Grecia se topa con la santa
La peregrinaci¨®n a un hospital p¨²blico de unas reliquias religiosas crea tensi¨®n en el Gobierno y desata protestas
Lissa Kukka, albanesa residente en Grecia desde hace 25 a?os, se ha encomendado a Santa B¨¢rbara para superar el tumor cerebral que la carcome desde hace 13 a?os y que la ha dejado sin el globo ocular derecho. Aunque es musulmana, no pudo sustraerse al fervor suscitado por la visita de las reliquias de la santa a la capilla del hospital oncol¨®gico p¨²blico de San Savvas, en Atenas, donde est¨¢ ingresada. En pijama, chanclas y un chaquet¨®n, la mujer, de 70 a?os, confesaba ayer en el patio del sanatorio que afronta su en¨¦sima operaci¨®n ¡°con la ayuda de Al¨¢ y de la santa que vino a visitarnos¡±.
La suya es de las pocas opiniones positivas al paso de los restos de la santa griega, porque para muchos la romer¨ªa del traslado de sus restos a Atenas, el pasado d¨ªa 15, fue un circo o, cuando menos, una inconveniencia por enviar mensajes equ¨ªvocos que solapan el papel de la ciencia con el de la creencia.
La peregrinaci¨®n salpic¨® al Gobierno, al anunciar su presencia en la ceremonia el ministro de Salud, Panayotis Kurubl¨ªs. Miembros del ala izquierda del Gabinete calificaron el traslado de ¡°acto de populismo¡±, y Kurubl¨ªs, uno de los pocos que jur¨® su cargo sobre el Evangelio, pretext¨® un viaje para no acudir a San Savvas, donde hay ingresados unos 400 enfermos. En su programa electoral, Syriza propon¨ªa la separaci¨®n de Iglesia y Estado, un asunto a¨²n tab¨² para muchos en Grecia.
Petros Azanasiadis, especialista en radioterapia y secretario del sindicato del hospital, organiz¨® con otros colegas una protesta de batas blancas a la llegada de los restos. ¡°Se organiz¨® tal foll¨®n que la actividad cotidiana qued¨® interrumpida. Era la hora de las sesiones de quimioterapia, y la muchedumbre imped¨ªa el paso a los enfermos ambulatorios. Adem¨¢s, enviar esta se?al de oscurantismo a este tipo de pacientes, muchos de ellos en una fase avanzada, es contraproducente, no se puede enga?ar as¨ª a la gente¡±.
Azanasiadis recuerda que durante varias horas colapsaron el patio del hospital vecinos del barrio, curiosos y muchas c¨¢maras de televisi¨®n, deseosas de captar alg¨²n prodigio, ¡°mientras nadie reparaba sin embargo en el estado de ruina del centro, con galopante falta de personal, material y f¨¢rmacos, y donde resulta ya muy dif¨ªcil, por los recortes, prescribir terapias combinadas a la medida de cada paciente¡±. Azanasiadis fue el ¨²ltimo contratado en San Savvas, en 2010, y en estos cinco a?os, asegura, ha visto deteriorarse la atenci¨®n y las instalaciones del sanatorio, que para la albanesa ¡®conversa¡¯ ¡°funciona bien gracias al pundonor de los m¨¦dicos y los sanitarios¡±.
Tras su paso por el hospital, las reliquias de la santa, ajenas a la pol¨¦mica, reciben a diario la visita de centenares de fieles en el santuario que lleva su nombre, a las afueras de Atenas, y volver¨¢n a Venecia, donde se custodian, el lunes. En un acorazado cofre de metal del que asoma una m¨¢scara de tipo veneciano, las reliquias de esta santa griega, hacedora de milagros y muy viajera ¨Csus restos han rodado desde el a?o 1000 por Venecia, Valencia y Kiev-, concitan tanto fervor que el pope tuvo que contratar seguridad privada para evitar el alboroto de los primeros d¨ªas. A media tarde de ayer, un centenar de personas, muchas de ellos gitanos ¨Cabundan en Eg¨¢leo, el municipio donde est¨¢ el santuario-, aguardaban pacientemente las colas, bien pautadas por guardas de seguridad, para besar levemente la caja y postrarse ante ella apenas un segundo, en un templo inundado por el sol ¨Cun milagro tras dos d¨ªas de lluvias torrenciales. Tal vez, el postrer milagro de Santa B¨¢rbara.
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