El Ej¨¦rcito de EE UU acusa a Bergdahl de deserci¨®n y mala conducta
El sargento, canjeado por cinco talibanes, afronta una pena m¨¢xima de cadena perpetua
El sargento Bowe Bergdahl es un desertor y puede enfrentarse a una pena de cadena perpetua. Esa es la conclusi¨®n de la investigaci¨®n del Ej¨¦rcito de Estados Unidos sobre la desaparici¨®n en junio de 2009 del militar en su base en Afganist¨¢n. Bergdahl fue capturado por los talibanes y se pas¨® cinco a?os cautivo hasta su liberaci¨®n el pasado mayo en un pol¨¦mico canje por cinco comandantes talibanes presos en el penal estadounidense de Guant¨¢namo (Cuba). Antes de su captura, el militar ya ten¨ªa un historial de abandono de su puesto.
El Ej¨¦rcito de tierra anunci¨® este mi¨¦rcoles que ha presentado dos cargos contra Bergdahl, de 28 a?os, basados en el C¨®digo de Servicio Militar. Uno por deserci¨®n con la ¡°intenci¨®n de eludir tareas importantes o peligrosas¡±. Y otro por mala conducta ¡°frente al enemigo poniendo en peligro la seguridad de un comando, unidad o lugar¡±. El primero de los cargos puede implicar una pena m¨¢xima de cinco a?os de c¨¢rcel, y el segundo, una pena m¨¢xima de cadena perpetua. Los cargos tambi¨¦n podr¨ªan significar que Bergdahl tenga que salir del Ej¨¦rcito, renuncie a la indemnizaci¨®n de unos 300.000 d¨®lares que podr¨ªa corresponderle y vea rebajado su rango militar.
La decisi¨®n sobre la conducta del sargento depender¨¢ del criterio judicial. En las pr¨®ximas semanas, se celebrar¨¢ en el Estado de Texas una sesi¨®n judicial preliminar del art¨ªculo 32 -similar a un gran jurado en el derecho civil- para determinar si hay suficientes pruebas para que el caso sea analizado por un consejo de guerra. Un portavoz del Ej¨¦rcito explic¨® en una declaraci¨®n ante la prensa que en ese proceso pueden desestimarse los cargos.
Bergdahl afronta un cargo de deserci¨®n y otro por mala conducta ¡°frente al enemigo poniendo en peligro la seguridad de un comando, unidad o lugar¡±
El Ej¨¦rcito finaliz¨® en diciembre su investigaci¨®n sobre el caso y entreg¨® sus conclusiones a un general para que tomara una decisi¨®n sobre la actuaci¨®n del sargento, que en el momento de su desaparici¨®n era soldado. Tras su liberaci¨®n, Bergdahl recibi¨® atenci¨®n m¨¦dica en una base militar estadounidense en Alemania y m¨¢s adelante en otra en Texas. A las seis semanas, volvi¨® al servicio activo en esa base de Texas. Desde entonces, ha trabajado haciendo labores administrativas, a la espera de conocer los resultados de la investigaci¨®n. Inicialmente, el militar declin¨® hablar con su familia y se desconoce cu¨¢l ha sido su relaci¨®n en los ¨²ltimos meses.
Las deserciones no son infrecuentes en EE UU. Las hubo durante la guerra de Irak (2003-2011). Y en la Segunda Guerra Mundial, 20.000 militares estadounidenses fueron condenados por desertar. Uno de ellos fue el ¨²ltimo sentenciado a pena de muerte. La pena capital sigue siendo una posibilidad en el c¨®digo militar.
Pero el abandono de Bergdahl no es uno m¨¢s en las estad¨ªsticas por el modo y el momento en que tuvo lugar, y por el hecho de que fuera un prisionero de guerra. El militar desapareci¨® la ma?ana del 30 de junio de 2009 de su base en el este de Afganist¨¢n y posteriormente fue capturado por los talibanes. Dej¨® su arma, munici¨®n y chaleco antibalas en la base.
En las pr¨®ximas semanas, se celebrar¨¢ una sesi¨®n judicial preliminar para determinar si hay suficientes pruebas para que el caso sea analizado por un consejo de guerra
Tras su liberaci¨®n el 31 de mayo, su caso tard¨® poco en convertirse en pol¨¦mico. En un primer momento, por el canje con los cinco talibanes y el hecho de que el Gobierno de EE UU no cumpliera con su obligaci¨®n de informar con antelaci¨®n al Congreso sobre la salida de presos de Guant¨¢namo. Pero, al poco, la controversia se focaliz¨® en la actuaci¨®n del sargento.
Varios excompa?eros de Bergdahl y un informe clasificado del Pent¨¢gono revelaron que el militar ten¨ªa un historial de abandonar el ¨¢rea en la que estaba confinada su patrulla: ya fuera el centro de entrenamiento en el que estuvo en California o su destino en Afganist¨¢n. Adem¨¢s, seg¨²n la cadena CNN, seis soldados murieron en las tareas de b¨²squeda de Bergdahl en el pa¨ªs centroasi¨¢tico, algo que no ha sido confirmado oficialmente.
Todo ello deriv¨® en que su familia recibiera amenazas y que su pueblo natal en el Estado de Idaho cancelara a ¨²ltima hora un acto de celebraci¨®n de su liberaci¨®n. El Pent¨¢gono ha evitado desde entonces entrar en la pol¨¦mica a la espera de las conclusiones de la investigaci¨®n y ha defendido el deber de rescatar a un prisionero de guerra, fuera o no un desertor.
De lo poco que se sabe de la personalidad de Bergdahl es que le gustaba ir por libre, y era un apasionado de los libros y la naturaleza. Fue educado en casa por sus padres. Se alist¨® en el Ej¨¦rcito de EE UU en 2008 tras un intento fallido de hacerlo en la Legi¨®n Francesa. En cierto modo, era un soldado at¨ªpico: renegaba del uniforme, no beb¨ªa alcohol y solo fumaba en pipa. Seg¨²n sus padres, tard¨® poco en desencantarse del d¨ªa a d¨ªa de la guerra en Afganist¨¢n.
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