El Supremo de Estados Unidos estudia la viabilidad de la inyecci¨®n letal

El a?o pasado, un hombre tardaba en morir m¨¢s de 40 minutos en una prisi¨®n de Oklahoma despu¨¦s de que el verdugo le inyectara midazolam en las venas, un supuesto tranquilizante que deb¨ªa sedarle antes de que los otros dos componentes qu¨ªmicos le bloquearan la respiraci¨®n y pararan el corazon caus¨¢ndole la muerte. El condenado, Clayton Lockett, intent¨® incorporarse en la camilla a la que permanec¨ªa atado para gritar a los guardas de prisiones: ¡°algo no funciona¡±.

La chapucera muerte de Lockett fue noticia global y devolvi¨® la pena de muerte al debate en Estados Unidos. Fue por poco tiempo. El Estado se mostr¨® dispuesto a seguir adelante con las ejecuciones y la Gobernadora orden¨® una investigaci¨®n que? estableci¨® que la larga agon¨ªa de Lockett se debi¨® a la mala colocaci¨®n de la aguja en una vena del escroto del preso.

Otros cuatro condenados, temiendo correr la misma larga agon¨ªa que su predecesor en la sala de la muerte, recurrieron al Tribunal Supremo de Estados Unidos para que paralizara sus ejecuciones bas¨¢ndose en que el midazolam no es un medicamento tan efectivo con la anestesia y viola la Octava enmienda de la Constituci¨®n, aquella que dice que nadie puede ser sometido a un castigo cruel. No son pocos los corredores de la muerte de Estados Unidos que sufren escasez o simplemente carecen de anestesia para aplicar la inyecci¨®n letal despu¨¦s de que hace varios a?os los laboratorios que la fabrican se negasen a venderla a las penitenciar¨ªas para fines carcelarios.

A la espera del Supremo y mientras que Oklahoma volv¨ªa a una c¨¢mara de gas renovada, Tennessee ha reinstaurado la silla el¨¦ctrica y Utah el pelot¨®n de fusilamiento

Este mi¨¦rcoles es el d¨ªa en que el Supremo debatir¨¢ la legalidad de las inyecciones letales que cuentan con midazolam y si en junio la m¨¢xima corte decidiera declarar su uso anticonstitucional supondr¨ªa un duro rev¨¦s para la brutal pr¨¢ctica de la pena de muerte. No todos los demandantes ver¨¢n el d¨ªa que los nueve jueces se pronuncien. El alto tribunal tuvo que cambiar el nombre del expediente (Warner versus Glossip por Glossip versus Gross) ya que el primer demandante, Charles Warner, era ejecutado mientras el Supremo esperaba para ver el caso.

Los otros tres presos que aguardan la muerte en Oklahmoma -Richard Glossip, John Grant y Benjamin Cole- esperan que el Supremo dictamine a su favor y su condena pueda ser reconsiderada. Aunque temiendo nuevas demandas, la Gobernadora Mary Fallin firmaba este invierno la ley que aprobaba el uso de la c¨¢mara de gas nitr¨®geno. Si bien la c¨¢mara de gas se ha utilizado y est¨¢ en vigor, aunque no en uso, en algunos Estados, el gas nitr¨®geno no se ha usado nunca en ejecuciones y no se sabe sus resultados.

¡°Nadie ha usado antes el gas nitr¨®geno como m¨¦todo para acabar legalmente con la vida de un condenado. De nuevo, como ha sucedido con el midazolam, se estar¨ªa ante ¡°un experimento con seres humanos¡±, declara Richard Dieter, director del Centro de Informaci¨®n sobre la Pena de Muerte (DPIC, siglas en ingl¨¦s). ¡°No existe la muerte perfecta¡±, asegura Dieter, quien busca la abolici¨®n en lugar de remendar un sistema caduco y brutal. ¡°Hay que usar la medicina y la tecnolog¨ªa para ir hacia delante no hacia atr¨¢s¡±, concluye Dieter.

La aceptaci¨®n del caso Glossip versus Gross por parte del Tribunal Supremo paraliz¨® temporalmente otras ejecuciones en Ohio y en Florida. Florida fue el primer estado que us¨® en 2013 la mezcla con midazolam en inyecciones letales a ra¨ªz de las dificultades para obtener el medicamento que usaba hasta la fecha, el pentobarbital. A Florida le siguieron Oklahoma, Arizona y Ohio, los tres estados en los que en 2014 fall¨® la inyecci¨®n, provocando un sufrimiento prolongado en los presos, que agonizaron durante minutos antes de morir. A la espera del Supremo y mientras que Oklahoma volv¨ªa a una c¨¢mara de gas renovada, Tennessee ha reinstaurado la silla el¨¦ctrica y Utah el pelot¨®n de fusilamiento.