La paz de Colombia en el exilio
J¨®venes en el extranjero se unen para enviar propuestas a la mesa de di¨¢logo entre el Gobierno y las FARC y piden no caer en el olvido
A Diego Mar¨ªn (32 a?os) la violencia le oblig¨® a dejar sus estudios en la Universidad Nacional de Colombia. Sin planearlo termin¨® convertido en un empleado m¨¢s de los trenes de Oslo (Noruega). Mar¨ªn forma parte de las casi 500.000 v¨ªctimas colombianas que, seg¨²n la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), viven en el exterior. Y ¨¦l, junto a otras personas que han sido testigos del conflicto armado en Colombia y que coincidieron en un pa¨ªs diferente al que nacieron, se unieron en el Foro Internacional de V¨ªctimas, una iniciativa ciudadana que re¨²ne a migrantes y exiliados, y que surge en el marco del proceso de paz de Colombia. El prop¨®sito es plantear al Gobierno y a las FARC ideas que resulten favorables para quienes como Mar¨ªn tuvieron que dejarlo todo y empezar de cero lejos de casa.
La organizaci¨®n, que ya ha documentado 598 testimonios en 21 ciudades alrededor del mundo de personas que tuvieron que salir de Colombia por culpa de la guerra, pide hoy, cuando se conmemora El D¨ªa Nacional de las V¨ªctimas en Colombia, que se piense en c¨®mo lograr su retorno digno. Piden que no los olviden.
¡°Desde lo personal me imagino que se deber¨ªa poder volver y encontrar el apoyo institucional que se requiere, con pol¨ªticas que permitan la integraci¨®n¡±, dice ?rika Antequera (36 a?os). Ella lleg¨® a estudiar Medios de Comunicaci¨®n y Conflictos Armados en Espa?a hace 14 a?os. No lo hizo bajo la categor¨ªa de exiliada, pero s¨ª cargando la historia del asesinato de su padre, Jos¨¦ Antequera, uno de los m¨¢ximos l¨ªderes del partido pol¨ªtico de izquierda Uni¨®n Patri¨®tica, que en los a?os ochenta sufri¨® su exterminio. ¡°Por mi caso personal (la hija de) me mantengo vinculada a mi pa¨ªs, pero reconozco que la mayor¨ªa de iniciativas por Colombia que hay en el exterior est¨¢n cargadas de resentimientos. En el Foro he encontrado un espacio m¨¢s amplio, sin partido, con gente m¨¢s joven y con ideas renovadoras en cuanto a la paz, el perd¨®n o la justicia¡±, dice. Por eso, ahora ve con m¨¢s optimismo lo que est¨¢ pasando en su pa¨ªs. ¡°El fin del conflicto armado es irreversible y urgente. En un ambiente de paz, la oposici¨®n pol¨ªtica podr¨¢ ejercer su derecho y la sociedad en general contar¨¢ con las garant¨ªas para expresarse libremente¡±, asegura.
Y aunque la idea del Foro Internacional de V¨ªctimas es darle cara y voz a quienes tuvieron que dejar Colombia a causa del conflicto, la gestora de la iniciativa, Pamela Lozano (30 a?os), reconoce que no vivi¨® en carne propia la violencia del pa¨ªs. ¡°Me di cuenta de que cuando se habla de la paz, no se menciona a quienes huyeron para salvar su vida de la guerra y aunque no fue mi caso, sent¨ª que pod¨ªa ayudar¡±, cuenta.
Ella lleg¨® hace dos a?os a Barcelona y desde entonces se ha dedicado a generar una cadena de contactos con colombianos que contribuyan con ideas de paz. Y su trabajo ha funcionado. A trav¨¦s de Acnur enviaron el primer texto a La Habana. All¨ª plantearon sus posiciones sobre el retorno digno, la reparaci¨®n que merecen las v¨ªctimas, pero sobre todo pidieron que la comunidad colombiana en el exterior est¨¦ contemplada en lo que se acuerde y se firme dentro del proceso de paz.
Diego Mar¨ªn, que adem¨¢s del trabajo en el tren de Oslo ha tenido que cuidar enfermos para ganar dinero y poder estudiar (ya se gradu¨® en Estudios de Am¨¦rica Latina y se especializar¨¢ en Historia), se reuni¨® en octubre del a?o anterior con algunos miembros de la delegaci¨®n de paz de las FARC y del Gobierno. All¨ª, junto a otros colombianos que forman parte del Grupo de apoyo por la paz de Colombia, que se gest¨® en Noruega, plantearon preguntas que cualquier joven colombiano en el exterior podr¨ªa tener sobre el proceso, dice ¨¦l. Se enfocaron en el tema de los ni?os y las mujeres en la guerra.
Y aunque no fue f¨¢cil salir como exiliado de su pa¨ªs, despu¨¦s de ser amenazado por grupos armados de derecha debido a su papel como l¨ªder estudiantil, ahora Diego cree que s¨ª se puede vivir en paz. ¡°Vivir en un lugar como Noruega me permite ver que las noticias pueden ser diferentes a un conteo de muertos¡±, dice. Antequera lo resume de otra manera: ¡°Nos motiva la idea de la paz, independientemente de que queramos volver o no. Somos m¨¢s que el env¨ªo de remesas a Colombia¡±.
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