L¨¦aLA andando
Los ?ngeles acoge la cuarta edici¨®n de la Feria del libro en Espa?ol L¨¦aLA 2015
Basta una caminata de diez calles al lado de Juan Villoro para contagiarse de una vocaci¨®n cr¨®nica. La ciudad de Los ?ngeles se vuelve entonces un pergamino que se proyecta en la tinta de los relatos que evoca el cronista, en la mirada que se fija en detalles y de pronto revela que aqu¨ª en L.A. parece no haber m¨¢s que homeless anglosajones entre las sombras de la noche, locos que hablan a solas en ingl¨¦s o antiguos rubios que gritan a la nada, negros desahuciados por el desprecio del sue?o americano que imaginaron para ellos mismos, pero ni un solo latino desquiciado. Villoro va leyendo las fachadas de los edificios que aparecen en pel¨ªculas de blanco y negro, los callejones de las teleseries de balazos falsos y luego, cruzamos juntos el parque Macarthur donde la Mara Salvatrucha dispara de veras. Villoro se vuelve el gu¨ªa en la so?ada tienda de discos que hipnotizar¨ªa a cualquier habitante del lado m¨¢s oscuro de la Luna o el lector de librer¨ªas con s¨®lo caminar los pasillos de los estantes. Horas despu¨¦s, es el autor que le ha le¨ªdo a ya varias generaciones de lectores que pasaron de ni?os a testigos de su Literatura y el escritor que parece ir redactando al caminar. Entonces, la ciudad de Los ?ngeles se lee andando.
Hemos venido para la cuarta edici¨®n de la Feria del libro en Espa?ol L¨¦aLA 2015, invitados por la editorial Almad¨ªa que poco a poco contribuye a que esta ciudad se vuelva la capital de Oaxacalifornia y aunque desconozco los n¨²meros oficiales de asistentes a la feria y el balance final de las ventas de cada una de las editoriales que contribuyen en el empe?o ya anclado de la Universidad de Guadalajara y otros diversos patrocinadores en la navegaci¨®n de este encuentro bi-anual, celebro aunque sea por uno s¨®lo de los ni?os que vienen acompa?ados por sus padres y abuelos con el af¨¢n de olvidar por unas horas sus perfectos acentos gringos y hablar en el espa?ol que llevan en sus apellidos. Celebro estos d¨ªas por los estudiantes y adolescentes que calculan sus ingresos para invertir sus ahorros en libros que solamente les llegan con esta feria y por las amas de casa que se entretienen cotejando libros de cocina para confirmar que el saz¨®n que destilan en sus casas ¨Ctan lejos y tan cerca de sus cocinas¡ªes avalado por recetas impresas en sus querencias y celebro esta feria por los muchos lectores que parecen venir en busca de la memoria en los libros, la historia de M¨¦xico que insisten en defender cada d¨ªa cinco de mayo o cada vez que alguien pregunta el porqu¨¦ de los colores de su bandera.
Villoro se vuelve el gu¨ªa en la so?ada tienda de discos que hipnotizar¨ªa a cualquier habitante del lado m¨¢s oscuro de la Luna
En la ciudad del cine y de las divas de las pantallas, Los ?ngeles es la ciudad que, como otras, es en realidad muchas ciudades envueltas sobre una extensa geograf¨ªa que va del downtown de edificios altos a las playas de levantapesas, un mural que pasa por toda una fila de restaurantes y tintorer¨ªas coreanas, barrios de M¨¦xico intacto, suburbios de opulencia totalmente cinematogr¨¢fica y rubia platinada, p¨¢ramos de desolaci¨®n sin bandera y palmeras que parecen oscilar con cada atardecer, todo le¨ªdo desde el itinerario abultado de todas las actividades que desfilan por una feria de libros que sirve adem¨¢s para hablar de M¨¦xico sin filtros, lamentar las heridas de lejos, se?alar las cicatrices que no parecen sanar y, una vez m¨¢s, confirmar que de lejos los pol¨ªticos mexicanos parecen a¨²n m¨¢s imb¨¦ciles que lo que aparentan ser de cerca.
L¨¦aLA es una feria que ha de seguir contribuyendo activamente ¨Cy m¨¢s en la medida en la que se multiplique y diversifique m¨¢s all¨¢ de las fechas de su celebraci¨®n y del espacio mismo que ocupa hasta ahora¡ªen pretexto y acicate para una inaplazable y urgente, constante y necesaria comprensi¨®n de todo lo que une y separa a los mexicanos de los mexicano-norteamericanos, todo lo que distingue y clona a los acentos del espa?ol que se habla entre la porci¨®n m¨¢s grande de los hispanoparlantes del mundo y todo lo que ha de fincar el futuro de un territorio compartido ¨Ccada vez m¨¢s grande en extensi¨®n y m¨¢s poblado de mexicanidad e hispanoamericanismo¡ªen este enrevesado mundo donde California tiene m¨¢s de una acera, playa o barrio donde la mariguana como producto terap¨¦utico local se vende ya sin limitaciones legales, donde el espa?ol se habla como lengua franca y donde la comida del mole y el guacamole parece dominar el antiguo paisaje exclusivo de las hamburguesas y papas a la francesa.
As¨ª, con todo, celebro que L¨¦aLA sea una feria que sigue andando y a lo lejos intento seguirle la sombra a los mejores escritores que no necesariamente han sido le¨ªdos en Estados Unidos por no haber sido a¨²n traducidos o considerados por el inmenso mercado editorial norteamericano del ingl¨¦s, sabiendo que en pr¨®ximas ediciones de esta valiosa reuni¨®n de nuestros mejores libros, libreros, lectores y autores se vivir¨¢ en Los ?ngeles la consagraci¨®n de un renacimiento: aqu¨ª se vivir¨¢ dentro de no muchos a?os el milagro ya probado de la literatura en espa?ol, en particular, de las letras de M¨¦xico que funden memoria e imaginaci¨®n por encima de la sangre y la amnesia, los abusos y la corrupci¨®n. Algo que ya supo conquistar las colinas donde finca su capital el cine de Hollywood y que se transpira en cada uno de los cultivos, trabajos, chambas, talachas, oficios, trabajos temporales o escritorios fijos donde la comunidad m¨¢s grande de mexicanos fuera de M¨¦xico conquista cada uno de sus d¨ªas¡ andando.
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