Los muertos de Jalisco
En promedio un funcionario es asesinado cada semana en uno de los estados se?alados en la estrategia de seguridad de Pe?a Nieto
Los focos rojos de la estrategia de seguridad de M¨¦xico que el Gobierno del presidente Enrique Pe?a Nieto diagnostic¨® en noviembre son cuatro. Tamaulipas, al noreste, sometido al terror desatado por el enfrentamiento de Los Zetas y el Cartel del Golfo. Guerrero, la regi¨®n donde se cometi¨® el crimen que conmocion¨® al pa¨ªs hace seis meses: la matanza de Iguala que desemboc¨® en la desaparici¨®n de 43 estudiantes de magisterio. Michoac¨¢n, escenario de los choques entre civiles armados (autodefensas) y miembros de la banda de Los Caballeros Templarios y tambi¨¦n una de las puntas de lanza de la estrategia de este Ejecutivo, que lanz¨® un plan para restablecer la seguridad en el estado en enero de 2014. Y Jalisco, donde han sido asesinados m¨¢s de 70 funcionarios desde marzo de 2013. Al ¨²ltimo, el regidor Feliciano Garc¨ªa Fierros, lo mataron apenas el domingo pasado. Le dieron un tiro en la cabeza a plena luz del d¨ªa.
Garc¨ªa Fierros trabajaba en Tlaquepaque, en la zona metropolitana de Guadalajara, la capital de Jalisco, a unos 530 kil¨®metros al occidente de la Ciudad de M¨¦xico, y que concentra m¨¢s de 4,5 millones de habitantes. Jalisco es un estado de intensa actividad tur¨ªstica, comercial y empresarial. El regidor era miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y era presidente de la Comisi¨®n de Reglamentos Municipales de Tlaquepaque. El PRI recuper¨® la gubernatura de Jalisco apenas en las elecciones de 2012 tras 18 a?os de gobiernos del conservador Partido Acci¨®n Nacional (PAN).
El regidor es el ¨²ltimo que ha engrosado una lista de decenas, que incluye a servidores p¨²blicos municipales, estatales y federales ca¨ªdos en los ¨²ltimos dos a?os. Al secretario de Turismo estatal, Jos¨¦ de Jes¨²s Gallegos, lo mataron a una semana de haber sido nombrado en el cargo. El alcalde de Ayutla, Manuel G¨®mez Torres, lo emboscaron en agosto de 2014. Gabriel G¨®mez Michel, diputado federal por Jalisco, fue asesinado en septiembre del mismo a?o. Su secuestro, ocurrido tambi¨¦n en la zona metropolitana de Guadalajara, fue captado por las c¨¢maras. Su cad¨¢ver, calcinado, fue hallado en Apulco (Zacatecas), a unos 150 kil¨®metros al noreste de la ciudad. En Jalisco, en promedio, un funcionario muere asesinado cada semana.
El regidor Feliciano Garc¨ªa Fierros muri¨® asesinado el 28 de marzo
La ola de cr¨ªmenes, no obstante, no son novedad en Jalisco. En los ochenta y noventa fue la cuna de una de las primeras organizaciones criminales de M¨¦xico: el cartel de Guadalajara. Varios de los mayores delitos cometidos por estos grupos ocurrieron en su territorio durante los a?os ochenta y noventa. Extorsiones, asesinatos, terrorismo. El crimen que desencaden¨® la mayor investigaci¨®n hasta entonces realizada por la Agencia Antidrogas de EE UU (DEA), la Operaci¨®n Leyenda: el asesinato de uno de sus agentes, Enrique Camarena, quien hab¨ªa conseguido infiltrarse en las entra?as de la banda. Fue asesinado y torturado por orden de los l¨ªderes del grupo: Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo (conocido en los ochenta como el zar de la coca¨ªna en M¨¦xico) y Rafael Caro Quintero, condenado a 40 a?os de prisi¨®n por el crimen pero posteriormente liberado el 9 de agosto de 2013. En enero de 2015 la Justicia mexicana recul¨® y emiti¨®, de nuevo, una orden de arresto en su contra. Caro Quintero naci¨® en Badiraguato, Sinaloa, el mismo sitio que Joaqu¨ªn El Chapo Guzm¨¢n, l¨ªder del cartel de Sinaloa.
La lista es larga y contin¨²a. En 1993, el cardenal de la ciudad, Juan Jes¨²s Posadas Ocampo, fue tiroteado en el aeropuerto de Guadalajara. Las autoridades concluyeron que el religioso fue v¨ªctima del fuego cruzado provocado por un enfrentamiento entre bandas rivales. El objetivo, seg¨²n las primeras averiguaciones, era matar a El Chapo Guzm¨¢n. En 1994, un cochebomba estall¨® en las puertas del hotel Camino Real de la ciudad, justo cuando un operador del cartel de Sinaloa celebraba la fiesta de 15 a?os de una de sus hijas. Murieron cinco personas.
En La Barca, lim¨ªtrofe con Michoac¨¢n, se encontr¨® la tercera fosa m¨¢s grande que se ha hallado en M¨¦xico en los ¨²ltimos a?os
Los a?os m¨¢s cruentos de la ofensiva contra el narcotr¨¢fico ideada por el expresidente Felipe Calder¨®n (2006-2012) tampoco dejaron indemne a Jalisco. En noviembre de 2011, 26 cad¨¢veres aparecieron abandonados en tres camionetas d¨ªas antes de que se inaugurase la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, la mayor del mundo de habla hispana y uno de los grandes orgullos de la ciudad. Solamente en 2014, las autoridades hallaron 101 cuerpos en fosas clandestinas. En el municipio de La Barca, lim¨ªtrofe con Michoac¨¢n, se encontr¨® la tercera m¨¢s grande que se ha hallado en M¨¦xico en los ¨²ltimos a?os. Ah¨ª yac¨ªan al menos 66 personas. La mayor¨ªa de los restos han terminado en fosas comunes. A la gran mayor¨ªa, nadie los ha identificado.
Cuando el Gobierno de Pe?a Nieto puso a Jalisco como prioridad en su estrategia de seguridad, el gobernador jalisciense, Arist¨®teles Sandoval, asegur¨® que la medida, a diferencia de Michoac¨¢n, Guerrero o Tamaulipas, era "preventiva". El objetivo planteado ¡ªcrear una Fuerza ?nica¡ª es "evitar otro Iguala", seg¨²n opin¨® el fiscal general de Jalisco. Pero los ataques continuos no han detenido. Un comando intent¨® matar al comisionado de seguridad del estado, Alejandro Solorio, apenas este martes. Sali¨® ileso. Un dicho mexicano reza que Jalisco nunca pierde, y cuando pierde arrebata. Hasta ahora, y desde marzo de 2013, ha perdido servidores p¨²blicos del estado, que engrosan, a cuentagotas, la lista de los miles de muertos por la violencia desatada por el narcotr¨¢fico en M¨¦xico.
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