El sue?o americano de un chico cubano
El senador republicano Marco Rubio, de origen hispano, se une a la carrera electoral
Si hay algo de lo que le gusta hablar a Marco Rubio es del sue?o americano que se jacta de encarnar. Al fin y al cabo, su abuelo naci¨® en una empobrecida aldea de la provincia cubana de Santa Clara. Dos generaciones m¨¢s tarde, su nieto Marco Antonio, un licenciado en Derecho, es senador republicano de Estados Unidos y quiere convertirse en el primer presidente hispano de la historia del pa¨ªs. Y uno de los m¨¢s j¨®venes.
Con solo 43 a?os, Marco Rubio aspira a llegar a lo m¨¢s alto de la pol¨ªtica estadounidense: la Casa Blanca. Pero la velocidad no es algo que le asuste a este frustrado jugador de f¨²tbol americano de los Miami Dolphins -aunque acab¨® cas¨¢ndose con una animadora del equipo, como le gusta recordar- que en poco m¨¢s de una d¨¦cada ha pasado de jugar en las ligas menores de la pol¨ªtica local de su Miami natal a la primera liga de la pol¨ªtica nacional.
No llevaba ni dos a?os en el Senado -donde se convirti¨® en el segundo senador de origen hispano- cuando, en 2012, su nombre son¨® con fuerza como compa?ero de f¨®rmula del candidato presidencial Mitt Romney, el republicano que trat¨® de desafiar a Obama. Finalmente, no fue el elegido, pero tuvo su puesta de largo en el universo republicano nacional al presentar a Romney en la convenci¨®n republicana que nomin¨® oficialmente al empresario morm¨®n como su candidato a la Casa Blanca.
Rubio admira a Reagan, pero por su vertiginosa carrera y juventud, a menudo se le ha llegado a comparar con Obama
Rubio creci¨® durante la era del presidente republicano Ronald Reagan (1981-1989) que tanto admira y que pone como modelo siempre que tiene ocasi¨®n. Pero por su vertiginosa carrera y juventud, a menudo se le ha llegado a comparar con el presidente dem¨®crata Barack Obama, cuyas pol¨ªticas sin embargo tan profundamente rechaza.
Especialmente, el acercamiento del mandatario a Cuba, que Rubio ha criticado hasta desga?itarse tanto en ingl¨¦s como en el espa?ol cubano que habla de manera fluida.
Rubio lleg¨® al Capitolio en 2010 aprovechando la ola de fuerza del ultraconservador Tea Party. Su agenda incluye los principales puntos de un conservador tanto en lo social como en lo econ¨®mico: es un defensor de la familia tradicional -tiene cuatro hijas con su esposa Jeannette- y f¨¦rreo opositor al aborto o al matrimonio gay. Rubio es asimismo un cr¨ªtico ac¨¦rrimo de un excesivo peso del Estado y, sobre todo, del gasto p¨²blico. Su ideario econ¨®mico lo desgrana en su ¨²ltimo libro que, c¨®mo no, decidi¨® titular ¡°Sue?os americanos¡±.
De forma poco sorprendente, en el libro vuelve a hablar de la historia de sus padres, una forma recurrente en ¨¦l de ejemplificar el ¡°sue?o americano¡± pero que le ha dado m¨¢s de un disgusto pol¨ªticamente peligroso. Seg¨²n revel¨® The Washington Post en 2011, la historia de sus padres como exiliados cubanos que huyeron de la isla tras la toma de poder de Fidel Castro en 1959 -algo que resonaba muy bien entre su electorado en Miami, tradicional sede del anticastrismo- era una versi¨®n ¡°embellecida¡±. Ni salieron de Cuba en esa fecha -lo hicieron tres a?os antes- ni la pol¨ªtica -sino motivos puramente econ¨®micos- motivaron su decisi¨®n de intentar una nueva vida en el Estados Unidos donde nacer¨ªan sus hijos, entre ellos Marco Rubio en 1971.
El senador dice encarnar el sue?o americano y usa pol¨ªticamente sus or¨ªgenes cubanos aunque eso le haya dado alg¨²n disgusto
Desde ese faux pas, Rubio se ha cuidado mucho de volver a definir a sus padres como ¡°exiliados¡±, pero sigue utilizando su historia de superaci¨®n personal para definir su visi¨®n de una Am¨¦rica que dice ver en peligro por las pol¨ªticas que promueven los dem¨®cratas en la Casa Blanca y el Capitolio.
De igual forma, Rubio es un duro cr¨ªtico de la pol¨ªtica exterior de Obama, en la que ve graves concesiones a reg¨ªmenes como el de Ir¨¢n o Cuba.
Pese a que no lleva m¨¢s que un lustro en la pol¨ªtica nacional, el ahora ya oficial precandidato republicano juega la baza de su activo trabajo en el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores, del que ha formado parte desde su llegada a Washington, como muestra de su capacidad de asumir una jefatura de Estado que requiere un vasto conocimiento geopol¨ªtico.
Una de las grandes interrogantes es la capacidad de Rubio para atraer el voto hispano, clave para llegar a la Casa Blanca pero que el Partido Republicano ha alienado con su dura ret¨®rica antiinmigrante de los ¨²ltimos a?os.
A su favor tiene no solo ser latino, sino que fue uno de los autores -y defensores- de la ambiciosa propuesta bipartidista de ley migratoria que lleg¨® a ser aprobada en el Senado en 2013, pero que acab¨® fracasando en la c¨¢mara baja por la oposici¨®n republicana. Los aplausos que se gan¨® entre la comunidad hispana -frente a las duras cr¨ªticas de los m¨¢s conservadores de su partido- se han apagado sin embargo en los ¨²ltimos tiempos. Desde que Obama aprob¨® unas medidas ejecutivas en noviembre para regularizar a millones de indocumentados, Rubio ha endurecido significativamente su discurso migratorio, lo que ha llevado a las influyentes organizaciones latinas a retirarle el benepl¨¢cito en momentos en que el joven senador se lo apuesta todo a una sola carta y necesita todos los votos posibles.
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