La guerra de la fruta prohibida
El embargo ruso a las manzanas polacas provoca una campa?a de orgullo nacional
En esta vida a veces tienes suerte y Putin viene a verte. Hace cuatro a?os Tomek Porowski quer¨ªa un cambio despu¨¦s de 13 como abogado en una farmac¨¦utica. Habl¨® con Marcin Hermanowicz, cuarta generaci¨®n de una familia de agricultores de Gr¨®jec, la mayor regi¨®n manzanera de Europa, y decidieron fabricar sidra. Pod¨ªa parecer una decisi¨®n arriesgada, hasta que en 2014 el veto de Rusia a las frutas y verduras europeas dentro del rifirrafe por la crisis de Ucrania convirti¨® las manzanas en un asunto nacional en Polonia.
Ignacow, la sidra de Porowski, se convirti¨® entonces en un ¨¦xito. ¡°Mucha gente nos escribe para montar un negocio como el nuestro¡±, explica. La cantidad de productores se ha sextuplicado, le han ofrecido escribir libros, lo invitan a festivales gastron¨®micos, las embajadas compran sus botellas por cajas¡
La semilla de su ¨¦xito se plant¨® en 2011 cuando, tras las restricciones del comunismo, el Gobierno autoriz¨® a los agricultores a destilar 10.000 litros de alcohol. Sin embargo, el ¨¦xito de Ignacow fue m¨¢s que discreto hasta que el verano pasado Rusia cerr¨® su mercado, caus¨¢ndole a Polonia unas p¨¦rdidas de 840 millones de euros. El pa¨ªs acababa de convertirse en el primer exportador mundial de manzana, y de repente se encontr¨® sin due?o para las 677.000 toneladas que Mosc¨² le compraba (la mitad de su producci¨®n).
Efectos colaterales
La Uni¨®n Europea activ¨® ayudas millonarias, pero el drama apuntaba contra el orgullo nacional. Arranc¨® una campa?a en Internet y los medios, con editoriales en los peri¨®dicos que ped¨ªan a los ciudadanos que comieran m¨¢s. ¡°Come manzanas contra Putin¡± se convirti¨® en un eslogan de ¨¦xito. Un a?o despu¨¦s, las cestas de frutas se encuentran a¨²n por todas partes en Varsovia, y las librer¨ªas exhiben libros de recetas con la fruta prohibida al lado de biograf¨ªas del papa Wojtyla.
La relaci¨®n de Polonia con la sidra hasta ese momento hab¨ªa sido compleja. ¡°Siempre produjimos buenos vinos de frutas¡±, cuenta Porowski, ¡°pero durante el comunismo estas bebidas con moras o manzanas se convirtieron en un licor de mala calidad, para alcoh¨®licos¡±. Hasta que con el embargo ruso el consumo de sidra pas¨® de los dos millones de litros anuales a los cuatro, propiciando incluso roces entre los ministerios m¨¢s pol¨ªticos y el de Sanidad, poco partidario de promocionar cualquier alcohol en un pa¨ªs en el que, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, un 14% de los hombres bebe demasiado (frente a un 2% en Espa?a). Las acciones de las grandes compa?¨ªas de cerveza que comenzaron a fabricar sidra con las manzanas desairadas por Mosc¨² se dispararon y el futuro se abri¨® esplendoroso incluso para productores artesanales como Porowski, que destila 40.000 litros de una sidra m¨¢s seca, de fermentaci¨®n lenta.
Una misi¨®n dif¨ªcil
Pero la distancia entre las soflamas y la realidad suele ser amplia. Una investigaci¨®n de Bloomberg entre productores y vendedores concluye que las ventas nacionales no han aumentado mucho. A los polacos, que ya com¨ªan 15 kilos de manzanas al a?o, les tocar¨ªa doblar esta cantidad para compensar las p¨¦rdidas rusas.
En una fruter¨ªa de Varsovia, Lidia y Pavel lo confirman. Ellos venden tres tipos de manzana de postre. Mientras los dos se turnan para hablar a trav¨¦s de la ventanilla del comercio, una mujer se lleva una bolsa por tres zlotis (menos de un euro). Su tienda, llena de cajas y desconchones, lleva 30 a?os abierta, pero est¨¢n pensando en cerrar. Se levantan a las cinco de la ma?ana y dicen que apenas les da para mantener a sus hijos, aunque la mayor de los cuatro acabe de emigrar a Alemania a trabajar de maquilladora. El aumento de ventas en reacci¨®n al embargo lo notaron al principio, pero ahora sospechan que Rusia vuelve a comprar manzanas a trav¨¦s de Bielorrusia, porque los precios se han recuperado. ¡°Eso de los rusos est¨¢ muy bien, pero el problema para nosotros son los supermercados¡±, dice Pavel se?alando un centro comercial al otro lado de la calle.
Porowski tambi¨¦n es esc¨¦ptico: ¡°Ahora oficialmente en Polonia todo el mundo quiere demostrar que detesta a Putin, y a nosotros nos vino muy bien, pero tampoco es que se consuma tanta sidra¡±. Lo que s¨ª ha cambiado para siempre es el estatus del productor de manzanas. ¡°Antes, cultivarlas era casi una verg¨¹enza, cosa de broma. Y de repente se convirti¨® en una declaraci¨®n pol¨ªtica¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.