La vida en el paso de cebra m¨¢s saturado de la Ciudad de M¨¦xico
El cruce de la calle Madero con el Eje Central es una danza ca¨®tica Cada hora pasan por aqu¨ª 9.000 peatones y unos 1.200 veh¨ªculos
El paso de cebra m¨¢s denso (con m¨¢s coches y peatones) de M¨¦xico DF. Uno de los cruces m¨¢s intensos de Am¨¦rica Latina. Aqu¨ª se encuentran la Avenida Ju¨¢rez (Benito, padre del M¨¦xico moderno) con el Eje Central L¨¢zaro C¨¢rdenas (el presidente que expropi¨® el petr¨®leo) con la calle peatonal Madero (el primer presidente revolucionario asesinado por otros revolucionarios). Es la bisagra entre la zona nueva y el Centro Hist¨®rico de la capital. En este punto confluyen: los de la capital, los turistas, los coches, las motos, los camiones, las bicicletas, los triciclos de carga de los comerciantes, los velotaxis a pedales y, por qu¨¦ no, los coches de polic¨ªa no identificados que circulan con hombr¨ªa en direcci¨®n contraria. ¡°Pasan a contraflujo¡¡±, masculla un agente de tr¨¢nsito con rencor hacia los polis m¨¢s duros de la pel¨ªcula. El ayuntamiento tiene planes ¨Cha dicho¨C de mejorar el cruce. De momento lo que hay es un paso de cebra de 15 metros de ancho por el que pasan 9.000 peatones y 1.200 veh¨ªculos por hora.
Viernes 17 de abril. Dos de la tarde
Hace mucho calor. La imagen de un cami¨®n de reparto de gas atravesando el cruce a gran velocidad con cuatro repartidores en la cabina trasera, mal acomodados entre bombonas y al descubierto, da m¨¢s calor. En unos minutos pasan cientos de veh¨ªculos. Unos dejan un poso m¨¢s agobiante que otros. Como una ambulancia que brota de entre el atasco e irrumpe en direcci¨®n contraria con las sirenas chillando, chillando, chillando, chillando.
El Eje Central. Una avenida tan poco acogedora como su ¨¢spero nombre de plan quinquenal. De un lado esperan al sem¨¢foro los peatones que salen del Centro Hist¨®rico; del otro los que entran al Centro Hist¨®rico. El Eje Central en medio: cuatro carriles para el tr¨¢fico corriente y un carril en cada extremo para el autob¨²s el¨¦ctrico, un ente impetuoso que a cada rato pasa a ras de la fila de peatones que espera para cruzar, peinando a bocinazos a los ansiosos que ya han puesto un pie (o los dos) dentro del paso de cebra. El autob¨²s el¨¦ctrico, esa m¨¢quina sin sentimientos, con su amigable r¨®tulo frontal de Cero Emisiones...
El autob¨²s el¨¦ctrico, esa m¨¢quina sin sentimientos, pasa a ras de los peatones con su amigable r¨®tulo frontal de Cero Emisiones
Este viernes hay seis agentes intentado dome?ar el tr¨¢fico. El comandante se llama Jos¨¦ Antonio Z¨¢rate y lleva 23 a?os intent¨¢ndolo. Es m¨¢s severo con los peatones que con los coches: ¡°La gente es impertinente. Se atraviesan cuando no se puede, y son hasta groseros con uno¡±. Hombre experimentado, emite un juicio desalentador sobre la posibilidad de mejorar el cruce: ¡°No se puede hacer nada. Es el coraz¨®n del DF, el coraz¨®n del territorio nacional mexicano¡±. Seg¨²n el comandante, el coraz¨®n de M¨¦xico no se puede ordenar.
Martes 21 de abril. Dos de la tarde
A veces se atasca una v¨ªa, sea la Avenida Ju¨¢rez o el Eje Central, y los agentes tienen que ignorar lo que indiquen los sem¨¢foros y dar prioridad a la v¨ªa atascada. T¨¦cnicamente se le llama ¡°dar contrasem¨¢foro¡±, dice una agente antes de que se acerque una se?ora a presentarle una queja: un ciclista ha pasado a su lado en direcci¨®n contraria (a contraflujo, t¨¦cnicamente) y casi la tira al suelo.
¨CPero es que si les digo algo luego se molestan ¨Cse excusa la oficial.
¨C?Entonces d¨®nde est¨¢ la autoridad? ¨Cprotesta la se?ora.
Entonces, pasa embalado un coche de la polic¨ªa. Y pasa embalado el autob¨²s el¨¦ctrico. Pasa tambi¨¦n, pasito a pasito por el borde de los veh¨ªculos, un trabajador que carga en un carro de mano una torre de 11 cajas de televisores amarradas con cuerdas.
"Quiero un raspado, se me antoja un raspado", repite una polic¨ªa agobiada de calor
¨CQuiero un raspado. Se me antoja un raspado ¨Cdice la agente a la que abronc¨® una se?ora. Hoy tambi¨¦n hace calor. Ella reclama un granizado.
Una mujer intenta parar un taxi. Pero el taxi ya la ha rebasado. Un agente lo ve y le comenta a la agente que anhela un granizado: ¡°Mira, esa quiere que los taxis se echen de reversa, que vengan a por ella y que la suban al carro de la mano¡±. De reversa, diccionario de mexicanismos: marcha atr¨¢s.
El sem¨¢foro del Eje Central se ha puesto en verde. Los que van al Centro Hist¨®rico y los que salen del Centro Hist¨®rico se funden en una mara?a desordenada en medio del paso de cebra, con el plus entr¨®pico de tres veh¨ªculos que se han quedado atorados en el paso porque no frenaron a tiempo cuando su sem¨¢foro se puso en rojo. Entre la muchedumbre que cruza, avanza con determinaci¨®n de orco urbano un joven moreno de melena lisa enfundado en una gabardina negra con el cintur¨®n abrochado. El lado g¨®tico de M¨¦xico DF. Aunque brille el sol. O con m¨¢s raz¨®n: porque brilla el sol.
Mi¨¦rcoles 22 de abril. Mediod¨ªa
El consultor en movilidad Jes¨²s S¨¢nchez Romero aparca su bici plegable, se sienta junto a un portal de la calle Madero y empieza por la Historia. ¡°Esta es la calle por donde entraban los ej¨¦rcitos triunfantes al Z¨®calo de la ciudad¡±.
S¨¢nchez Romero explica su plan para el paso de cebra. Dibuja en un papel el esquema del sitio, con el cruce principal que atraviesa el Eje Central y un cruce secundario que atraviesa la Avenida Ju¨¢rez hacia un punto tur¨ªstico masivo: el Palacio de Bellas Artes. Propone crear una ¡°fase especial¡± en la que por 30 segundos s¨®lo puedan pasar peatones por los dos cruces y a?adir una cebra diagonal para darle versatilidad a la circulaci¨®n de la gente. Las diagonales son comunes en Tokio. En diciembre se hizo la primera en S?o Paulo.
?Eh! ?eh! ?eh! ?eh! ?eh! ?eh!
Grita a un lado del Eje el Movimiento de los 400 Pueblos.
Es un colectivo de manifestantes famoso por protestar medio en cueros. Los hombres con taparrabos, las mujeres pechos al aire. A mayor gloria del caos de este cruce, este viernes los de los 400 Pueblos han decidido venir aqu¨ª a montar su espect¨¢culo folcl¨®rico-pol¨ªtico. Los hombres permanecen gritando y bailando a un lado de la calle, ?eh! ?eh! ?eh! ?eh! ?eh!, y las mujeres han formado dos filas en medio del Eje Central. Los coches pasan entre ellas, entre sus senos-protesta. La banda del Movimiento de los 400 Pueblos toca cumbia en directo con un equipo de altavoces. La orquesta y el ruido del tr¨¢fico. Tambores, silbatos, bocinazos, motores recalentados. Tambores, silbatos, bocinazos. Motores recalentados, ?eh! ?eh! ?eh! ?eh! ?eh! ?eh!, motores recalentados, motores recalentados.
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