨ª, aunque la jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, quiere que Europa tenga un papel m¨¢s activo en el conflicto de Oriente Pr¨®ximo. Entre Israel y la Uni¨®n pende el contencioso de la regulaci¨®n de las exenciones arancelarias a las importaciones israel¨ªes, que cuentan con el beneficio de un acuerdo de asociaci¨®n con el Estado jud¨ªo, procedentes de los asentamientos en Cisjordania. Los resultados electorales marcar¨¢n sin duda los pasos para la adopci¨®n de estas medidas.
? Ir¨¢n y EE UU. Netanyahu intent¨® centrar la primera parte de la campa?a electoral en la amenaza nuclear de Ir¨¢n para imponer su agenda de seguridad en el debate pol¨ªtico. Su pol¨¦mico discurso del d¨ªa 3 de marzo ante el Congreso de EE UU, en el que advert¨ªa contra un acuerdo con Ir¨¢n, no parece haber surtido efecto, ya que las conversaciones entre Washington y Teher¨¢n prosiguen en Suiza. En el plano dom¨¦stico, su intervenci¨®n ante el Capitolio, que no sirvi¨® para catapultarle en los sondeos, ha sido considerada por los partidos de oposici¨®n como una cortina de humo que ocultaba el malestar social.
Si Netanyahu se mantiene en el poder, le ser¨¢ muy dif¨ªcil restablecer las deterioradas relaciones con el presidente Barack Obama. Como advierten fuentes diplom¨¢ticas y antiguos responsables del espionaje (Mosad y Shin Bet), la p¨¦rdida de influencia ante Estados Unidos, que ha venido protegiendo a Israel con su derecho a veto en el Consejo de Seguridad, supone un debilitamiento del Estado hebreo. La Casa Blanca ha recordado en plena campa?a electoral que conf¨ªa en que el nuevo Gobierno defienda la soluci¨®n de los ¡°dos Estados¡±. El laborista Herzog, por su parte, ha reiterado que recuperar¨¢ lo antes posible la relaci¨®n especial entre EE UU e Israel.
? Crisis social. Desde que los laboristas abandonaron el poder en Israel, en 2001, el gasto p¨²blico ha pasado de un 52% del PIB al 40% en 2014. Paralelamente, el porcentaje que representan los tributos sobre el PIB ha ca¨ªdo en el mismo periodo del 37% al 31%. Netanyahu, que fue precisamente ministro de Finanzas entre 2003 y 2005, est¨¢ detr¨¢s de la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa israel¨ª. Al t¨¦rmino de su tercer mandato como primer ministro, ha dejado un crecimiento del PIB del 2,9% en 2014, una tasa de desempleo que se sit¨²a en el 6%, y una renta per c¨¢pita de 38.000 d¨®lares en el pasado ejercicio.
Pero la desigualdad econ¨®mica no ha dejado de acrecentarse en Israel en los ¨²ltimos a?os. El alto porcentaje de ni?os considerados en situaci¨®n de pobreza (27%) es una de las principales carencias sociales de Israel. Pero ha sido sobre todo el alto precio de las viviendas lo que ha desatado mayores cotas de malestar social, con el estallido de un amplio movimiento de indignaci¨®n social en 2011.
Tras su nueva victoria electoral en 2013, Netanyahu intent¨® tomar medidas para controlar el mercado inmobiliario. Un informe del Interventor General (Defensor del Pueblo) presentado en plena campa?a electoral asegura que las viviendas aumentaron su precio en un 55% entre 2008 y 2013, y que los alquileres lo hicieron en un 30%.
El Partido Laborista pretende afrontar el problema mediante el control de la venta del suelo, que en su gran mayor¨ªa est¨¢ en manos del Estado. El centroizquierda pretende reservar las nuevas promociones para quienes no sean titulares de otra vivienda. Los bajos intereses hipotecarios han favorecido hasta ahora la compra de pisos como inversi¨®n.
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