¡°No creo que jam¨¢s haya habido una relaci¨®n personal tan mala¡±
Elliott Abrams fue miembro de la Administraci¨®n Bush y est¨¢ adscrito al Consejo de Relaciones Exteriores
Elliott Abrams, especialista en Oriente Pr¨®ximo del Consejo de Relaciones Exteriores, asesor¨® a George W. Bush durante los a?os de la guerra de Irak. Es uno de los miembros m¨¢s destacados del movimiento neoconservador. El viernes respondi¨® por tel¨¦fono a unas preguntas sobre las recientes tensiones entre Estados Unidos e Israel.
PREGUNTA: Muchos presidentes americanos han tenido enfrentamientos con primeros ministros de Israel. ?Qu¨¦ es diferente ahora?
RESPUESTA: Si quiere retrotraerse a la mayor diferencia pol¨ªtica, piense en 1956, en Suez. Siempre habido diferencias pol¨ªticas. Lo diferente ahora es, creo, el grado de odio personal, y creo que no es una palabra demasiado dura, que la administraci¨®n siente hacia Netanyahu. Y creo que esto es nuevo. Otros presidentes han tenido descauerdos de varios tipos. Pero a veces era en el contexto de una relaci¨®n personal muy buena, como la que [George W.] Bush ten¨ªa, o [Bill] Clinton. A veces era en un contexto de ninguna relaci¨®n personal, como el Bush mayor e [Isaac] Shamir. No creo que jam¨¢s haya habido una relaci¨®n tan mala [como la de Barack Obama con Benjam¨ªn Netanyahu]. Uno de los motivos para esto es Ir¨¢n, claro. Si hay un acuerdo con Ir¨¢n, me pregunto si esto cambiar¨¢ un poco, porque la administraci¨®n teme que Netanyahu sea capaz de ayudar a oponerse al acuerdo con Ir¨¢n. Si se cierra el acuerdo con Ir¨¢n y se firma, y hay una resoluci¨®n de la ONU, entonces quiz¨¢, quiz¨¢ esto se reduce un poco.
P: ?Porque el presidente Obama querr¨¢ tener la ayuda de Netanyahu?
R: No, lo digo en el sentido de que no ser¨¢ tan importante. Si hay un acuerdo con Ir¨¢n, ya estar¨¢ hecho. No creo que pueda hacerse nada para mejorar la relaci¨®n entre Netanyahu y Obama. Lo que me choca es el deseo de la Casa Blanca de no mejorarlo. En otras ocasiones he puesto el ejemplo de la relaci¨®n entre George W. Bush y Jacques Chirac. No se llevaban nada bien, pero la Casa Blanca, claro, no quer¨ªa que el problema personal interfiriese en las relaciones entre Estados Unidos y Francia. En ello trabajamos, esencialmente a trav¨¦s de los dos consejeros de seguridad nacional. La Casa Blanca [ahora] no parece querer hacer esto. Parece estar perfectamente contenta con una relaci¨®n muy mala.
P: ?C¨®mo influye la mala relaci¨®n personal entre los l¨ªderes en la relaci¨®n entre ambos estados?
R: Hasta ahora no ha influido demasiado en la relaci¨®n de inteligencia o militar. Pero el impacto se nota en la relaci¨®n pol¨ªtica. Con esto me refiero a cosas como la ONU. Lo primero que ocurri¨® tras la elecci¨®n [en Israel] es que se empezaron a escuchar a personas de la Casa Blanca diciendo en privado que quiz¨¢ Estados Unidos no vetar¨ªa ciertas resoluciones del Consejo de Seguridad. El nivel de ayuda lo fija el Congreso y sobre esto la Administraci¨®n no puede hacer nada, pero en el Consejo de Seguridad el Congreso no puede hacer nada. Esto lo controla el presidente. Y es importante, porque existe un esfuerzo por parte de varias personas y organizaciones de criticar a Israel, de aislar a Israel, de boicotear a Israel. Y creo que el nivel de resistencia, la pasi¨®n en la resistencia, depende en parte de la posici¨®n de Estados Unidos. As¨ª que, si Estados Unidos resiste menos, [estas personas y organizaciones] tendr¨¢n m¨¢s ¨¦xito, particularmente en Europa.
P: Habla usted de la relaci¨®n entre Chirac y Bush. Tambi¨¦n fue mala la relaci¨®n personal entre Bush y el presidente espa?ol Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero tras retirar este las tropas espa?olas de Irak. ?Era una situaci¨®n similar?
R: El presidente Bush ten¨ªa muy buena relaci¨®n con Aznar y no con Zapatero. La cuesti¨®n era: ?podemos aislar [este problema]? La contribuci¨®n espa?ola a Irak no era importante militarmente sino simb¨®licamente. Pero la idea era que era necesario aislar las ¨¢reas de desacuerdo porque Espa?a, por ejemplo, es un miembro de la OTAN. Mi recuerdo es que ten¨ªamos una relaci¨®n de trabajo con el embajador espa?ol. En el caso de Francia ten¨ªamos una relaci¨®n con el embajador franc¨¦s, que era Jean-David Levitte. Levitte hab¨ªa sido consejero de seguridad nacional y embajador ante la ONU. Creo que lo gestionamos bastante bien, pero lo logramos porque quer¨ªamos. Creo que ahora [con Israel] no quieren.
P: Cuando a Casa Blanca habla de revisar su posici¨®n en la ONU. ?Es una amenaza ret¨®rica o realmente Estados Unidos podr¨ªa aislar a Israel?
R: Existe la posibilidad de un voto. Durante tiempo se ha hablado sobre si Obama presentar¨ªa un plan de paz americano. Se pens¨® en ello durante el primer mandato de Obama [2009-2013] y todos sus consejeros dijeron que no lo hiciera porque no tendr¨ªa ¨¦xito, parecer¨ªa un fracaso, y lo que ocurrir¨ªa ser¨ªa que tanto en el lado israel¨ª como en el palestino aplaudir¨ªan las partes que les gustaran y discrepar¨ªan de las que no les gustaran. As¨ª que, ?para qu¨¦ hacerlo? No lo hagas. Y Obama no lo hizo. Tampoco creo que ahora lo haga. Pero en su lugar podr¨ªa haber una resoluci¨®n de la ONU [en vez de una propuesta de EE UU]. Tradicionalmente Estados Unidos vetar¨ªa una resoluci¨®n de este tipo con el argumento de que el ¨²nico camino a la paz es una negociaci¨®n directa entre israel¨ªes y palestinos. La ONU no puede reemplazar las negociaciones directas. As¨ª que esto representar¨ªa un cambio. Y ser¨ªa una prueba interesante para los dem¨®cratas y, en particular, para Hillary Clinton [probable candidata a la presidencia]. Si usted fuera presidenta, ?vetar¨ªa una resoluci¨®n como esta? Y hay otro problema: parece que, si hay un acuerdo con Ir¨¢n, llegar¨¢ al Consejo de Seguridad de la ONU. como resoluci¨®n del Consejo de Seguridad. Y usted sabe que muchas personas en el Congreso, incluidos muchos dem¨®cratas, piensan que esto es una mala idea: el Congreso deber¨ªa votar sobre esto, no la ONU. Si Obama va a la ONU por el acuerdo con Ir¨¢n y va a la ONU por una resoluci¨®n sobre el conflicto israelo-palestino, est¨¢s tentando a muchos dem¨®cratas en el Congreso, y quiz¨¢ a Hillary Clinton, para que digan, no estoy de acuerdo.
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