Un sondeo a pie de urna da una amplia ventaja a los conservadores
Cameron podr¨ªa gobernar en mayor¨ªa con los liberaldem¨®cratas. Los responsables de la encuesta advierten de que el resultado puede ser menos preciso que en otras elecciones
A la espera de que el recuento de votos concluya en la ma?ana de este viernes, el sondeo a pie de urna publicado a las once de la noche (hora peninsular espa?ola) otorgaba una victoria a los conservadores, mucho m¨¢s holgada de la que preve¨ªan las encuestas previas. El partido del primer ministro David Cameron obtendr¨ªa 316 esca?os (nueve m¨¢s que en 2010), qued¨¢ndose a solo 10 de la mayor¨ªa absoluta. Ese margen se lo podr¨ªa proporcionar el Partido Liberal Dem¨®crata, del aspirante Nick Clegg, que obtendr¨ªa justamente 10 esca?os (47 menos que en 2010), seg¨²n el sondeo a pie de urna encargado por las cadenas de televisi¨®n BBC, ITV y Sky. Si esta alianza llega a buen puerto se repetir¨ªa la coalici¨®n de gobierno de los ¨²ltimos cuatro a?os.
Los laboristas se quedar¨ªan con 239 esca?os (19 menos que en 2010) y el SNP obtendr¨ªa 58, todos menos uno de los disputados en Escocia. Los responsables del sondeo advierten, no obstante, de que este puede ser mucho menos preciso que en elecciones pasadas, debido a lo ajustado de la contienda en algunas circunscripciones y al factor distorsionador que supone el crecimiento de los partidos minoritarios. El sondeo a pie de urna, para el que se han realizado 22.000 entrevistas, ofrece un reparto de esca?os entre los dos principales partidos muy diferente del de todas las encuestas previas a la jornada de electoral, las ¨²ltimas de las cuales coincid¨ªan en se?alar un ligero aumento del voto laborista.
Pero el foco de la actualidad pol¨ªtica brit¨¢nica se traslada este viernes, una vez que finalice el recuento, a discretos salones en las inmediaciones del Parlamento de Westminster, abiertos de d¨ªa y de noche, a resguardo de los micr¨®fonos, que ya han sido habilitados para que los negociadores de los diferentes partidos se re¨²nan unos con otros para tratar de fabricar un Gobierno capaz de obtener el apoyo del fragmentado Parlamento que han elegido este jueves los brit¨¢nicos.
El probable gran perdedor de la noche es ahora, ir¨®nicamente, el principal objeto de deseo. Todo indica que el Partido Liberal Dem¨®crata, socio minoritario del Gobierno de coalici¨®n de David Cameron, perder¨¢ una buena parte los esca?os que obtuvo en 2010. Pero ser¨ªa la primera opci¨®n l¨®gica a la que podr¨ªa recurrir el primer ministro y, a su vez, el socio m¨¢s c¨®modo para Miliband. Nick Clegg, l¨ªder de la formaci¨®n centrista, ya anunci¨® que estar¨ªa dispuesto a aportar ¡°coraz¨®n a un Gobierno tory o cerebro a uno laborista¡±. Ahora toca poner precio pol¨ªtico a esos ¨®rganos.
El proceder de estos d¨ªas, al no existir una constituci¨®n escrita, lo marcar¨¢ el Manual de Gobierno, un documento no vinculante redactado en 2010 por los funcionarios de Whitehall y expertos constitucionalistas. Este establece que el primer ministro, igual que su Gabinete, continuar¨¢ en funciones hasta que dimita o pierda una moci¨®n de confianza, sometiendo las decisiones importantes a consulta de la oposici¨®n.
Al primer ministro se le presume el derecho a tratar de formar Gobierno en primer lugar, cosa que Cameron har¨¢ si obtiene m¨¢s esca?os que los laboristas. Formar un Gobierno de coalici¨®n es una opci¨®n, pero no la ¨²nica. Est¨¢ el llamado acuerdo de ¡°confianza y provisi¨®n¡± ¡ªun partido apoya a otro en la investidura, los presupuestos y ante eventuales mociones de censura¡ª y el mero apoyo voto por voto.
¡°Si se forma de nuevo una coalici¨®n, el proceso puede ser m¨¢s largo que en 2010, pues los partidos se esforzar¨¢n en amarrar m¨¢s a sus socios¡±, explica Akash Paun, del think tank Institute for Government, autor de un estudio sobre Gobiernos en minor¨ªa. ¡°La experiencia internacional muestra que los acuerdos de coalici¨®n se vuelven m¨¢s largos y detallados con el tiempo. Esto hace que sea m¨¢s importante tener claros los detalles desde el principio¡±.
El primer ministro ya ha enviado a un hombre de confianza a negociar una coalici¨®n con los liberaldem¨®cratas. Las negociaciones se prev¨¦n m¨¢s duras que en 2010, en parte debido a la l¨ªnea roja trazada por los tories: la innegociable celebraci¨®n de un refer¨¦ndum sobre la permanencia del pa¨ªs en la UE. Aceptarlo supondr¨ªa un incumplimiento del programa liberaldem¨®crata y disparar¨¢ el precio que pidan estos por donar su coraz¨®n a los tories.
Si pactan, Cameron podr¨ªa seguir adelante y someter a debate y votaci¨®n en el Parlamento su discurso de la reina el 27 de mayo. Algunos expertos constitucionalistas, sin embargo, cuestionaban este jueves la legitimidad del primer ministro para pedir a la reina que lea un discurso que no tiene garant¨ªas de recibir el apoyo mayoritario de los diputados.
Entretanto, Miliband tratar¨ªa de asegurar que sus diputados, los nacionalistas (escoceses y galeses) y los Verdes voten en contra de su discurso de la reina. Esto desencadenar¨ªa una moci¨®n de censura y la apertura de un plazo de 14 d¨ªas para formar un Gobierno alternativo. Si el plazo transcurre sin que el nuevo proyecto obtenga el apoyo de la C¨¢mara, se convocar¨ªan elecciones.
A no ser que el recuento les otorgue m¨¢s esca?os, los laboristas deber¨¢n esperar a que fracase el proyecto de Cameron (que, seg¨²n las encuestas a pie de urna, podr¨ªa prosperar). Entonces podr¨ªan buscar ellos una coalici¨®n con los liberales-dem¨®cratas. La l¨ªnea roja de Miliband es su compromiso de eliminar el llamado non-dom status, que permite a millonarios brit¨¢nicos cotizar en Reino Unido solo por los ingresos y el patrimonio que tienen en el pa¨ªs. Los de Clegg llevan en su programa una limitaci¨®n de este derecho, con lo cual las negociaciones no deber¨ªan ser complicadas.
Clegg, por otro lado, ha asegurado que no entrar¨¢ en ning¨²n Gobierno que pacte con los nacionalistas. Pero tambi¨¦n Miliband ha descartado pactar con ellos. La ventaja para el laborista es que no necesita ofrecer nada al SNP: impedir un Gobierno tory es el principal mandato que tienen los nacionalistas de sus votantes.
El recuento decidir¨¢ qui¨¦n empieza a mover ficha. Pero, salvo sorpresa, quedan muchas horas de negociaciones en los discretos salones, que abren ya este viernes, en las inmediaciones de Westminster.
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