Con o sin acuerdo, la batalla por el programa nuclear de Ir¨¢n contin¨²a
No es descartable que las negociaciones contin¨²en unas semanas o meses y con ellas el cruce de acusaciones
Haya o no haya un acuerdo en Lausana (Suiza) esta noche sobre el programa nuclear iran¨ª, la batalla pol¨ªtica est¨¢ lejos de terminar y la amenaza de un Ir¨¢n armado con la bomba at¨®mica seguir¨¢ planeando durante a?os sobre Oriente Pr¨®ximo.
Si las negociaciones de Estados Unidos, la Uni¨®n Europea, China y Rusia con Ir¨¢n fracasan, sonar¨¢ la hora de buscar culpables. Ir¨¢n responsabilizar¨¢ a EE UU y EE UU a Ir¨¢n. Pero las acusaciones circular¨¢n en otra direcciones.
En Washington, la Administraci¨®n Obama, que se ha jugado parte de su cr¨¦dito internacional en la iniciativa, culpar¨¢ al Congreso, de mayor¨ªa republicana, por su activismo a la hora de torpedear el acuerdo. Los republicanos del Congreso y algunos halcones dem¨®cratas ver¨¢n ratificadas sus sospechas de que se encuentran ante un presidente biso?o, un l¨ªder inocente que se ha dejado enga?ar por un adversario mal¨¦volo. Es posible que se intercambien reproches similares Obama y primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu, aliado de los republicanos en el frente contrario al acuerdo.
Tambi¨¦n en Teher¨¢n har¨¢n reproches internos, seg¨²n vaticina el profesor Nader Habibi, de la Universidad de Brandeis. ¡°Si las negociaciones se abandonan sin ning¨²n acuerdo en junio de 2015, ser¨¢ un rev¨¦s pol¨ªtico duro para Rohan¨ª¡±, escribe en un foro de debate del Belfer Center de la Universidad de Harvard. El presidente Hassan Rohan¨ª ver¨¢ su autoridad cuestionada por la facci¨®n m¨¢s intransigente del r¨¦gimen. La posibilidad de nuevas sanciones que ahoguen la econom¨ªa le debilitar¨¢.
A uno y otro lado, en Washington, Jersual¨¦n o Teher¨¢n, las voces belicistas se escuchar¨¢n con m¨¢s fuerza. Pese a la ret¨®rica, nadie plantea por ahora una guerra contra Ir¨¢n, pero, como escribe en el mismo foro el profesor de Harvard Graham Allison, ¡°Estados Unidos e Ir¨¢n volver¨¢n a lo que ya hac¨ªan antes de la congelaci¨®n [del enriquecimiento de uranio] del acuerdo interino [firmado en noviembre de 2013]: Ir¨¢n instalando [centrifugadoras] y EE UU sancionando [a Ir¨¢n]¡±.
Con el Congreso de EE UU dispuesto a incrementar las sanciones y Obama con pocos argumentos para frenarlas, las dificultades de la econom¨ªa iran¨ª pueden agravarse, seg¨²n los expertos citados. Ir¨¢n, sin inspectores que vigilen su programa nuclear, ¡°avanzar¨¢ m¨¢s acerca del objetivo nuclear¡±, vaticina Allison.
¡°Como la admisi¨®n del fracaso ser¨ªa peor para ambas partes que continuar las negociaciones, mi apuesta es que las negociaciones continuar¨¢n, como m¨ªnimo, hasta junio¡±, concluye.
No es descartable, como se?ala Allison, que las negociaciones contin¨²en unas semanas o meses y con ellas el cruce de acusaciones: para los republicanos y Netanyahu, el acuerdo permite a Teher¨¢n acceder a la bomba; para Obama, pactar es la mejor garant¨ªa para impedir un Ir¨¢n nuclear.
Pero la batalla tampoco termina aunque en las pr¨®ximas horas o d¨ªas EE UU y las potencias internacionales lleguen a un acuerdo de principios para levantar las sanciones a Ir¨¢n. Nuevos frentes se abrir¨¢n. Aunque Obama defiende que puede firmar el acuerdo unilateralmente, el Congreso prepara una serie de iniciativas para impedir que, como m¨ªnimo, obligar¨¢n al presidente a una intensa labor de persuasi¨®n.
La interpretaci¨®n de lo pactado ser¨¢ otro problema. Las partes tendr¨¢n hasta finales de junio para afinar la letra peque?a y ah¨ª pueden surgir otros obst¨¢culos.
Otro factor que Obama no puede controlar: la reacci¨®n de Israel y de los aliados sun¨ªes de EE UU como Arabia Saud¨ª, asustados ante la perspectiva del Ir¨¢n chi¨ª legitimado ante las potencias mundiales, liberado de las sanciones y envalentonado en su expansionismo regional.
El acuerdo que se negocia en Lausana tendr¨ªa una vigencia de entre diez y quince a?os. A partir de entonces, las restricciones sobre el programa nuclear iran¨ª se levantar¨ªan. Pero incluso antes de vencer este plazo, si Ir¨¢n decidiese romper el acuerdo, podr¨ªa conseguir la bomba en el plazo de un a?o. La posibilidad de un Ir¨¢n nuclear no desaparecer¨¢ definitivamente. Lausana no es el punto final.
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