Armenios y turcos recuerdan a las v¨ªctimas de la matanza de 1915

¡°Esta no es la foto de mi padre. Este es mi padre que est¨¢ conmigo. Fue forzado a abandonar esta tierra hace 100 a?os. Y yo ten¨ªa que traerlo de vuelta¡±. Irag Vardjavedian, con los ojos humedecidos de la emoci¨®n, sostiene una fotograf¨ªa de 1920 en la que su padre, Tigran, con los pies desnudos, posa junto a sus dos hermanos contra los muros de un orfanato. Tigran naci¨® en Maras (Turqu¨ªa) y en 1915 fue deportado por las autoridades otomanas junto a cientos de miles de armenios. ?l logr¨® sobrevivir a las marchas de la muerte y su hijo Irag, ciudadano de EE UU, estaba hoy en Estambul para rendirle homenaje. En su tierra natal.

Si bien la principal conmemoraci¨®n del centenario del inicio del genocidio armenio, que se cumpli¨® este viernes, tuvo lugar en Erev¨¢n, capital de la Rep¨²blica de Armenia, las que se llevaron a cabo en Turqu¨ªa fueron las m¨¢s simb¨®licas y estuvieron cargadas de emociones. Porque, en el mismo lugar donde comenzaron hace un siglo las deportaciones y asesinatos de armenios, sentir a varios miles de turcos gritando ¡°Todos somos armenios. No lo niegues, no te calles, no seas c¨®mplice del crimen¡± no pudo menos que arrancar las l¨¢grimas de los descendientes de aquellos supervivientes que se desplazaron hasta Estambul para rendir homenaje a sus antepasados.

El Gobierno de Turqu¨ªa niega que los traslados forzosos y masacres de armenios a manos del Imperio Otomano, que costaron la vida a en torno a un mill¨®n de personas, constituyan un genocidio, aunque reconoce el dolor causado a las v¨ªctimas. Pero el debate ya se ha instalado en la sociedad turca, que ha comenzado a hablar abiertamente de la palabra maldita, un t¨¦rmino que hace menos de una d¨¦cada pod¨ªa suponer un proceso judicial al que la pronunciase, como le ocurri¨® al premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk. ¡°Siento que, despu¨¦s de un siglo, hemos podido llevar el debate a otro nivel. El ambiente que me he encontrado en Turqu¨ªa ha sido muy educado. No s¨¦ si est¨¢n de acuerdo con nosotros o no, pero creo que la mayor¨ªa est¨¢ dispuesta a hablar¡±, sostiene Muriel Pashekian, otra hija de supervivientes llegada desde Massachusetts. Desde luego, el cambio de paradigma era patente en los actos que tuvieron lugar hoy en Estambul, Diyarbakir y otras ciudades de Turqu¨ªa, como demuestra el hecho de que en la contramanifestaci¨®n programada contra ¡°la mentira armenia¡± apenas hubiese 30 personas. ¡°Todos los que se callan o apoyan la pol¨ªtica negacionista del Estado son c¨®mplices y por eso todos debemos pedir perd¨®n¡±, sosten¨ªa la abogada Eren Keskin, vicepresidenta de la Asociaci¨®n de Derechos Humanos de Turqu¨ªa (IHD).

El presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, envi¨® un mensaje le¨ªdo en la misa en honor de las v¨ªctimas armenias celebrada en Estambul: ¡°Conmemoro solemnemente a todos los armenios otomanos que perdieron la vida durante las circunstancias que rodearon la Primera Guerra Mundial y extiendo mis condolencias a sus hijos y nietos¡±. Aunque su posici¨®n supone una evoluci¨®n respecto a la de Gobiernos turcos de anteriores d¨¦cadas, el hecho de que este a?o reprogramase el aniversario de la victoria de Gal¨ªpoli ¡ªnormalmente celebrado el 18 de marzo¡ª ha sentado muy mal entre los armenios. Al centenario de la batalla que impidi¨® a las fuerzas aliadas de la Gran Guerra tomar la capital otomana, asistieron este viernes 21 jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el primer ministro australiano, Tony Abbott, y el pr¨ªncipe Carlos y su hijo Harry, de Gran Breta?a.

No estuvieron en Gal¨ªpoli el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, ni el ruso, Vladimir Putin, ¡ªdos Estados con una importante comunidad armenia en su territorio¡ª, que acudieron a Erev¨¢n a la ceremonia del centenario en el memorial levantado en honor a las v¨ªctimas del genocidio. El presidente armenio, Serzh Sargsyan, expres¨® su esperanza de que, pronto, en Turqu¨ªa, ¡°se desvanezca la oscuridad de 100 a?os de negacionismo¡±. Por el contrario, a los armenios les ha sentado muy mal el hecho de que el presidente de EE UU, Barack Obama, no utilizase la palabra genocidio en su discurso de recuerdo a las v¨ªctimas, prefiriendo utilizar ¡°masacre¡± y ¡°horrible violencia¡± para no molestar a Turqu¨ªa, aliado estrat¨¦gico en Oriente Pr¨®ximo.