Buscando un culpable
La sociedad necesita respuestas, pero no debemos apuntar a las enfermedades mentales Nunca sabremos qu¨¦ pensaba el copiloto del avi¨®n, Andreas Lubitz
La intolerancia a la incertidumbre es peligrosa cuando implica sacar conclusiones precipitadas sobre un acontecimiento tan grave como el suicidio-homicidio al que, desgraciadamente y todo parece apuntar, nos enfrentamos estos d¨ªas. La sociedad necesita encontrar un culpable. Es obligado recordar las palabras de Hip¨®crates que, ya en el siglo V antes de Cristo, se?al¨® el recurso que utilizaban magos, impostores y charlatanes de la ¨¦poca para explicar la epilepsia: ¡°(¡) utilizan lo divino para ocultar su impotencia y desconcierto, al no contar con ning¨²n tipo de ayuda que ofrecer (¡)¡±.
Vivimos en una ¨¦poca en la que se reniega de la maldad, de lo diferente, de lo que no encaja en nuestra forma de pensar y argumentar, en el contexto de un pensamiento pseudoglobalizado y, en ocasiones, cientifista. Consideremos estos sucesos como inconcebibles, no intentemos explicar lo que a veces, simplemente, no tiene explicaci¨®n.
No busquemos respuestas en lo divino, pero tampoco en las enfermedades mentales ¡ªque, por otro lado, existen desde el principio de los tiempos. No se trata de hacer un panfleto a favor de los pacientes con depresi¨®n (que ni siquiera es necesario porque es absolutamente rid¨ªculo establecer comparaci¨®n o identificaci¨®n alguna con esta enfermedad). Simplemente, aceptemos que hay cosas que no podemos explicar porque son subjetivas, porque forman parte de la variabilidad interpersonal, por lo imprevisible de la conducta humana, porque no somos m¨¢quinas y nunca lo seremos. Nunca sabremos qu¨¦ pas¨® exactamente por la cabeza de Andreas Lubitz en el momento de tomar la decisi¨®n de hacer lo que hizo (salvo que encuentren una declaraci¨®n de intenciones entre sus pertenencias y no parece).
?Es posible prevenir actos como este? Definitivamente, s¨ª. Es relativamente f¨¢cil mentir y simular salud mental. Es relativamente f¨¢cil falsear evaluaciones psicot¨¦cnicas validadas. Sin embargo, con que se detecte un solo caso pueden salvarse 150 vidas y esta es una afirmaci¨®n hecha desde mi experiencia como psiquiatra en una compa?¨ªa a¨¦rea espa?ola.
Las medidas de prevenci¨®n tras los atentados del 11-S han sido criticadas por excesivas y represivas. Sin embargo, mientras que en 2001 era necesario que los pilotos comerciales pasaran controles psiqui¨¢tricos bianuales seg¨²n la normativa europea, ahora s¨®lo se realiza un control en el momento de la selecci¨®n (para obtener la licencia, no para renovarla).
En el caso de Lubitz, no parece que haya ocultado un malestar ps¨ªquico o una enfermedad mental, al menos a los m¨¦dicos. Estaba diagnosticado, tratado y en teor¨ªa de baja laboral. Pero no eran los psiquiatras de Germanwings los que dispon¨ªan de esta informaci¨®n, y ellos habr¨ªan tenido en su mano prevenirlo. O tal vez no, pero el hecho es que estos profesionales, en Europa, simplemente no existen.
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