La inestabilidad de Argelia y Libia arrastra a T¨²nez
Los tres pa¨ªses comparten unas fronteras muy porosas
A pesar de constituir el ¨²nico caso de ¨¦xito reciente de una transici¨®n democr¨¢tica en el mundo ¨¢rabe, T¨²nez, cuna de las revueltas populares iniciadas en 2011, no recuperar¨¢ f¨¢cilmente la estabilidad pol¨ªtica. En parte, ello se debe al negativo influjo que ejercen dentro de la sociedad tunecina sus dos problem¨¢ticos vecinos, Argelia y Libia, con los que comparte unas porosas y des¨¦rticas fronteras. Las conexiones del yihadismo tunecino, responsable del sanguinario atentado del mi¨¦rcoles en el Museo Nacional del Bardo, con sus hom¨®logos libios y argelinos representan todo un recordatorio del alcance del desaf¨ªo.
Magreb convulso
- Argelia fue pionera en el terrorismo islamista. En 1992, cuando el Gobierno interrumpi¨® unas elecciones para impedir el triunfo del islamista Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), se desat¨® un conflicto armado que cost¨® 200.000 muertos en una d¨¦cada.
- Sus protagonistas fueron el Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA, brazo armado del FIS); su sucesor, el Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate y, desde 2003, Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI).
- El colapso de Libia tras la ca¨ªda de Gadafi ha facilitado la entrada de yihadistas en el pa¨ªs. El Estado Isl¨¢mico se ha hecho fuerte en enclaves como Sirte y Derna.
- T¨²nez se mantuvo a salvo durante el r¨¦gimen de Ben Al¨ª, pero tras su ca¨ªda se infiltraron c¨¦lulas del AQMI.
El riesgo de contagio del extremismo religioso argelino no es nuevo, sino que se remonta a la guerra civil que asol¨® Argelia durante los a?os noventa y que se sald¨® con la muerte de m¨¢s de 200.000 personas. La derrota de la insurgencia islamista a manos del Estado, dominado por el Ej¨¦rcito desde pr¨¢cticamente la independencia del pa¨ªs, no implic¨® su completa erradicaci¨®n, sino que m¨¢s bien la forz¨® a un cambio de estrategia. El violento Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate, creado en 1997 a partir de una escisi¨®n del Grupo Isl¨¢mico Armado (el brazo armado del partido Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n), se reconvirti¨® as¨ª en 2003 en Al Qaeda en el Magreb Isl¨¢mico (AQMI), ampliando su cobertura y su radio de acci¨®n.
La capacidad de penetraci¨®n de los radicales en T¨²nez durante la era del dictador Ben Al¨ª fue bastante limitada, lo que no impidi¨® que se produjera alg¨²n sonado atentado, como el que seg¨® la vida de una veintena de personas, la mayor¨ªa turistas, en Djerba. El Estado policial en T¨²nez era tan eficiente como implacable, y ni tan siquiera toleraba el islamismo moderado de Ennahda. No obstante, todo cambi¨® tras la deposici¨®n de Ben Al¨ª. Las fuerzas de seguridad relajaron su control sobre la poblaci¨®n, lo que fue aprovechado por los militantes yihadistas tunecinos y sus colegas argelinos.
Desde 2013 se advierte del riesgo de contrabando de armas al pa¨ªs
"Hay pruebas de que c¨¦lulas del AQMI se han infiltrado en T¨²nez. Adem¨¢s, existe un grupo yihadista tunecino llamado la brigada Uqba Ibn Nafi, y que en 2014 jur¨® su lealtad al Estado Isl¨¢mico, que est¨¢ probablemente conectado con AQMI", explica Stefano Torrelli, un investigador del think tank italiano ISPI, especializado en islamismo. No en vano, es en la regi¨®n de Jebel Chaambi, cerca de la frontera con Argelia, donde se ha registrado una actividad yihadista m¨¢s intensa y donde se ha concentrado la ofensiva antiterrorista de las autoridades tunecinas durante los ¨²ltimos meses.
En cambio, Libia ha exportado inestabilidad a su vecino occidental m¨¢s recientemente. En oto?o de 2011, junto con el r¨¦gimen de Muamar el Gadafi cayeron tambi¨¦n sus instituciones, creando un vac¨ªo de poder ideal para la expansi¨®n de mafias y grupos extremistas. Ya en 2013, el centro de estudios International Crisis Group alertaba del riesgo que representaba el contrabando de armas a T¨²nez. "La criminalidad y el islamismo radical tienden a convertirse en indisociables en las zonas suburbiales y en aldeas marginalizadas", rezaba el documento, que ya presagiaba el fortalecimiento del yihadismo en T¨²nez.
El hecho de que el Estado Isl¨¢mico haya sido capaz de crear recientemente varios enclaves en ciudades como Sirte o Derna ha sido de gran utilidad para los movimientos yihadistas tunecinos. Sus instalaciones han servido de retaguardia y como campos de entrenamiento. Por esta raz¨®n, hasta all¨ª se desplaz¨® Abu Ayad al Tunisi, fundador de Ansar al Sharia, la principal organizaci¨®n extremista tunecina. Precisamente, la venganza por su asesinato la semana pasada se apunta como una de las posibles motivaciones del atentado del mi¨¦rcoles.
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