Resistencia al surrealismo
Las sanciones del Gobierno a Diario La Hora por no publicar informaciones cierran un c¨ªrculo macabro de control informativo
¡°Es surrealista¡±, me responden cuando explico a alg¨²n colega del extranjero lo que est¨¢ pasando. Es una pena, pero s¨ª, es surrealista. Triste, pero cierto. Escalofriante, pero real. Desde esta semana, en Ecuador el poder del Estado, que no tiene ya fronteras con el poder pol¨ªtico ¨²nico, sanciona a los medios por lo que no publican. ?Qu¨¦? S¨ª, as¨ª como suena. ?D¨®nde? En Ecuador, territorio gobernado por Rafael Correa Delgado.
Con esta sanci¨®n al Diario La Hora se cierra un c¨ªrculo macabro de control informativo. El Gobierno y sus afines no solo han logrado regar el miedo en las salas de redacci¨®n, provocando autocensuras, sino que ahora el poder pol¨ªtico se convierte en el gran editor de los medios, definiendo qu¨¦ se debe publicar.
Para quienes nos dedicamos a este oficio y a¨²n logramos vencer el miedo, por ejemplo, escribiendo estas l¨ªneas explicando al mundo lo que pasa, es una situaci¨®n de incertidumbre que cala hasta los huesos. Todo lo aprendido en las aulas, en las redacciones, en la vida y en los libros se viene abajo por una resoluci¨®n que dice que de ahora en adelante las autoridades p¨²blicas definir¨¢n qu¨¦ contenidos son de supremo inter¨¦s de los lectores. Si es que los medios no las incluyen en sus espacios, es mejor que saquen pronto sus carteras, que la multa es inevitable.
La multa es inevitable porque el tribunal encargado de juzgar es un ap¨¦ndice del Ejecutivo, que con una visi¨®n electoral ha identificado a los medios como sus grandes enemigos, como a aquellos molestos mosquitos que no dejan de estorbar y para los cuales se ha preparado una ley que debe funcionar como un eficaz insecticida. Esos mosquitos que despiertan la curiosidad de la gente y que los hace mirar hacia los rincones donde el poder esconde sus artima?as. Insecticida oficial para lograr el silencio.
Por ese motivo aceptar la sanci¨®n de la Superintendencia ser¨ªa aceptar la muerte del oficio, ser¨ªa abrir las puertas de los medios para que sea el poder el que dirija las reuniones editoriales, las asignaciones informativas, ser¨ªa la victoria del insecticida. Veneno para el periodismo. Aceptar la sanci¨®n ser¨ªa bajar la cabeza y darse por vencido.
A Diario La Hora le ha tocado ser el rostro visible de esta batalla, pero es una lucha que trasciende las paredes de este diario y que se convierte, inequ¨ªvocamente, en una causa del oficio, del sentido com¨²n. Es una contienda por el derecho de la ciudadan¨ªa a recibir informaci¨®n que haya sido procesada por la t¨¦cnica period¨ªstica, por la deontolog¨ªa, por los criterios noticiosos y editoriales, no por el que mira a la libre prensa como un obst¨¢culo para festejar luego de abrir las urnas.
Por eso nos hemos declarado en Resistencia, derecho constitucional que nos asiste, porque sabemos que nos asiste tambi¨¦n la sensatez de un mundo que ha dejado la sangre en el camino por edificar sus derechos civiles.
A menudo nos preguntan si esta actitud no radicalizar¨¢ las persecuciones. Muy probablemente. El vendaval puede ser inclemente, pero tras los huracanes se calman las aguas. Estamos convencidos, sin embargo, de que nos debemos a los lectores, quienes nos han permitido en estos ocho a?os de ataques seguir adelante.
Esperamos que esta acci¨®n despierte la cordura de los poderosos, sacuda a los periodistas que con justa raz¨®n permanecen presos de los miedos, que devuelva al Ecuador la prensa libre. ?Suena quim¨¦rico? Podr¨ªa ser, pero desde La Hora estamos poniendo nuestro esfuerzo.
Seguiremos con todos los pasos legales que permitan defender nuestros derechos. Si bien la justicia es otro departamento del Ejecutivo, no dejaremos ninguna carta sin jugar. Al final del d¨ªa seguiremos informando, opinando, con la misma l¨ªnea editorial que nos caracteriza, la que no nos hace de oposici¨®n, que es la que creemos justa para el papel medi¨¢tico. Creemos que debemos ser la avispa, el mosquito que critique al poder desde la buena fe, que demuestre a la gente las incongruencias, que resalte las victorias de una sociedad, que viva y construya junto a sus lectores un pa¨ªs m¨¢s informado, m¨¢s democr¨¢tico, m¨¢s sensato. Esa invitaci¨®n est¨¢ abierta, incluso para los que gobiernan. Ojal¨¢ asistan todos, ser¨ªa una celebraci¨®n nacional.
Luis Eduardo Vivanco es editor general del peri¨®dico ecuatoriano La hora.
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