Baltimore supera su primera noche de toque de queda

Baltimore super¨® sin mayores incidentes la primera noche bajo toque de queda en toda la ciudad, una sus principales pruebas despu¨¦s de los violentos disturbios vividos 24 horas antes tras la muerte bajo custodia policial de un joven afroamericano, Freddie Gray.

El gran reto ten¨ªa la hora marcada: las diez de la noche del martes, cuando entraba en vigor la medida restrictiva decretada por la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, que pretende mantener a los ciudadanos en sus casas durante las horas de la noche -el toque de queda se levanta a las cinco de la ma?ana- para el resto de la semana. A escasos minutos de la medianoche, el comisionado de polic¨ªa Anthony Batts, se permit¨ªa una sonrisa. ¡°Est¨¢ funcionando¡±, declar¨®. ¡°Los ciudadanos est¨¢n seguros y la ciudad estable, esperamos que se mantenga as¨ª¡±, agreg¨®.

Sus deseos se cumplieron ampliamente. En la ma?ana del mi¨¦rcoles, la vida empezaba a volver a una cierta normalidad en Baltimore, reforzada por la reapertura de escuelas y comercios que hab¨ªan permanecido cerrados la v¨ªspera.

El saldo oficial de detenidos desde el toque de queda es de diez. Una cifra m¨ªnima frente a los m¨¢s de dos centenares arrestados la v¨ªspera. Pero hasta el ¨²ltimo momento, la duda plane¨® sobre el ¨¦xito de la decisi¨®n de las autoridades locales de limitar los movimientos de los ciudadanos durante la noche.

El saldo de detenidos desde el toque de queda era de 10

Pese a intensos llamamientos policiales y de l¨ªderes de la propia comunidad, algunos grupos se negaron a replegarse a sus casas a la hora se?alada, especialmente en lugares sensibles como una intersecci¨®n de la Avenida Pennsylvania que la v¨ªspera hab¨ªa sufrido algunas de las escenas m¨¢s violentas de las protestas. All¨ª la polic¨ªa, pertrechada tras escudos protectores y flanqueada por tanquetas antidisturbios, comenz¨® a avanzar lentamente en fila cerrada hacia los manifestantes, contra los que lanz¨® granadas de humo y gas pimienta para dispersarlos.

Algunos -pocos- respondieron lanzando botellas de pl¨¢stico y hasta vidrio contra los agentes, que realizaron algunos arrestos en esta zona y otras Baltimore.

Con todo, la tensi¨®n era claramente menor que la vivida en las mismas calles 24 horas atr¨¢s y que dejaron escaparates destrozados y ennegrecidos por el fuego que sigui¨® a los saqueos. Los incidentes del lunes se saldaron adem¨¢s con 235 detenidos y 20 agentes heridos, as¨ª como otra persona en estado cr¨ªtico a causa de uno de los incendios provocados durante los disturbios.

Los ciudadanos han participado en las decenas de brigadas de voluntarios que limpian las calles

Hasta poco antes de la entrada en vigor del toque de queda, estas mismas calles ya hab¨ªan sido testigo de los esfuerzos de la comunidad local por cambiar el tono de las protestas. Cientos de personas confluyeron durante todo el d¨ªa en la intersecci¨®n destruida por los saqueos para demostrar, de una forma festiva, que no todos los que salen a la calle lo hacen para causar caos.

Desde primera hora de la ma?ana, muchos de estos ciudadanos hab¨ªan participado adem¨¢s en las decenas de brigadas de voluntarios que, convocados por las redes sociales y armados con escobas y bolsas de basura, acudieron a ayudar a limpiar el caos provocado por los centenares de violentos que, durante buena parte de la tarde y noche del lunes, se dedicaron a desvalijar e incendiar comercios y veh¨ªculos.

La violencia hab¨ªa empezado a estallar en la tarde del lunes, despu¨¦s del entierro de Freddie Gray. Este es el joven negro que el 19 de abril falleci¨® a causa de una grave lesi¨®n medular sufrida en alg¨²n momento durante su arresto, una semana antes, por polic¨ªas blancos. Gray se convert¨ªa as¨ª en el ¨²ltimo s¨ªmbolo de una situaci¨®n que, al menos desde la muerte del adolescente -tambi¨¦n negro, tambi¨¦n desarmado- Michael Brown en Ferguson, Misuri, hace casi un a?o, viene repiti¨¦ndose con demasiada frecuencia en Estados Unidos: caso tras caso de brutalidad policial contra las minor¨ªas, especialmente la afroamericana, han demostrado que este pa¨ªs no ha logrado a¨²n superar las tensiones raciales, pese a tener como presidente a un hombre negro por primera vez en su historia.

Miles de agentes de polic¨ªa, reforzados con miembros de la patrulla estatal y tambi¨¦n -por primera vez desde los fuertes disturbios de 1968 tras el asesinato de Martin Luther King- de la Guardia Nacional, se desplegaron el martes en los puntos estrat¨¦gicos de esta antigua esplendorosa ciudad portuaria ahora abatida por a?os de crisis y marcada por la desigualdad. Las zonas comerciales, tur¨ªsticas y de negocios, adem¨¢s de las sedes del gobierno local, estaban fuertemente protegidas por filas de agentes y veh¨ªculos blindados, que tambi¨¦n se hicieron presentes en las zonas m¨¢s calientes -y deprimidas- donde la noche del lunes se vivieron los peores disturbios. Escuelas, museos y numerosos comercios permaneceron cerrados. El equipo local de b¨¦isbol, los Baltimore Orioles, volvi¨® a posponer un partido ya aplazado el lunes y que se jugar¨¢ finalmente este mi¨¦rcoles a puertas cerradas, mientras el gobernador de Maryland, el republicano Larry Hogan, trasladaba temporalmente su oficina a Baltimore para controlar m¨¢s de cerca una situaci¨®n que, desde la Casa Blanca, el presidente Barack Obama calific¨® de ¡°inexcusable¡±.

¡°No pens¨¦ que fu¨¦ramos a llegar a este extremo¡±, lamentaba Sharanda Palmer mientras, en la ma?ana del martes, barr¨ªa desolada los cristales del escaparate destrozado de su tienda. ¡°Cre¨ª que tras las protestas de la semana pasada esto se hab¨ªa acabado, pero esto parece sacado de una pel¨ªcula¡±, contaba luchando por contener las l¨¢grimas y la rabia de saber que muchos de los causantes de los destrozos de su negocio son los mismos que a menudo acudieron a comprar en ¨¦l.

Al joven concejal de Baltimore Brandon Scott tambi¨¦n le pod¨ªa la rabia con la violencia de la noche. ¡°Est¨¢n destruyendo el futuro de su propia gente, de sus hijos, porque esto es algo que va a da?ar a la ciudad en los pr¨®ximos a?os¡±, lament¨®. Y peor a¨²n, advirti¨®. ¡°Esto no va a ayudar, esto va a hacer da?o a los esfuerzos para lograr justicia no solo para la familia de Gray, sino para mejorar toda nuestra ciudad¡±, sostuvo.

Las zonas comerciales, tur¨ªsticas y de negocios est¨¢n fuertemente protegidas por filas de agentes

Aeneas Middleton, un joven cineasta afroamericano de San Luis al que las protestas del lunes lo encontraron c¨¢mara en mano filmando unas escenas de su pr¨®ximo proyecto -una pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n- en Baltimore, no condona la violencia vivida. Pero dice comprender de d¨®nde sale.

¡°Desde 1968, la gente es consciente de que cosas como la muerte de Gray son algo recurrente, y est¨¢ cansada. En algunas zonas de San Luis, el 99% de la gente que es detenida es negra. Y estamos hartos del racismo, queremos un cambio¡±, afirm¨®.

Las m¨¢s altas autoridades del pa¨ªs, Obama a la cabeza, han dejado claro que la violencia no es la v¨ªa para lograrlo. Baltimore trat¨® el martes de buscar otras formas para manifestar su frustraci¨®n y conseguir los cambios que reclaman tantos en todo el pa¨ªs.