Escocia decide el futuro de Reino Unido
La batalla en la periferia de Glasgow, donde una estudiante desaf¨ªa a un peso pesado laborista, ilustra el auge de un nacionalismo que puede tener la llave del Gobierno
Mhairi Black ten¨ªa solo tres a?os cuando Douglas Alexander se convirti¨® en diputado en 1997. Los propios padres de ella le votaron. Hoy, ¨¦l es el portavoz de Asuntos Exteriores de la oposici¨®n y estratega jefe de la campa?a del Partido Laborista. Pero algo se ha interpuesto en su camino hacia los coches oficiales y las cumbres internacionales. Ese algo es Mhairi Black, hoy una estudiante de Pol¨ªticas de 20 a?os, que disputa por el Partido Nacionalista Escoc¨¦s (SNP) este esca?o que se contaba entre los m¨¢s seguros de los laboristas. La batalla entre el veterano laborista y la estudiante, que podr¨ªa convertirse en la diputada m¨¢s joven que ha tenido nunca el pa¨ªs, ilustra como pocas el terremoto pol¨ªtico que est¨¢ viviendo Escocia. Un fen¨®meno que puede decidir qui¨¦n gobernar¨¢ Reino Unido despu¨¦s de las elecciones del pr¨®ximo 7 de mayo.
Con una estimaci¨®n del voto por encima del 50%, el SNP est¨¢ borrando a los laboristas del mapa pol¨ªtico de Escocia. Hay 59 esca?os escoceses en Westminster. En las elecciones de 2010 los laboristas obtuvieron 41 y los nacionalistas escoceses, seis. Hoy todas las encuestas otorgan al SNP m¨¢s de 40 esca?os. Los laboristas, por su parte, apenas retendr¨ªan media docena. Esto puede provocar que el laborista no sea el partido con m¨¢s esca?os tras las pr¨®ximas elecciones y, por tanto, ayudar a que David Cameron siga en el poder. Pero a la vez puede convertir al SNP en la tercera fuerza pol¨ªtica en el Parlamento brit¨¢nico y entregarle la llave para abrir la puerta del n¨²mero 10 de Downing Street a Ed Miliband, precisamente el l¨ªder del partido que est¨¢n haciendo desaparecer de Escocia.
Mhairi Black, de 20 a?os, puede ser la diputada m¨¢s joven de Westminster
Los laboristas han descartado un Gobierno de coalici¨®n con el SNP: supondr¨ªa gobernar el pa¨ªs con un partido cuyo objetivo ¨²ltimo es romperlo. Pero hay m¨¢s opciones que una coalici¨®n formal. Hoy por hoy, si las tendencias no cambian en la recta final de la campa?a, un Gobierno laborista en minor¨ªa con apoyo del SNP parece el resultado m¨¢s probable de estas elecciones, en las que los dos grandes partidos se encuentran en un empate t¨¦cnico y con esca?os insuficientes para formar Gobierno en solitario. Una posibilidad que David Cameron, que present¨® este jueves en Glasgow el programa electoral de los tories escoceses, calific¨® de una ¡°coalici¨®n del caos¡± que ¡°amenaza el futuro de Reino Unido¡±.
Proyecci¨®n de voto
??Hay 650 esca?os en C¨¢mara de los Comunes, por lo que har¨ªan falta 326 para una mayor¨ªa de Gobierno (algo menos, en realidad, ya que los diputados del Sinn F¨¦in suelen no tomar posesi¨®n de sus puestos). Hay 59 esca?os escoceses en Westminster.
??Esta es la estimaci¨®n de voto para las elecciones generales del pr¨®ximo 7 de mayo, seg¨²n un agregador de encuestas de la BBC: Partido Conservador, 34%; Partido Laborista, un 34%; UKIP, el 14%; Partido Liberal Dem¨®crata, un 8%; Verdes, el 6%; Otros (incluido el Partido Nacionalista Escoc¨¦s, SNP en sus siglas inglesas), 4%.
??Esos votos se traducir¨ªan en los siguientes esca?os, seg¨²n la web May2015 a partir de diversas encuestas: Partido Laborista, 276 (18 m¨¢s que en 2010); Partido Conservador, 268 (39 menos); SNP, 54 (48 m¨¢s); Liberales dem¨®cratas, 26 (31 menos); UKIP, 3 (todos menos); Verdes, 1 (igual resultado); Otros: 22 (uno m¨¢s).
¡°Si tenemos la llave del poder, bajo ninguna circunstancia apoyaremos un Gobierno tory¡±, reitera Angus Robertson, portavoz en el Parlamento y director de campa?a del SNP. ¡°Pero si hay una mayor¨ªa alternativa, como parece que ser¨¢ el caso, la apoyaremos¡±.
Mhairi Black acompa?a a EL PA?S de paseo por Paisley, el pueblo donde creci¨® y al que quiere representar en Westminster. Territorio obrero, feudo del laborismo, que obtuvo aqu¨ª el 60% de los votos en 2010. La alarma son¨® cuando una encuesta del pasado 4 de febrero daba al SNP ocho puntos de ventaja en esta circunscripci¨®n. Ese mismo d¨ªa Angus Robertson anunci¨® los ¨²ltimos candidatos del SNP. Mhairi Black ser¨ªa la encargada de desbancar a Douglas Alexander en Paisley. Sangre fresca del partido contra el establishment de Westminster. Al d¨ªa siguiente, la madre de Black la acompa?¨® al centro comercial a comprar el traje de chaqueta y pantal¨®n que luce hoy y que apenas se ha quitado desde entonces.
Black dice tener alg¨²n vago recuerdo de la llegada de Blair al poder, en 1997. ¡°Recuerdo a mi padre viendo la tele entusiasmado, ?se hab¨ªan ido los tories!¡±, cuenta. ¡°Pero a medida que iba creciendo ve¨ªa a mi padre cada vez m¨¢s cabreado. Un d¨ªa le pregunt¨¦: ¡®?Los laboristas no eran los buenos?¡¯. Y me dijo: ¡®En realidad, no¡¯. El nuevo laborismo se hab¨ªa convertido en el viejo tory. El partido perdi¨® su alma¡±.
En 2011, cuando el SNP obtuvo la mayor¨ªa en el Parlamento escoc¨¦s y se anunci¨® el refer¨¦ndum, los Black rompieron sus antiguos lazos pol¨ªticos. ¡°Si ha habido alguna vez un momento para afiliarse a un partido, el momento es este¡±, le dijo el padre a Mhairi. Ella cogi¨® el ordenador y los dos se afiliaron al SNP.
El SNP est¨¢ borrando a los laboristas del mapa pol¨ªtico escoc¨¦s
La derrota del independentismo en el refer¨¦ndum del pasado septiembre no ha hecho sino disparar la popularidad del partido perdedor, comandado ahora por Nicola Sturgeon, quien fuera delf¨ªn de Alex Salmond, que dimiti¨® para seguir ahora su batalla desde Westminster. Ante el crecimiento del s¨ª en la recta final de aquella campa?a, los grandes partidos prometieron m¨¢s devoluci¨®n de poderes a Escocia y el SNP, desde entonces, ha sabido explotar el sentimiento de traici¨®n. Muchos escoceses no perdonan a los laboristas tres a?os de campa?a codo a codo con los tories.
Por todo ello, el SNP ha cuadruplicado su n¨²mero de afiliados desde el final del refer¨¦ndum. Supera hoy los 100.000 miembros (m¨¢s que la suma del resto de partidos en Escocia), que constituyen una poderosa m¨¢quina de hacer campa?a, rodada ya en los meses previos a la consulta.
As¨ª se curti¨® Black, haciendo campa?a puerta a puerta por el s¨ª. ¡°Creo que lo que ha pasado en Escocia, y yo soy un ejemplo de eso, es que el refer¨¦ndum ha forzado a la gente a cuestionarse las cosas¡±, explica Black. ¡°Nos ha hecho abrir los ojos, mirar a la sociedad y decir: ¡®Dios m¨ªo, ?por qu¨¦ nadie arregla esto?¡¯. Empezamos a conectar los puntos entre los problemas de nuestras vidas y la pol¨ªtica. Ha habido un despertar pol¨ªtico en la sociedad y es b¨¢sicamente entre la gente joven. Siempre nos ha desilusionado el hecho de que no importa qui¨¦n est¨¦ en Westminster, porque nada cambia. En estas elecciones la independencia no est¨¢ encima de la mesa. Aceptamos que Escocia ha elegido seguir siendo parte de la Uni¨®n. Nuestra labor, como partido escoc¨¦s, es hacer que el sistema funcione mejor para nosotros¡±.
La derrota en el refer¨¦ndum de septiembre ha dado alas al SNP
El barrio de Ferguslie parece un decorado sacado de la pel¨ªcula El show de Truman. El candidato laborista Jim Sheridan, que ha sido diputado desde 2001, presume de que la delincuencia baj¨® cuando estas viviendas cl¨®nicas con peque?os jardines sustituyeron a los bloques de pisos. Las encuestas anuncian que Sheridan perder¨¢ su esca?o en favor del SNP por un escaso margen, por eso hoy desaf¨ªa a la lluvia llamando a las puertas de las casas. ¡°En estas elecciones solo hay dos primeros ministros posibles: uno conservador o uno laborista. Esa es la alternativa¡±, explica a quien le quiera escuchar. ¡°La gente cree que el laborismo les ha decepcionado, que le dio la espalda a la clase trabajadora y se acerc¨® a los poderes econ¨®micos y pol¨ªticos¡± a?ade. ¡°Por eso muchos se han ido al SNP. Ed Miliband deber¨ªa recuperar a esos votantes¡±.
¡°Los ¡®tories¡¯ son en Escocia el partido m¨¢s odiado de Occidente¡±
Sin embargo, a Sheridan le toca hacer campa?a puerta a puerta el d¨ªa en que el peri¨®dico local abre a toda p¨¢gina con este titular: ¡°El laborismo ha dado por perdida a Escocia¡±. Miliband hab¨ªa presentado la v¨ªspera el programa electoral del partido, que inclu¨ªa m¨¢s gui?os a los votantes del centro que al viejo laborismo escoc¨¦s, y pon¨ªa en evidencia a Jim Murphy, l¨ªder del partido en Escocia desde diciembre, que prometi¨® que no apoyar¨ªan m¨¢s recortes al norte de la frontera.
Pero en las puertas Sheridan no solo encuentra viejos votantes laboristas desencantados. Tambi¨¦n le toca explicar a la se?ora Humphreys, jubilada, que no tendr¨¢ que hacer las maletas y marcharse de Escocia ¡ªcomo anuncia que har¨¢ si su partido pacta con los independentistas¡ª porque los laboristas han descartado una coalici¨®n de Gobierno con el SNP. El equilibrio de mensajes en las puertas escocesas se antoja tan complejo como el desenlace de las propias elecciones.
Una cosa s¨ª parece estar clara. Escocia no quiere un Gobierno conservador. ¡°Los tories en Escocia son el partido pol¨ªtico grande m¨¢s odiado del mundo occidental, as¨ª de claro¡±, explica Robertson. El objetivo, por tanto, es com¨²n. La diferencia est¨¢ en c¨®mo alcanzarlo.
El ¨²ltimo laborista de Glasgow
William Bain es uno de los pocos diputados laboristas que, seg¨²n las encuestas, podr¨ªan conservar su esca?o despu¨¦s de las elecciones del 7 de mayo. Se presenta por la circunscripci¨®n del noreste de Glasgow. Se trata de la ¨²nica de la ciudad, que ha sido tradicional feudo laborista, que no caer¨ªa en manos del SNP.
Bain recibe a EL PA?S en la oficina de su campa?a, donde dos colaboradores introducen cartas personalizadas en sobres para dejar en los buzones. Uno de ellos, apunta Bain, lleva haciendo campa?a por los laboristas desde 1945. ¡°Como ve, no todos los votantes se nos van al SNP¡±, bromea.
Bain destaca la importancia que, en unas elecciones tan ajustadas, van a tener las contiendas locales. ¡°M¨¢s que nunca, estas elecciones son 650 [el n¨²mero de esca?os de Westminster] peleas individuales y no una sola batalla nacional¡±, explica. ¡°Por eso las campa?as locales son muy importantes. Un buen candidato local te da un bonus de votos en la circunscripci¨®n que puede resultar definitivo. Una mujer me dec¨ªa el otro d¨ªa que le gustaba yo, pero tambi¨¦n le gustaba el SNP. ?Por qui¨¦n acabar¨¢ votando?¡±.
Lo que se est¨¢ viviendo en Escocia, en opini¨®n de Bain, "es un fen¨®meno que se ve en toda Europa". "Es lo mismo que sucede con Podemos en Espa?a", a?ade. "Nuevos partidos que atraen apoyos por su desaf¨ªo a la pol¨ªtica tradicional. Pero en las visitas a las casas tambi¨¦n estoy detectando una sensaci¨®n de que la gente no quiere despertarse el 8 de mayo con un Gobierno tory que podr¨ªa haber evitado votando a los laboristas. Lo que le digo a la gente es que mire a la historia. La ¨²ltima vez que el segundo partido m¨¢s votado form¨® Gobierno fue en 1923, y dur¨® 13 meses. Es decir, para echar a Cameron tiene que haber m¨¢s diputados laboristas que conservadores, y eso no se consigue votando al SNP".
Recurriendo a la historia, Bain tambi¨¦n cuestiona la creencia de que este siempre ha sido un territorio de su partido. "Hay un mito de que Escocia siempre ha sido laborista", explica. "Pero no es as¨ª. En los ¨²ltimos 100 a?os todos los grandes partidos, incluidos los tories, que obten¨ªan la mitad de los votos a mediados de los a?os cincuenta, han tenido su periodo de gran ¨¦xito en Escocia".
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