El reinado del terror de Boko Haram
5.500 civiles han sido asesinados y 2.000 mujeres han sido raptadas, seg¨²n Amnist¨ªa
M¨¢s de 5.500 civiles asesinados y unas 2.000 mujeres raptadas, pueblos enteros arrasados, violaciones, masacres, asesinatos a sangre fr¨ªa, cientos de personas obligadas a coger un arma para atacar a sus propios vecinos, lapidaciones por adulterio. El ¨²ltimo informe de Amnist¨ªa Internacional (AI) sobre Boko Haram, 90 p¨¢ginas demoledoras elaboradas sobre la base de 377 entrevistas a v¨ªctimas y testigos de los hechos, documenta la violencia perpetrada por el grupo terrorista m¨¢s sanguinario de ?frica en los ¨²ltimos 15 meses en el noreste de Nigeria. La organizaci¨®n tambi¨¦n relata c¨®mo ha sido la vida para cientos de miles de personas afectadas por este ¡°reinado del terror¡±, como lo califica Salil Shetty, secretario general de AI. El secuestro de las 276 ni?as en Chibok, del que hoy martes se cumple un a?o, no es sino la punta del iceberg.
El 5 de mayo de 2014, Boko Haram llev¨® a cabo uno de sus peores ataques, en la localidad de Gamborou, donde murieron unas 400 personas. ¡°Disparaban contra todo el mundo en la ciudad, matando indiscriminadamente. Siguieron a la gente hasta sus casas y los mataron, fueron al mercado y mataron a m¨¢s. Tambi¨¦n abrieron fuego con el tanque que tra¨ªan. Fueron a una tienda de motocicletas, cogieron un centenar de ellas y circulaban por toda la ciudad matando gente y quemando casas¡±, seg¨²n dijo Sari Zuwa (nombre ficticio) a los investigadores de AI.
El grupo terrorista ejerce su violencia contra todos los que considera ¡°no creyentes¡±, sean o no musulmanes, entre los que incluye a aquellos que no defienden su ideolog¨ªa radical o simplemente quienes de una manera u otra colaboran con el Estado: pol¨ªticos, religiosos, l¨ªderes tradicionales, funcionarios, profesores, m¨¦dicos, estudiantes. Todos son objetivos, todos deben sufrir. Los ataques a escuelas y hospitales, que dejan arrasados, son una de sus prioridades.
El pasado 14 de diciembre, Boko Haram tom¨® la ciudad de Madagali, en el estado de Adamawa. Ahmed, de 20 a?os, fue llevado hasta el patio de un colegio con todos los hombres, a quienes preguntaron si quer¨ªan sumarse al grupo terrorista. A quienes se negaban, los reun¨ªan a un lado. ¡°Nada m¨¢s llegar vi que hab¨ªa dos grupos, algunos estaban sentados en el suelo con las manos atadas. Dos hombres los iban degollando con un cuchillo. Nos sentamos y esperamos nuestro turno. Nos dijeron que nos iban a matar todos¡±. Ahmed logr¨® escapar cuando los trasladaron al r¨ªo.
Alhadji, otro joven de Madagali, vio dos pilas de cad¨¢veres amontonados. ¡°Iba contando a los que asesinaban, llegu¨¦ a 27. Cuando me tocaba el turno me dijeron que el cuchillo se les hab¨ªa quedado romo. Entonces me arrojaron sobre los cad¨¢veres con otros m¨¢s y empezaron a disparar. Cerr¨¦ los ojos. Un cuerpo cay¨® sobre m¨ª, me dieron en el hombro. Hab¨ªa sangre por todas partes¡±. Fue dado por muerto y logr¨® escapar, cruzando la frontera hacia Camer¨²n.
Las mujeres y las ni?as no corren mejor suerte. Aisha, de 19 a?os, fue secuestrada en noviembre junto a tres amigas y llevada a un campamento situado en Gullak (Adamawa). Dos de sus amigas fueron obligadas a casarse con combatientes y ella empez¨® a recibir entrenamiento. ¡°Me ense?aron a usar explosivos y atacar pueblos junto a otras ni?as. Incluso particip¨¦ en un ataque contra mi propio pueblo¡±, asegur¨® a AI. Durante los tres meses que estuvo retenida fue violada de manera reiterada, en ocasiones por grupos de hasta seis hombres. Las que se negaban a matar eran asesinadas y arrojadas a una fosa com¨²n. ¡°Hasta nosotros llegaba el olor de los cuerpos en descomposici¨®n¡±, asegura Aisha.
Boko Haram naci¨® en 2002, pero su actividad terrorista se intensifica de manera significativa en el ¨²ltimo a?o. Sus ataques se hacen m¨¢s audaces, violentos y constantes, unos 20 al mes, y ya no act¨²an solo contra peque?os pueblos o incursiones espor¨¢dicas. El grupo islamista radical entra en las ciudades para quedarse. Y cuando se hacen con el control de una localidad sustituyen a la autoridad y comienza a dictar las normas.
Queda totalmente prohibido fumar o consumir alcohol, los hombres deben dejarse crecer el cabello y la barba y usar pantalones que no toquen el suelo; las mujeres, por su parte, tienen que cubrirse totalmente el cuerpo, incluida la cara, cuando est¨¢n en p¨²blico. Los movimientos entre los distintos pueblos quedan limitados y se proh¨ªbe abandonar el territorio bajo control de Boko Haram. Es como una gran prisi¨®n al aire libre. Toda transacci¨®n comercial debe ser directamente entre productor y comprador, sin intermediarios. En Gamboru, una mujer llamada Zara recibi¨® 30 latigazos por vender ropa de ni?o a una vecina.
Los rezos son obligatorios, y quien no participe en los mismos es castigado con azotes. Los musulmanes son instruidos en nuevas formas de oraci¨®n porque, seg¨²n Boko Haram, sus pr¨¢cticas previas est¨¢n equivocadas, no responden al verdadero islam. Los cristianos tambi¨¦n son forzados a convertirse y a adoptar las nuevas pr¨¢cticas. El adulterio est¨¢ castigado con la pena capital por lapidaci¨®n. Mustaf¨¢ Saleh, un ni?o de 15 a?os, particip¨® en una de estas condenas en Bama, la segunda ciudad del estado de Borno. ¡°Condenaron a cinco hombres y cinco mujeres el viernes. Llamaron a los vecinos y les dijeron que les apedrearan. Yo particip¨¦, cavaron un hoyo, los enterraron con la cabeza fuera y los apedrearon. Cuando mor¨ªan, los dejaban all¨ª", dijo Saleh a AI.
Cada localidad es gobernada por un emir nombrado por Boko Haram, normalmente alguien de la zona, que se instala en una de las mejores viviendas expulsando a sus leg¨ªtimos propietarios y se beneficia del pillaje llevado a cabo en el pueblo por sus hombres. Se calcula que el grupo terrorista puede tener hasta 15.000 miembros organizados en c¨¦lulas con relativa autonom¨ªa operacional, aunque todas bajo el mando del l¨ªder pol¨ªtico y espiritual Abubakar Shekau, tambi¨¦n llamado el Emir, quien a su vez se apoya sobre un consejo de ancianos, la Shura, formado por siete miembros. Las c¨¦lulas militares est¨¢n organizadas como ej¨¦rcitos, con un comandante, el gaid, y varios subcomandantes, los munzirs.
La violencia de Boko Haram ha provocado tambi¨¦n la huida de 1,5 millones de personas de sus casas, la mayor¨ªa desplazados dentro de la propia Nigeria y varios cientos de miles a los pa¨ªses vecinos, N¨ªger, Chad y Camer¨²n. Entre ellos se encuentran unos 800.000 ni?os sobre los que Unicef alerta de que se encuentran en situaci¨®n de grave peligro, con escaso o ning¨²n acceso a ayuda humanitaria y privados de su derecho a la sanidad, la educaci¨®n y los servicios sociales.
Desde el pasado mes de febrero, los Ej¨¦rcitos de Chad, N¨ªger y Camer¨²n han movilizado sus tropas contra Boko Haram, que pierde terreno ante el avance desde el sur de las Fuerzas Armadas nigerianas. Al menos sesenta localidades, entre ellas la ciudad de Gwoza, sede principal del califato autoproclamado por los terroristas, han sido recuperadas por el Ej¨¦rcito.
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