Vientos de cambio
Oriente Pr¨®ximo vive un periodo hist¨®rico de transici¨®n que exige un proyecto nuevo
Cuando dimit¨ª como director general de la cadena Al Jazeera en 2011 fund¨¦ con un grupo de amigos, investigadores y activistas del mundo ¨¢rabe una instituci¨®n que denominamos el Foro Al Sharq. La palabra Al Sharq (Oriente) es el t¨¦rmino acu?ado por los historiadores de nuestra regi¨®n a finales del siglo XIX y tras la ca¨ªda del Estado otomano, al acabar la I Guerra Mundial. Desde entonces, es el t¨¦rmino utilizado por poetas, intelectuales y reformistas para designar ese legado que se extiende por los cuatro pueblos que constituyen la regi¨®n: ¨¢rabes, turcos, kurdos e iran¨ªes.
La regi¨®n vive hoy un periodo hist¨®rico de transici¨®n que exige un proyecto nuevo. La realidad ha estallado ante nuestros ojos, con sus fronteras, minor¨ªas, mayor¨ªas, sectas y corrientes. Muchos consideran que reina el caos e intentan huir de ¨¦l. Yo creo que vivimos una transici¨®n natural hacia un punto de equilibrio, que debemos tratar de alcanzar con el m¨ªnimo coste en sangre, violencia y destrucci¨®n.?
Durante los ¨²ltimos a?os, los ¨¢rabes nos hemos equivocado respecto a nuestras prioridades. Muchos sintieron miedo ante las revoluciones de la primavera ¨¢rabe y trataron de acallarlas o extirparlas; como consecuencia, acabamos enfrentados entre nosotros. Mientras tanto, Ir¨¢n ha seguido adelante con su proyecto expansionista. Teher¨¢n ha aprovechado el vac¨ªo en la regi¨®n para tomar posiciones, pero al hacerlo ha despertado en todos nosotros, ¨¢rabes, turcos y kurdos, una ira oculta que, a falta de una visi¨®n pol¨ªtica racional, ha producido llamamientos de venganza.
Aunque algunas voces reclaman una coalici¨®n sun¨ª, creo que un eje creado con el ¨²nico objetivo de oponerse a Ir¨¢n ser¨ªa un error. Sin embargo, una coalici¨®n cuyo prop¨®sito fuera proteger los intereses de todos los pueblos de la regi¨®n podr¨ªa contribuir a la estabilidad. La primera preocupaci¨®n ser¨ªa la realidad cotidiana de los palestinos, en particular el asedio que sufre Gaza. Restablecer la estabilidad en Siria y acabar con el r¨¦gimen de El Asad, responsable de la explosi¨®n pol¨ªtica y sectaria en la regi¨®n, debe ser otra prioridad. Otra cuesti¨®n crucial debe ser Irak, porque es el escudo de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga frente a Ir¨¢n. En la lista deber¨ªa estar tambi¨¦n Afganist¨¢n.
Los l¨ªderes del Consejo de Cooperaci¨®n del Golfo que se han reunido esta semana con Barack Obama no deben olvidar la importancia que tienen los acuerdos sobre el programa nuclear iran¨ª ?en el legado presidencial. Los dirigentes republicanos enviaron a Teher¨¢n una carta en la que dec¨ªan que el pacto nunca ser¨¢ realidad, y los congresistas han aprobado una ley que dice que ¡°ning¨²n acuerdo con Ir¨¢n tendr¨¢ validez sin la aprobaci¨®n del Congreso¡±. Pero es m¨¢ximo deseo de Obama que salga adelante y busca el consenso ¨¢rabe.
No debemos ofrecer un apoyo incondicional a EE UU. Debemos presionar para que cambie su postura en Yemen, Siria e Irak
No debemos ofrecer un apoyo incondicional. En concreto, debemos presionar para que Estados Unidos cambie su postura actual respecto a Yemen, Siria e Irak. Algunos dicen que EE UU nos apoya en Yemen, pero no es cierto. Quieren un alto el fuego inmediato seguido de un proceso pol¨ªtico, y eso dar¨¢ legitimidad a la ocupaci¨®n Huthi.
En Siria, a Estados Unidos le preocupa el avance de los revolucionarios hacia Damasco. Est¨¢ presionando a todos los pa¨ªses que apoyan la rebeli¨®n para que impidan la ca¨ªda de El Asad, porque cree que podr¨ªa dar paso a un r¨¦gimen terrorista. En Irak, Washington respalda al Gobierno de Haider al Abadi, que no es muy distinto del de Nuri al Maliki. La situaci¨®n iraqu¨ª sigue siendo mala, como hemos visto en Tikrit: un ej¨¦rcito sectario, unas milicias radicales y otros grupos que cometen los peores cr¨ªmenes. ?
Las posiciones de EE UU en nuestra regi¨®n coinciden en lo fundamental con la posici¨®n iran¨ª, por lo que los l¨ªderes ¨¢rabes deben hablar claro. Los norteamericanos deben saber que lo que nos exigen tiene un precio.
Hoy nos encontramos en una situaci¨®n amarga, pero no debemos desesperarnos. El proyecto de liberaci¨®n ¨¢rabe es constante. Quien piense que nos han derrotado, que debemos retroceder y permanecer callados 20 a?os m¨¢s se equivoca. El conflicto no es solo geopol¨ªtico, sino tambi¨¦n intelectual. La revuelta ¨¢rabe ha causado mucho sufrimiento. Pero tambi¨¦n ha sacado a la luz la descomposici¨®n de nuestras ideas y perspectivas. ?Puede creer alguien que nuestro pueblo, del que salieron esos j¨®venes que tomaron las plazas para reclamar gloria y dignidad, haya engendrado tambi¨¦n a quienes celebran que se les asesine y se les queme vivos?
Est¨¢n en crisis nuestras ideas, nuestros m¨¦todos y nuestra realidad. Esta es una nueva oportunidad para que nos rebelemos contra todos estos conceptos y elaboremos otros nuevos. Nuestros j¨®venes est¨¢n perdidos entre extra?os llamamientos y esl¨®ganes que les llegan en nombre de la religi¨®n, la venganza, la secta o la orden, o de cualquier otra cosa. ?Pero d¨®nde est¨¢ el esp¨ªritu del amor y la fraternidad?
Este es el verdadero esp¨ªritu de Al Sharq y quienes lo desaf¨ªen ser¨¢n los perdedores. Es un esp¨ªritu eterno que no se debe desafiar. Es diversidad. Es pluralidad. Es elevarse por encima de todas las diferencias. Si alguien desea vivir encerrado en una habitaci¨®n, no encontrar¨¢ m¨¢s que exclusi¨®n y muerte.?
Oriente Pr¨®ximo, con su luz y su futuro, estar¨¢ siempre a nuestro alcance. Para luchar por la libertad, tenemos que luchar por la de todos nosotros.
Wadah Khanfar?es presidente del Foro Al Sharq y ex director general de la cadena de televisi¨®n Al Jazeera.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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