Empresas de EE UU preparan la entrada en el jugoso mercado cubano
240 directivos eval¨²an las nuevas oportunidades de comercio con la isla
Desde que en diciembre Estados Unidos y Cuba anunciaron que empezaban la normalizaci¨®n de relaciones interrumpidas durante m¨¢s de medio siglo, las calculadoras de los empresarios norteamericanos no han dejado de trabajar. En la ecuaci¨®n: evaluar los beneficios de hacer negocios en la isla frente a los riesgos que implican las numerosas incertidumbres ¡ªlegales, regulatorias y hasta pol¨ªticas¡ª que a¨²n rodean el acercamiento entre Washington y La Habana.
La conclusi¨®n generalizada es que, pese a que todav¨ªa hay muchos interrogantes por resolver a ambos lados del estrecho de la Florida, merece la pena desembarcar en Cuba. M¨¢s a¨²n cuando el Gobierno de la isla parece estar dispuesto a recibir unas inversiones que necesita con urgencia. ¡°Los cubanos han dejado muy claro que est¨¢n tratando de atraer inversi¨®n extranjera¡±, afirma Ted Piccone, de la Brookings Institution.
Un llamamiento que muchos empresarios estadounidenses est¨¢n deseosos de aprovechar, como qued¨® patente en la conferencia Oportunidades en Cuba que se celebr¨® la semana pasada en la sede del Nasdaq en Nueva York. All¨ª, 240 empresarios dedicaron toda una jornada a escuchar a altos funcionarios de la Administraci¨®n de Obama y expertos sobre las posibilidades y riesgos de hacer negocios en Cuba.
Faquiry D¨ªaz es el presidente de la empresa de software Tres Mares, una de las promotoras, junto con Council of the Americas, de la conferencia neoyorquina organizada por la escuela de negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania. Antes de la cita, pregunt¨® a los participantes cu¨¢nto dinero estar¨ªan dispuestos a invertir en Cuba en la pr¨®xima d¨¦cada. La cifra ronda los 12.000 millones de d¨®lares (11.000 millones de euros).
?Tanto atrae una isla empobrecida de solo 11 millones de habitantes? Sin duda, sostiene D¨ªaz, que compara Cuba con el inter¨¦s empresarial que despierta Israel por contar con ¡°un pueblo s¨²per educado, con un nivel muy alto de cient¨ªficos o programadores¡±.
A lo que se une el factor turismo en ¡°la mayor isla del Caribe¡±, a?ade. A solo 140 kil¨®metros de EE UU. ¡°Y la proximidad es muy importante en el mundo econ¨®mico¡±, acota Mauro Guill¨¦n, director del Lauder Institute de Wharton. Mientras que Europa est¨¢ a unas nueve horas de avi¨®n de la isla, ¡°el 50 % de la poblaci¨®n de EE UU puede llegar a Cuba en un vuelo de tres horas¡±, recuerda.
O en un pl¨¢cido viaje en barco. Bien lo sabe Frank Del R¨ªo, presidente de la empresa estadounidense de cruceros Norwegian Cruise Line. Esta industria emplea a m¨¢s de 100.000 personas en EE UU y tiene un impacto en el sur de la Florida de m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares. Todo ello sin Cuba que, si se levantaran totalmente las restricciones de viaje para los estadounidenses ¡ªel turismo en la isla a¨²n est¨¢ prohibido¡ª estar¨ªa en cinco a?os entre los 10 mejores destinos del mundo, sostiene. Y eso ¡°tambi¨¦n significar¨ªa miles de millones para Cuba¡±.
No es el ¨²nico convencido del potencial tur¨ªstico. Todos los expertos del sector afirman que Cuba es de enorme inter¨¦s entre los estadounidenses. De eliminarse las restricciones al turismo, calculan, la cifra podr¨ªa pasar del medio mill¨®n de viajeros anuales en 2014 a dos millones en 2017. Y a mucho m¨¢s en el futuro.
¡°Cuba se podr¨ªa convertir para EE UU lo que Espa?a es para Europa¡±, pronostica Guill¨¦n. ¡°Si a Espa?a vienen 60-70 millones de europeos al a?o, dentro de 15 o 20 a?os, puede que vayan 70 millones de norteamericanos a Cuba¡±.
Y eso cuando en materia de infraestructura ¡ªdesde carreteras a aeropuertos u hoteles¡ª casi todo est¨¢ por hacer, adem¨¢s del potencial de sectores como las telecomunicaciones, la industria farmac¨¦utica o la agricultura, que tambi¨¦n hacen salivar a los expertos. La gran duda en este mar de tentaciones empresariales es la interrogante que plantea la situaci¨®n legal con un embargo comercial todav¨ªa en vigor.
¡°Aun cuando las reglas est¨¢n cambiando, hay incertidumbre sobre lo que se puede y no puede hacer; y si se puede hacer, c¨®mo¡±, reconoce Gustavo Arnavat, exdirector ejecutivo de EE UU en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Conferencias como la de Nueva York, que sus organizadores quieren repetir este mismo a?o en La Habana, buscan dar algunas respuestas. La secretaria de Estado adjunta para Am¨¦rica Latina, Roberta Jacobson, reconoci¨® ante los asistentes que el camino para normalizar relaciones ser¨¢ largo y dif¨ªcil. Pero para empresarios como Andr¨¦s Fanjul, uno de los m¨¢s influyentes de la comunidad cubano-americana, es un proceso inevitable. ¡°Tenemos que seguir teniendo mejores relaciones con Cuba, y con Latinoam¨¦rica¡±.
En busca de negocio en la Cumbre de Panam¨¢
Cuba parece dispuesta a aprovechar todas las posibilidades que le ofrece su estreno en la Cumbre de las Am¨¦ricas que se celebrar¨¢ el 10 y 11 de abril en Panam¨¢. Incluso las econ¨®micas. La isla comunista tiene reservado un panel en la cumbre de empresarios que preceder¨¢ a la cita de jefes de Estado hemisf¨¦ricos, muchos de los cuales tambi¨¦n participar¨¢n en el encuentro econ¨®mico.
¡°Nuevas oportunidades de comercio e inversi¨®n en Cuba¡± se llama la ¡°presentaci¨®n especial¡± de la isla en Panam¨¢, que se espera corra a cargo de un alto representante del Gobierno de Ra¨²l Castro.
Para Mauro Guill¨¦n, la oferta cubana es muy suculenta. ¡°En estos momentos en el mundo, no solamente en Estados Unidos, hay un exceso de liquidez por todas partes. Ya no se sabe qu¨¦ hacer con el dinero por las pol¨ªticas monetarias permisivas y, relativamente hablando, hay pocas oportunidades de inversi¨®n realmente atractivas¡±, sostiene el profesor de direcci¨®n internacional de la empresa de Wharton. ¡°Entonces, de repente se abre Cuba¡±, un pa¨ªs donde ¡°evidentemente hay ciertos componentes de riesgo, pero donde los retornos a la inversi¨®n potencialmente son enormes¡±, sostiene.
Aunque todav¨ªa falta el gran desembarco empresarial estadounidense en Cuba, en los cuatro meses pasados desde el radical cambio de rumbo en las relaciones bilaterales son ya varias las compa?¨ªas estadounidenses que han empezado a posicionarse en ese mercado: American Express y Mastercard anunciaron a finales de enero que comenzaban a operar en la isla, Netflix empez¨® a ofrecer sus productos audiovisuales en febrero. La semana pasada lo anunci¨® la plataforma de alquiler de viviendas Airbnb.
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