?Cu¨¢l es ese islam que da miedo?
Las atrocidades de los radicales demuestran el peligro de la interpretaci¨®n literal del Cor¨¢n
?Cu¨¢l es ese islam que da miedo? ?De d¨®nde viene? ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con la realidad hist¨®rica y teol¨®gica? ?C¨®mo se explica? No hay duda de que nos asusta, pues suscita preguntas, m¨¢s a¨²n al comprobar la fuerza con la que el terrorismo golpea en nombre del islam, donde y cuando quiere. Aunque la islamofobia sea real y preocupe a las sociedades europeas, solo es un aspecto m¨¢s de la crisis desatada estos ¨²ltimos a?os entre Occidente y una parte de Oriente.
El d¨ªa en que un individuo que se hace llamar Al Bagdadi se autoproclam¨® califa, hace casi un a?o, y anunci¨® la creaci¨®n de un Estado Isl¨¢mico (EI) con unas fronteras sin definir, ese d¨ªa, se declar¨® la guerra a los musulmanes pac¨ªficos, a los europeos y al resto del mundo. Nadie se tom¨® en serio su discurso. Nadie se puso a averiguar qui¨¦n lo financia, qui¨¦n le suministra tanto armamento, qui¨¦n lo lleva hacia esa deriva cada vez m¨¢s asesina. Se sabe que atrac¨® los bancos de Mosul, que se apoder¨® de algunos pozos de petr¨®leo y que vende el crudo en el mercado negro. Pero ello no basta para mantener un ej¨¦rcito y financiar a los grupos yihadistas procedentes de Europa y del mundo ¨¢rabe.
Los musulmanes, como el resto del mundo, necesitan saber qu¨¦ est¨¢ pasando. ?El comportamiento del EI lo justifica el islam? ?Es una herej¨ªa? ?Es pura invenci¨®n de Al Bagdadi, quien, tras haber pasado por las c¨¢rceles iraqu¨ªes, quiz¨¢ quiera justificar su sed de mal y de poder para reinar sobre los musulmanes del mundo?
Cuando consultamos el Cor¨¢n y algunas de sus interpretaciones, resulta evidente que el islam experiment¨® diversas fases de combate y de violencia, principalmente en sus inicios. Algunas aleyas [vers¨ªculos de Cor¨¢n] ordenan luchar con las armas hasta que el islam triunfe. Coinciden justo despu¨¦s de la h¨¦gira de Mahoma a Medina, en 622. El profeta tiene enemigos que no solo no creen en su mensaje, sino que intentan matarlo. La aleya 29 de la sura 9 [cap¨ªtulo 9 del Cor¨¢n] es clara, pero hay que leerla a la luz del contexto de entonces, y no del actual: ¡°?Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Dios ni en el ¨²ltimo D¨ªa, no proh¨ªben lo que Dios y Su Enviado han prohibido, ni practican la religi¨®n verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!¡±. En esa misma sura, aleya 73, se dice: ¡°?Profeta! ?Combate contra los infieles y los hip¨®critas, s¨¦ duro con ellos!¡±. Mahoma luch¨® contra sus adversarios, sobre todo contra los jud¨ªos de Medina y los adoradores de ¨ªdolos de piedra. El reconocimiento del mensaje divino siempre ha ido acompa?ado de dramas y tragedias. No hay m¨¢s que ver la historia de las religiones. Pero aquello suced¨ªa hace 15 siglos, en unas circunstancias y un contexto determinados, vinculados a la ¨¦poca en que las tribus de Arabia combat¨ªan entre ellas mucho antes de la llegada del islam.
El verdadero problema es que se invite al siglo VII a asentarse entre nosotros en la ¨¦poca moderna. Uno no puede desplazar los contextos y la historia a su antojo, seg¨²n sus necesidades. En cambio, el EI act¨²a como si los 15 siglos que nos separan de la aparici¨®n del islam hubieran sido borrados de un sablazo m¨¢gico.
Aunque minoritarios, algunos musulmanes son conscientes de la urgente necesidad de introducir reformas, de revisar algunos textos que son inaplicables y se han quedado caducos en el siglo XXI. Son musulmanes que est¨¢n a favor del laicismo, de la ense?anza de los principios de tolerancia y respeto del diferente desde la infancia, que est¨¢n a favor de los valores humanistas, y desean un islam sosegado, tranquilo y reservado a la esfera privada.
Pero esos combatientes movidos por el odio han hecho una lectura literal del Cor¨¢n, tomando al pie de la letra lo que ha sido revelado. ?Fuera met¨¢foras, s¨ªmbolos, distancia, inteligencia! Esa lectura estrecha y simplista, falsa en definitiva, es la que por desgracia se impuso desde el siglo XVIII, desde que Mohamed Abdel Wahab, un te¨®logo saud¨ª, aplic¨® el dogma de la shar¨ªa, que ha dado lugar a ese islam r¨ªgido e integrista denominado wahabismo. Arabia Saud¨ª y Qatar siguen ese rito.
?C¨®mo puede atraer ese mensaje brutal del EI a unos j¨®venes europeos de cultura musulmana o conversos? Esa visi¨®n del islam y de sus promesas seduce a unos chicos de identidad poco consolidada que se imaginan que en ese combate hallar¨¢n su raz¨®n de ser y de vivir. El discurso y las acciones criminales de Al Bagdadi han sido posibles porque en la mayor¨ªa de los pa¨ªses musulmanes el sistema democr¨¢tico y el Estado de derecho no est¨¢n realmente establecidos; porque la sociedad occidental no ha dado una oportunidad a esos j¨®venes de origen inmigrante, y ello ha facilitado que se sientan atra¨ªdos por la arriesgada aventura de la yihad; porque son percibidos como europeos de segundo orden y constatan que impugnar el sionismo y solidarizarse con los palestinos se considera antisemitismo; porque el discurso de los que los reclutan los convence, y suponen que han encontrado lo que les falta: una identidad que los reconforte y les d¨¦ seguridad. ?Lo parad¨®jico es que su raz¨®n de vivir los conduzca a morir como m¨¢rtires con la promesa de un para¨ªso!
El Estado Isl¨¢mico es rico y paga a sus combatientes con dinero contante y sonante
Algunos se van a Siria y a Irak por estos motivos, otros lo hacen por af¨¢n de aventura y por dinero. El EI es rico y paga a sus combatientes con dinero contante y sonante. El islam se extrav¨ªa entre esas consideraciones, y as¨ª podemos ver a mujeres de negro, tapadas de la cabeza a los pies, que reprochan a otras, tambi¨¦n cubiertas de arriba abajo, que el manto que las cubre no sea lo bastante tupido¡ Y en nombre de ese islam nost¨¢lgico de sus primeros tiempos, el EI ocupa la tercera parte de Irak y la cuarta parte de Siria. Es lo que la coalici¨®n internacional desear¨ªa evitar con sus bombardeos cada vez m¨¢s intensos. Pero ahora ya sabemos que esas intervenciones no son eficaces y que la soluci¨®n ha de llegar de los propios pa¨ªses musulmanes. Tardar¨¢ en dar sus frutos, pero se podr¨ªa empezar por peque?os y sencillos pasos, tales como revisar los manuales escolares, poner en pr¨¢ctica una pedagog¨ªa ambiciosa para luchar de manera profunda y objetiva contra la ignorancia, contra esas desviaciones que llevan al terrorismo y a ese miedo absurdo al islam y a los musulmanes.
Traducci¨®n de Malika Embarek L¨®pez.
Tahar Ben Jelloun es escritor marroqu¨ª, ganador del premio Goncourt. Su nuevo libro se llama El islam que da miedo (Alianza).
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