El sudeste de Asia elude abordar las causas del problema rohingya
La hoja de ruta no menciona la negativa de Birmania a reconocerles la nacionalidad
La reuni¨®n de Bangkok sobre el problema de los rohingya ha concluido con una declaraci¨®n llena de buenas palabras pero pocos compromisos concretos. Y que hace poco por eliminar la ra¨ªz del problema, el rechazo del Gobierno birmano a reconocerles la ciudadan¨ªa. Un problema que tiene pocos visos de soluci¨®n, y menos todav¨ªa hasta que se celebren las elecciones en Birmania, previstas para este oto?o.
La declaraci¨®n del encuentro, en el que participaron 17 pa¨ªses y organismos internacionales, incluido Birmania, incluye un acuerdo para intensificar las operaciones de b¨²squeda y rescate de los cerca de 2.000 refugiados que la ONU calcula que a¨²n se encuentran en barcos a la deriva en la bah¨ªa de Bengala o el mar de Andam¨¢n. Cerca de otros 4.000 han llegado a las costas de Malasia e Indonesia y ambos pa¨ªses se han comprometido a acogerlos a ellos y los que a¨²n est¨¢n en el mar de manera temporal durante un a?o.
Acerca de las causas del problema, los pa¨ªses se comprometen a promover el desarrollo de las ¨¢reas de origen de los refugiados y ¡°promover el completo respeto de los derechos humanos y el acceso de la gente a los derechos b¨¢sicos y servicios como la vivienda, la educaci¨®n y la sanidad¡±.
En opini¨®n de Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch, ¡°no es suficiente¡±. ¡°Problemas espec¨ªficos de la cuesti¨®n rohingya, como la falta de ciudadan¨ªa, la falta de libertad de movimiento, no se abordan¡±, apunta en conversaci¨®n telef¨®nica desde Bangkok. Aunque se apueste por el desarrollo y por invertir importantes sumas de dinero en el estado birmano de Rakhine y otras zonas donde habita esta minor¨ªa de 1,3 millones de personas, ¡°no es tan simple. El desarrollo necesita derechos para poder funcionar de manera efectiva¡±.
Eso suscita el temor de las organizaciones pro derechos humanos a que, aunque se resuelva el problema inmediato de aquellos que ya est¨¢n en el mar, todo contin¨²e igual o peor para esta minor¨ªa. Y que en unos meses vuelvan a salir barcos llenos de refugiados, que ya no sean acogidos por los pa¨ªses vecinos.
Pero en lo que respecta a los derechos de los rohingya, el Gobierno birmano no quiere ceder y es improbable que lo haga antes de las elecciones, que en principio se celebrar¨¢n a finales de octubre o principios de noviembre. Esa minor¨ªa, de religi¨®n musulmana, es muy impopular en una Birmania de mayor¨ªa budista y donde hace apenas dos d¨ªas se celebr¨® una manifestaci¨®n en la que participaron centenares de personas contra ellos en Rang¨²n, la principal ciudad del pa¨ªs. Naypyidaw considera a los rohingya inmigrantes ilegales llegados de Banglad¨¦s, aunque se encuentren asentados all¨ª desde hace generaciones.
El censo detallado birmano, publicado este viernes, no incluye a los rohingya
Esa animadversi¨®n viene de lejos. Ya la ley de 1982 sobre ciudadan¨ªa les priv¨® de nacionalidad. Como resultado, sus derechos a la educaci¨®n, la propiedad o la salud son muy limitados. Y aunque el Gobierno de Thein Sein ha recibido alabanzas en el exterior por sus reformas, desde el comienzo de su mandato en 2011 la situaci¨®n de esa comunidad ha empeorado a¨²n m¨¢s. En 2012 comenz¨® una ola de violencia entre budistas y musulmanes, que continu¨® en 2013 y 2014 y que ha dejado cerca de 140.000 desplazados rohingya y casi 300 muertos.
El a?o pasado el Ejecutivo anunci¨® un Plan de Acci¨®n sobre Rakhine cuyo contenido no se ha revelado pero que se teme que perjudique todav¨ªa m¨¢s a esta minor¨ªa. A comienzos de este a?o se les priv¨® del ¨²nico documento de identidad con que contaban, y la semana pasada se aprob¨® una ley sobre natalidad que obliga a las mujeres a espaciar los embarazos como m¨ªnimo 36 meses y que las organizaciones defensoras de los derechos humanos temen que se dirija contra las minor¨ªas. El censo detallado birmano, publicado este viernes, no incluye a los rohingya.
Contra esta situaci¨®n ni siquiera se ha manifestado Aung San Suu Kyi, la l¨ªder de la oposici¨®n birmana. Con las elecciones pendientes, y la perspectiva de poder participar, la premio Nobel de la Paz y otrora s¨ªmbolo de la lucha por los derechos humanos en Birmania ha mantenido un llamativo silencio sobre el tema, pese a los llamamientos de personalidades como el dal¨¢i lama. ¡°Ni siquiera Aung San Suu Kyi quiere hablar sobre el tema, lo est¨¢ evitando, y es una l¨¢stima. Alguien con su estatura moral podr¨ªa decir mucho en favor de los rohingya¡±, apunta Robertson.
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