Cameron se aferra a la reactivaci¨®n econ¨®mica para ser reelegido
El primer ministro conservador conf¨ªa en deshacer el empate con su rival apelando al voto t¨¢ctico en la recta final de la campa?a
Rodeado de seguidores que jalean cada una de sus frases, el primer ministro se echa la mano al bolsillo y extrae una copia, ya sobada, de la carta que se encontr¨® en 2010 el liberal-dem¨®crata David Laws, entonces n¨²mero dos del Tesoro, encima del escritorio cuando tom¨® posesi¨®n de su oficina. Como ha hecho tantas veces durante la campa?a que est¨¢ a punto de terminar, Cameron desdobla la escueta misiva firmada por Liam Byrne, predecesor laborista de Laws, y procede a leerla: "Estimado secretario del Tesoro: no queda dinero", lee el primer ministro.
El p¨²blico que abarrota el auditorio del colegio para chicas Hayesfield, en Bath, vuelve a rugir. ¡°Eso es lo que dijeron¡±, recuerda el primer ministro. ¡°No debemos olvidarlo¡±.
Quedan tres d¨ªas para las elecciones. David Cameron se ha lanzado a una vertiginosa recta final de la campa?a a la caza de los 23 esca?os que, seg¨²n los c¨¢lculos de su partido, le garantizar¨ªan no tener que hacer la mudanza del n¨²mero 10 de Downing Street. ¡°Veintitr¨¦s esca?os, tres d¨ªas y un mensaje: la econom¨ªa¡± resume Cameron. ¡°Todo se reduce a la econom¨ªa¡±, insiste. ¡°Cuando el jueves est¨¦n en la cabina con el l¨¢piz en la mano, deben hacerse esta pregunta: ?Me f¨ªo de Ed Miliband para llevar la econom¨ªa?¡±. El p¨²blico responde con un largo y sonoro ¡°noooo¡±, y el primer ministro formula m¨¢s preguntas:
?-?Hemos resuelto todos los problemas de este pa¨ªs?
-?Nooooo!
-?Necesitamos cinco a?os m¨¢s para resolverlos?
-?S¨ª¨ª¨ª¨ª¨ª!
Una econom¨ªa que crece m¨¢s que la de ning¨²n otro pa¨ªs del G7. El mayor porcentaje de gente con empleo desde que existen registros. Y una exhibici¨®n de responsabilidad al atacar el todav¨ªa preocupante d¨¦ficit ¨Cun 5% del PIB, el segundo m¨¢s alto de los pa¨ªses del G7- a base de austeridad en el gasto p¨²blico, que ha pasado del 45,7% del PIB en 2010 al 40,7% en la actualidad. Un recorte que, a pesar del empeoramiento de la calidad de vida de los m¨¢s desfavorecidos y del mill¨®n de empleos destruidos en el sector p¨²blico, no se ha traducido hasta la fecha en una notable insatisfacci¨®n de los brit¨¢nicos con sus servicios p¨²blicos. Este es, para los tories, el balance de sus cinco a?os de gobierno en coalici¨®n con los liberales-dem¨®cratas.
Legado econ¨®mico
- La econom¨ªa brit¨¢nica es la que m¨¢s crece (2,8% en 2014) de los pa¨ªses del G7.
- La tasa de paro est¨¢ por debajo del 6%.
- Los salarios brit¨¢nicos -los m¨¢s bajos de las grandes econom¨ªas de la UE- suben (1,6% etre noviembre y enero), aunque a un ritmo decreciente.
- El Gobierno de Cameron ha convertido en su prioridad reducir el d¨¦ficit (5,4% del PIB en 2014) a base de recortar el gasto p¨²blico.
- La recuperaci¨®n econ¨®mica se ha ralentizado en el primer cuatrimestre de 2015. la econom¨ªa creci¨® en ese periodo un 0,3%, el peor dato desde 2012.
No todo se ha arreglado, reconocen. Los sueldos son bajos y el empleo creado es precario. Pero es preferible econ¨®mica y socialmente, defienden, a las altas tasas de desempleo que la crisis ha dejado en otros pa¨ªses europeos. La productividad, asignatura pendiente de la recuperaci¨®n brit¨¢nica, sigue siendo baja. Por eso piden cinco a?os m¨¢s. Si los votantes permiten a los tories continuar con su ¡°plan econ¨®mico a largo plazo¡±, prometen, tambi¨¦n esto podr¨¢ corregirse. Y para el final de la pr¨®xima legislatura Reino Unido presentar¨¢ unas cuentas equilibradas y una econom¨ªa saneada que cree empleo estable y bien pagado.
En la esquina opuesta del cuadril¨¢tero, dispuesto a ganar el ¨²ltimo round a los puntos, est¨¢ un Partido Laborista que, seg¨²n los conservadores, amenaza con hacer volar por los aires esa recuperaci¨®n econ¨®mica. Un partido, advierten, cuya ¨²nica opci¨®n de gobernar es convertido en ¡°reh¨¦n de los radicales secesionistas¡± escoceses. ¡°Los nacionalistas no quieren que el pa¨ªs vaya mejor¡±, asegura Cameron. ¡°?Quieren que el pa¨ªs no exista!¡±.
Recuperaci¨®n econ¨®mica, seguridad y liderazgo. Son los tres ejes sobre los que ha girado la campa?a de los tories. Los tres mensajes, escritos en blanco sobre fondo azul, que se repiten en las pancartas que exhiben quienes jalean a Cameron hoy en Bath. Parece un bagaje con el que cualquier gobernante europeo caminar¨ªa hacia una reelecci¨®n segura. Pero lo cierto es que, a solo tres d¨ªas de las elecciones, el Partido Conservador sigue empatado con el Laborista en las encuestas. Exactamente igual que al arrancar la campa?a.
El 28 de abril la Oficina Nacional de Estad¨ªstica public¨® los ¨²ltimos datos que revelan una ralentizaci¨®n de la recuperaci¨®n econ¨®mica (un crecimiento del 0,3% en el primer cuatrimestre, el peor dato desde 2012). Eso, seg¨²n los estrategas del partido, podr¨ªa incluso beneficiar a los tories, al reforzar el mensaje de que el trabajo a¨²n no est¨¢ terminado. Pero la realidad es que la econom¨ªa, a medida que se recuperaba, ha descendido en la escala de prioridades de los votantes: quienes la consideran hoy su principal preocupaci¨®n son la mitad que hace solo dos a?os.
Los votantes, seg¨²n una encuesta del 28 de abril, tienen una valoraci¨®n negativa de la campa?a de los conservadores y positiva de la de los laboristas. Las principales empresas de encuestas coinciden en que los laboristas, con una base de militancia m¨¢s amplia y m¨¢s joven, han logrado alcanzar a m¨¢s votantes a trav¨¦s de su masiva ofensiva terrestre puerta a puerta, ayudados por un eficaz sistema de an¨¢lisis de datos en circunscripciones ajustadas.
Animados por la confianza en el voto t¨¢ctico a los tories a ¨²ltima hora, y por cierto caos surgido en las filas laboristas con respecto al grado de vehemencia con el que el partido debe descartar un apoyo de los nacionalistas, los estrategas conservadores est¨¢n convencidos de poder remontar en estos tres d¨ªas. Deben conquistar menos de cien mil votos que podr¨ªan decidir el resultado en 23 circunscripciones ajustadas. Se trata mayoritariamente de circunscripciones que est¨¢n en manos de los liberales-dem¨®cratas por un margen ajustado. Como esta de Bath, en el suroeste del pa¨ªs, donde el candidato tory protagoniza una ajustada batalla con el del partido centrista, que ha ganado aqu¨ª desde hace veinte a?os.
Se trata, iron¨ªas de la pol¨ªtica, de arrebatar votos al mismo partido al que llamar¨¢n el viernes para tratar de formar de nuevo un Gobierno de coalici¨®n, si tienen los esca?os suficientes. ¡°Las opciones est¨¢n claras¡±, resume Cameron. ¡°Si quieren que yo sea primer ministro, voten a los tories. Si quieren que lo sea Ed Miliband, voten a los liberales-dem¨®cratas o a UKIP¡±.
¡°Es cuesti¨®n de liderazgo¡±, opina James Hopkins, estudiante de Geograf¨ªa de 18 a?os y votante conservdor. ¡°Y de qui¨¦n va a manejar mejor la econom¨ªa. David Cameron ha demostrado que puede hacerlo. Y eso lo saben muchos que votaron a los liberales-dem¨®cratas. Por eso ahora votar¨¢n a Cameron. Si es as¨ª, no habr¨¢ que esperar mucho: el viernes por la ma?ana ya sabremos que volver¨¢ a ser nuestro primer ministro¡±.
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