Reuni¨®n hist¨®rica. ?Y ahora qu¨¦?

Con una tendida de mano y una conversaci¨®n de una hora en un sal¨®n de hotel en Panam¨¢ se cumple una de las reuniones m¨¢s esperadas del ¨²ltimo medio siglo en las Am¨¦ricas. La reuni¨®n hist¨®rica entre Barack Obama y Ra¨²l Castro ha aglutinado toda la atenci¨®n en la Cumbre de las Am¨¦ricas y de la prensa internacional. Tomado ya este importante paso, queda por delante un largo camino a recorrer entre los dos Gobiernos.

En los pr¨®ximos meses se espera que las secciones de intereses de ambos pa¨ªses se conviertan en Embajadas, s¨ªmbolo de que el excepcionalismo que ha caracterizado esta relaci¨®n queda en el pasado y que las oportunidades para la colaboraci¨®n entre gobiernos pueden avanzar. Sin embargo, como qued¨® claro en Panam¨¢, ambos Gobiernos se mantienen firmes en algunas exigencias que sin duda pondr¨¢n a prueba a la nueva relaci¨®n. El Gobierno de Cuba se mantiene firme en la exigencia de que debe ser retirado de la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo y de que se derogue el embargo norteamericano, mientras que el Gobierno de EE UU ha reiterado su derecho a promover valores universales de derechos humanos y a apoyar a la sociedad civil cubana.

Mientras que se espera la eliminaci¨®n de Cuba de la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo en las pr¨®ximas semanas, la eliminaci¨®n del embargo ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil, ya que depende del Congreso de EE UU. La misma instituci¨®n tendr¨¢ 45 d¨ªas para analizar la eliminaci¨®n de Cuba de la lista de pa¨ªses patrocinadores del terrorismo, algo que dif¨ªcilmente podr¨¢ revertir, pero que servir¨¢ como oportunidad pol¨ªtica para una minor¨ªa en el Congreso aferrada al embargo, dos de cuyos miembros ser¨¢n candidatos a la presidencia del pa¨ªs en las pr¨®ximas elecciones.

Como qued¨® claro en Panam¨¢, ambos Gobiernos se mantienen firmes en algunas exigencias que sin duda pondr¨¢n a prueba a la nueva relaci¨®n

A pesar de la fuerte oposici¨®n de los defensores del embargo en el Congreso, un grupo cada vez mayor de dem¨®cratas y republicanos en ambas C¨¢maras se ha pronunciado a favor del cambio y ha presentado propuestas de ley para eliminar la prohibici¨®n de viajes, incrementar el comercio y expandir la inversi¨®n en telecomunicaciones en la isla. Estas propuestas de ley ya cuentan con un importante apoyo bipartidista y su ¨¦xito depender¨¢ en gran parte del coraje pol¨ªtico en EE UU y en la implementaci¨®n de los cambios en Cuba. Nada resultar¨¢ m¨¢s estimulante para las reformas en la pol¨ªtica estadounidense hacia Cuba que las reformas en la isla.

En Cuba, la marcha del proceso de reformas sigue enfocada hacia el ¨¢rea econ¨®mica y a un ritmo que no parece ajustarse a las metas de crecimiento anunciadas por el propio Gobierno. Al mismo tiempo, desde Washington se critica la falta de reformas pol¨ªticas y en el ¨¢rea de derechos humanos. Es evidente que este proceso de reformas responde a necesidades internas y que no est¨¢n enfocadas a estimular reformas en la pol¨ªtica estadounidense. Sin embargo, la realidad pol¨ªtica es que si las reformas estadounidenses han respondido en alguna medida a exigencias de La Habana, es l¨®gico que desde Washington se esperen reformas en la isla que respondan a sus expectativas.

Ambos mandatarios han demostrado cierto coraje pol¨ªtico al reunirse y encaminar el proceso de normalizaci¨®n de sus relaciones diplom¨¢ticas. El ¨¦xito de este proceso depender¨¢ en gran medida de los pasos que tome cada Gobierno para estimular las reformas del otro. Para EE UU eso significa que Barack Obama tendr¨¢ que usar capital pol¨ªtico para facilitar las propuestas de ley en el Congreso que levantar¨ªan sanciones contra la isla. Mientras tanto, Ra¨²l Castro deber¨¢ igualmente promover reformas econ¨®micas m¨¢s profundas y cambios pol¨ªticos que sin duda resultar¨¢n muy estimulantes para el levantamiento del embargo y que al mismo tiempo beneficiar¨¢n al pueblo cubano.