Obama afronta una revuelta dem¨®crata por su pol¨ªtica comercial
Los senadores del partido del presidente rechazan darle poderes para negociar directamente un acuerdo con pa¨ªses del Pac¨ªfico
El presidente Barack Obama afronta una de las mayores revueltas de su partido desde que lleg¨® a la Casa Blanca. Los senadores del Partido Dem¨®crata derrotaron este martes una propuesta que le otorgaba poderes para negociar un acuerdo comercial con los pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico.
Esta vez los l¨ªderes republicanos le apoyaban. El acuerdo es una de las prioridades de Obama antes de abandonar el poder. Con el pacto nuclear con Ir¨¢n, debe definir su legado.
La Administraci¨®n Obama ped¨ªa poderes para negociar el acuerdo final directamente, sin pasar por el Congreso
Obama est¨¢ acostumbrado a que los republicanos torpedeen en el Congreso cualquier iniciativa suya. Esta ha sido la t¨®nica en los m¨¢s de seis a?os que lleva en el poder. En el tramo final del segundo y ¨²ltimo mandato, el presidente de Estados Unidos descubre que su aliado m¨¢s fiable es el Partido Republicano y que tiene en frente al Partido Dem¨®crata, el suyo.
El motivo de la revuelta es la negociaci¨®n del acuerdo comercial con once pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico, americanos y asi¨¢ticos, que representan, junto a EE UU, el 40% de la econom¨ªa y un tercio del comercio mundial. El acuerdo con la UE no entra todav¨ªa en el debate estadounidense: lo m¨¢s probable es que corresponda al sucesor de Obama rubricarlo.
La pol¨ªtica comercial del presidente Barack Obama pas¨® este martes el primer examen en el Congreso. Un voto preliminar -no definitivo- en el Senado sirvi¨® a promotores y detractores del Asociaci¨®n Transpac¨ªfica (el nombre del tratado, TTP en sus iniciales en ingl¨¦s) para las medir las fuerzas.
El presidente perdi¨®. Las negociaciones con pa¨ªses incluidos en el acuerdo, entre ellos Jap¨®n, corren el riesgo de descarrilar.
La senadora Warren lidera la rebeli¨®n
La senadora Elizabeth Warren, l¨ªder de la facci¨®n progresista (o populista, como dicen en EE UU) del Partido Dem¨®crata, encabeza la revuelta contra la pol¨ªtica comercial de Barack Obama.
Este martes, en un discurso en Washington, arremeti¨® contra los acuerdos ¡°que benefician a las multinacionales a expensas de los trabajadores¡±. Tambi¨¦n ha instado al presidente a ¡°desclasificar¡± el texto que se negocia ¡°si tan seguro est¨¢ de que es un buen acuerdo¡±.
La senadora por Massachusetts sostiene que el acuerdo con los pa¨ªses de la cuenca del Pac¨ªfico, que incluyen a Jap¨®n pero no a China, puede servir para desarticular la regulaci¨®n de Wall Street. ¡°Se equivoca del todo¡±, replic¨® Obama.
La Administraci¨®n Obama ped¨ªa poderes para negociar el acuerdo final directamente, sin pasar por el Congreso. Es lo que en jerga de la pol¨ªtica comercial se denomina fast-track, o v¨ªa r¨¢pida. Se trata de evitar que, una vez cerrado un acuerdo que compromete a una docena de pa¨ªses, los legisladores estadounidenses puedan reabrirlo con enmiendas y desbaratarlo. La ley de la v¨ªa r¨¢pida contempla que el Congreso vote el acuerdo final, empaquetado y sellado, con un s¨ª o un no.
Obama necesitaba en el Senado un m¨ªnimo de 60 votos, de un total de cien, para superar la minor¨ªa de bloqueo. No lo consigui¨®. La propuesta cosech¨® 52 votos a favor -ocho menos de los requeridos- y 45 en contra. Contaba con la mayor¨ªa republicana y con su jefe, Mitch McConnell, pero esto no basta ante la oposici¨®n del l¨ªder dem¨®crata en el Senado, Harry Reid, y de la mayor¨ªa de senadores de este partido. Solo un senador dem¨®crata vot¨® a favor de la propuesta.
Tradicionalmente los republicanos han favorecido los tratados de libre comercio: ampl¨ªan las posibilidades de las empresas estadounidenses para exportar y expanden el capitalismo.
Los dem¨®cratas, y en particular su base sindical, ven en la apertura de las fronteras a productos y servicios extranjeros un incentivo para armonizar los salarios a la baja. Y denuncian que tratados como el que se adopt¨® en 1994 con M¨¦xico y Canad¨¢ son una de las causas de las deslocalizaciones que han destruido centenares de miles de empleos y han dejado paisajes desolados en ciudades industriales del Medio Oeste.
Durante la campa?a que le llev¨® a la Casa Blanca, en 2008, Obama era uno de esos dem¨®cratas. Ahora defiende que el acuerdo con los pa¨ªses del Asia-Pac¨ªfico es ¡°el m¨¢s progresista de la historia¡± y argumenta que beneficiar¨¢ las exportaciones estadounidenses y crear¨¢ empleo.
Otro argumento es que, si EE?UU no toma la iniciativa en la regi¨®n, China, que no participa en la negociaci¨®n, lo har¨¢. Dentro del giro asi¨¢tico, el intento de redirigir la pol¨ªtica exterior de EE UU a Asia ante el ascenso chino, el tratado es clave. El presidente dem¨®crata conf¨ªa en que los republicanos le salven. Washington, al rev¨¦s.
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