La esperanza en el M¨¦xico Bronco
Las elecciones estaban condenadas a ser una competencia entre PRI y PAN
Muy probablemente el peinado de Pablo Iglesias, el l¨ªder de Podemos en Espa?a, le provoque ronchas a Jaime Rodr¨ªguez El Bronco, candidato a la gobernatura de Nuevo Le¨®n. Los dos personajes no podr¨ªan ser m¨¢s distintos. No obstante, el encumbramiento pol¨ªtico de ambos obedece a un mismo fen¨®meno: el profundo deterioro de la imagen de los partidos pol¨ªticos tradicionales.
Contra todo pron¨®stico, El Bronco aparece a la cabeza de las encuestas de intenci¨®n de voto para gobernar Nuevo Le¨®n, la locomotora industrial del norte del pa¨ªs y joya de la corona de todas las posiciones en disputa en los comicios del pr¨®ximo 7 de junio.
Unos meses antes la postulaci¨®n de Jaime Rodr¨ªguez como candidato ciudadano parec¨ªa la bufonada de un personaje de por s¨ª pintoresco. Las elecciones estaban condenadas a convertirse en una competencia entre PRI y PAN, tal como ha sucedido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas¡ hasta que El Bronco irrumpi¨® en la escena. O, mejor dicho, los ciudadanos comenzaron a declarar sus preferencias por este candidato ciudadano antes que entregarse de nuevo a las ofertas de dos partidos identificados con esc¨¢ndalos de corrupci¨®n e ineptitud en los gobiernos locales y federales.
As¨ª ha sucedido en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, hasta que El Bronco irrumpi¨® en escena
Gracias a una utilizaci¨®n viral de las redes sociales, en particular de Facebook con casi medio mill¨®n de seguidores, El Bronco logr¨® mostrar su campa?a como una suerte de rebeli¨®n ciudadana contra de los partidos. Algo muy parecido a lo que consigui¨® Podemos en Espa?a en los ¨²ltimos a?os. No obstante, ah¨ª termina cualquier parecido entre ambos fen¨®menos, porque El Bronco puede ser muchas cosas, pero dif¨ªcilmente un candidato de extracci¨®n ciudadana.
Rodr¨ªguez ha sido un profesional de la pol¨ªtica y militante priista durante 35 a?os: con la bandera de ese partido ha sido diputado local y federal y alcalde de Garc¨ªa, empleado p¨²blico y miembro de la c¨²pula de la Confederaci¨®n Nacional Campesina, CNC, del PRI. En realidad ¨¦l disput¨® la candidatura por su partido en las actuales elecciones y al perder opt¨® por lanzarse por libre, bajo la figura legal de la candidatura independiente. Lo que parec¨ªa un berrinche termin¨® siendo la sorpresa pol¨ªtica del 2015. El tama?o de la proeza debe mucho a la personalidad extrovertida y carism¨¢tica del candidato pero sobre todo, insisto, al enorme hartazgo de los ciudadanos.
Desde luego, esto no asegura que El Bronco vaya a ganar las elecciones o incluso si las gana, que pueda tomar posesi¨®n. Es precaria su ventaja en las encuestas sobre la candidata priista y, en los ¨²ltimos d¨ªas, el fuego de las maquinarias medi¨¢ticas se ha desatado en su contra. La televisi¨®n y la prensa oficial exhuman d¨ªa tras otro pasaje inc¨®modo de su carrera o exabruptos de su personalidad. Y por lo dem¨¢s, se da por descontando que muchos ciudadanos que participan en las encuestas no necesariamente votar¨¢n.
Y adicionalmente el asunto de los l¨ªmites del gasto en las campa?as pende sobre el cuello de El Bronco como una espada de Damocles. La ley al respecto qued¨® demasiado vaga pero en sus t¨¦rminos m¨¢s severos contempla que todo candidato que exceda los l¨ªmites de gastos de campa?a queda inhabilitado incluso si resulta vencedor en las elecciones. En el caso de la disputa por Nuevo Le¨®n, tal l¨ªmite asciende a 49 millones de pesos. Para un candidato ciudadano es un l¨ªmite absurdo porque la ley se?ala que el financiamiento de origen privado no puede rebasar el 10% de lo estipulado (el resto es financiamiento p¨²blico, al que estos candidatos apenas tienen acceso). En otras palabras, si se proponen buscarle encontrar¨¢n que el Bronco habr¨¢ superado 4,9 millones, dependiendo de lo que quieran contabilizar. (En estos d¨ªas las autoridades electorales definir¨¢n criterios espec¨ªficos sobre este tema, con el ¨¢nimo de dar certidumbre a lo que est¨¢ sucediendo en Nuevo Le¨®n; de cualquier manera, me temo que no ser¨¢ la ¨²ltima palabra: el Trife, usualmente plegado a los intereses de la presidencia, podr¨ªa dictaminar otra cosa a posteriori. Ya lo ha hecho antes).
No tengo ninguna base para considerar si El Bronco ser¨ªa un buen gobernador o no. Su trayectoria y las entrevistas que le he visto me hacen abrigar m¨¢s dudas que esperanzas. Sin embargo, el mero hecho de poner contra las cuerdas a los partidos pol¨ªticos constituye una buena noticia. Para los ciudadanos es una tragedia tener que decidir entre un presidencialismo autoritario y una partidocracia mezquina y paralizante. M¨¢s all¨¢ del resultado, lo que est¨¢ sucediendo en Nuevo Le¨®n revela el desencanto de la sociedad con un sistema pol¨ªtico tan agotado como desacreditado. Un eventual triunfo de este candidato podr¨ªa dar lugar a una gesti¨®n de alto riesgo, en efecto, pero la vida electoral no volver¨ªa a ser la misma en este pa¨ªs. No es un mal balance.
Espero que sea el primero de mucho y mejores "Broncos" y, por qu¨¦ no, la v¨ªa para el surgimiento de un "Podemos" versi¨®n mexicana. Cualquier cosa antes que seguir secuestrados por dirigencias partidistas tan mercenarias como ineptas.
@jorgezepedap?
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