Kaibiles, de la selva de Guatemala a misioneros de paz en el Congo
El cuerpo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito guatemalteco acompa?a ahora a la ONU en el pa¨ªs africano
¡°Quien no haya participado en una emboscada¡±, dice a EL PA?S un comandante de la antigua guerrilla que prefiere el anonimato, ¡°no puede imaginar la carnicer¨ªa que significa¡±. Bebe un sorbo de caf¨¦ y a?ade: ¡°volaban descuartizados, pero apretando el gatillo. M¨¢s de una baja nos provocaron en esas circunstancias¡±. Con la mirada perdida en el recuerdo, mitad nost¨¢lgica, mitad horrorizada, no puede reprimir un deje de admiraci¨®n al exclamar: ¡°?Qu¨¦ hijos de puta!¡±.
Esta es, quiz¨¢s, la mejor descripci¨®n de la capacidad de lucha de los Kaibiles, el cuerpo de ¨¦lite del Ej¨¦rcito de Guatemala, considerado entre los mejores del mundo para la lucha en selvas tropicales. Quienes superan el entrenamiento de 45 d¨ªas para la tropa o 60 para la oficialidad ¡ªsin dianas ni toque de silencio, sino disponibilidad absoluta¡ª, salen convertidos, literalmente, en m¨¢quinas de matar. Lo demostraron durante la guerra civil (1960-1996), y el prestigio alcanzado hace que oficiales de otros ej¨¦rcitos de Am¨¦rica Latina sean enviados a realizar ese entrenamiento.
Para nosotros son aut¨¦nticos h¨¦roes Teniente Adri¨¢n Ju¨¢rez
Con la firma de la paz, que en diciembre de 1996 puso fin al enfrentamiento armado interno, hab¨ªa que buscar una misi¨®n para un cuerpo que es el mayor orgullo del Ej¨¦rcito guatemalteco, y una salida para hombres cuya capacidad de pelea est¨¢ fuera de duda. Los primeros en percatarse de ello fueron los carteles mexicanos de la droga, que los contratan, con sueldos de general, para eliminar a los grupos rivales. No es ning¨²n secreto. En las radios comunitarias de la zona fronteriza con M¨¦xico se pasan anuncios de reclutamiento, tanto en castellano como en cualquiera de las 23 lenguas vern¨¢culas que se hablan en este pa¨ªs.
¡°Es algo inevitable¡±, comenta un oficial. ¡°Desde el primer d¨ªa, en los cuarteles o academias se nos inculcan los principios ¨¦ticos propios de un Ej¨¦rcito. Pero una vez licenciados, cada quien hace su vida privada como quiere o como puede¡±.
La participaci¨®n en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, a pesar de ser en teor¨ªa una Misi¨®n de Paz, se ha cobrado su factura. El 23 de enero de 2006, ocho kaibiles murieron y cinco resultaron heridos al ser emboscados, con las primeras luces del d¨ªa, por guerrilleros del Ej¨¦rcito de Resistencia del Se?or (LRA, en Ingl¨¦s). En el enfrentamiento, seg¨²n fuentes del Ej¨¦rcito, murieron 50 guerrilleros. Un monumento colocado a la entrada del campamento de Cob¨¢n (al norte de guatemala), donde los enviados al Congo reciben un curso intensivo que hace ¨¦nfasis en aspectos como los derechos de los prisioneros de guerra, recuerda a los ca¨ªdos.
¡°Para nosotros son aut¨¦nticos h¨¦roes¡±, dijo a EL PA?S el teniente Adri¨¢n Ju¨¢rez quien, junto a otros 60 soldados aterriz¨® este fin de semana en El Congo, como parte del 15 contingente de reemplazo. Al ser preguntado por la despedida de su familia ante la posibilidad de volver en una caja de madera, afirma que, aunque dram¨¢tica, forma parte de su condici¨®n de militar. ¡°Soy soltero. Todav¨ªa vivo con mis padres. Y es natural que ellos comprendan que mi profesi¨®n lleva consigo riesgos muy elevados. L¨®gicamente, existe el factor sentimental y, como es natural, rodaron algunas l¨¢grimas".
Desde que el Ej¨¦rcito guatemalteco abri¨® sus puertas a las mujeres, ellas tambi¨¦n participan en las misiones de paz. Aleida Pe?ate lo hace en calidad de secretaria. Cuenta que le hace ilusi¨®n ayudar a otros seres humanos que viven en un contexto de conflicto. ¡°Mi misi¨®n ser¨¢, fundamentalmente de comunicaciones entre el contingente en ?frica y la superioridad en Guatemala y la ONU¡±. Tambi¨¦n es soltera aunque se confiesa ¡°casada con la fe, la cat¨®lica¡±. Los soldados que han vuelto tras un a?o en el Congo est¨¢n aislados. Al venir de un pa¨ªs donde el ¨¦bola ha hecho estragos, tienen que superar la cuarentena de rigor, por lo que no pueden ser entrevistados.
¡°Si retrocedo, m¨¢tame¡±
El nombre se inspira en Kaibil Balam, un pr¨ªncipe del imperio Mam al que el conquistador Pedro de Alvarado nunca pudo someter, seg¨²n la historia oficial. Este noble maya fue l¨ªder de la Guardia Real, cuerpo que exig¨ªa como prueba final de ingreso sobrevivir durante un mes lunar (28 d¨ªas) sin alimentos, con un cuchillo de pedernal. Otros guerreros de ¨¦lite persegu¨ªan a los aspirantes. Si ca¨ªan prisioneros, eran expulsados del grupo y expuestos a la verg¨¹enza p¨²blica.
Algunos de estos elementos fueron incorporados a los modernos Kaibiles por su fundador, el general retirado H¨¦ctor Pablo Nuila Hub, que tiene ahora 79 a?os. La dureza del entrenamiento queda reflejada tanto en el letrero a la entrada de su campamento de Popt¨²n, ¡°Bienvenidos al hogar infierno kaibil¡±, como en el lema que los oficiales graban a fuego en la mente de los aspirantes: ¡°Si avanzo, s¨ªgueme; si caigo, ay¨²dame; si retrocedo, m¨¢tame¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.