El mensaje de los votantes turcos a Erdogan: ¡°Reconoce cu¨¢l es tu sitio¡±
El presidente turco calcul¨® mal las susceptibilidades del elector y cometi¨® errores Ha perdido a los kurdos, quiz¨¢s para siempre
El domingo, en lo que se puede calificar de decisi¨®n hist¨®rica, los votantes turcos se interpusieron entre Erdogan y sus espeluznantes ambiciones de aferrarse al poder, y obstruyeron su aparentemente imparable deriva hacia la ¡°autocracia¡±.
El voto nacional, cada vez m¨¢s receloso del rumbo que estaba tomando el pa¨ªs y, al parecer, alarmado por la constante ret¨®rica del miedo blandida por Erdogan, ha puesto fin al dominio del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) en el Parlamento y acabado con un ciclo de Gobiernos monocolores que ha durado 13 a?os.
El domingo, los votantes mostraron una sorprendente madurez en un momento en el que la inquietud nacional e internacional por el futuro de un pa¨ªs clave, que est¨¢ negociando su adhesi¨®n a la Uni¨®n Europea y es aliado de la OTAN, alcanza su punto culminante.
En una demostraci¨®n m¨¢s de un compromiso ejemplar con su porvenir ¡ªla participaci¨®n ha superado el 86,5%¡ª, los turcos han asumido los elevados riesgos que suponen los Gobiernos de coalici¨®n. Pero, lo que es a¨²n m¨¢s importante, su intuici¨®n ha contribuido a conjurar el miedo ¡ªsi es que este exist¨ªa¡ª a una perturbaci¨®n de la democracia y una normalizaci¨®n similar a la de Egipto.
Es m¨¢s, haciendo gala de una responsabilidad extraordinaria, los sectores del electorado del centro laico ¡ªque durante d¨¦cadas han mantenido un cierto rechazo a la ¡°realidad kurda¡± de Turqu¨ªa¡ª prestaron un visible apoyo al prokurdo Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP por sus siglas en turco) con un voto t¨¢ctico que le ha dado la representaci¨®n parlamentaria, con 80 diputados. Su elecci¨®n hist¨®rica supone que el infausto umbral del 10% se ha superado por un amplio margen ¡ª13,1%¡ª y que se ha derribado la ¡°barrera¡± levantada hace 35 a?os por el Gobierno militar, probablemente para siempre, en opini¨®n de la gente.
Por lo tanto, el mensaje general es evidente: Turqu¨ªa vuelve a dar al mundo motivos para creer que el voto libre sirve como instrumento para respaldar la continuidad pac¨ªfica en un entorno islamista partidario de la primac¨ªa de la mayor¨ªa, y que, con el esp¨ªritu de las reformas y la esperanza en la democracia recuperados, puede resurgir como fuente de inspiraci¨®n.
El presidente Erdogan ha perdido y Turqu¨ªa ha ganado.
Por lo visto, Erdogan calcul¨® mal las susceptibilidades de los electores y cometi¨® una serie de errores.
Todo empez¨® en el momento en que decidi¨® desafiar la Constituci¨®n ¡ªque exige imparcialidad a los presidentes¡ª y acto seguido situarse a s¨ª mismo en el centro de los comicios. En ese preciso instante, las elecciones se convirtieron en un refer¨¦ndum sobre la agresiva ingenier¨ªa pol¨ªtica del mandatario para lograr el dominio autocr¨¢tico. Pero resulta que su infracci¨®n de la Constituci¨®n caus¨® consternaci¨®n ¡ªo, en el mejor de los casos, confusi¨®n¡ª entre los votantes.
Y hubo algo m¨¢s. El gigantesco palacio de Ankara ¡ªcon 1.150 habitaciones y legalmente dudoso¡ª y otro similar en Estambul se alzaron como s¨ªmbolos del exceso y la corrupci¨®n, del gobierno arbitrario y de la impunidad.
Pero el mayor error fue su cambio de rumbo en el asunto kurdo. En un giro de 180 grados, Erdogan afirm¨® abiertamente, mitin tras mitin, que ¡°no existe un problema kurdo, y quien lo diga es un traidor¡±. Su negacionismo, unido a los cientos de ataques violentos contra puestos electorales del HDP y, unos d¨ªas antes de las elecciones, el atentado con bombas en un mitin del partido en Diyarbakir, parecen haberle ganado la enemistad de la gran mayor¨ªa de fieles del electorado kurdo, que se han inclinado en masa por el HDP. Erdogan ha perdido a los kurdos, probablemente para siempre.
No cabe duda de que el ganador de las elecciones ha sido el HDP, que ha llevado a cabo una campa?a impecable. La votaci¨®n supone un avance hacia la paz y la serenidad, y una soluci¨®n al problema kurdo. Adem¨¢s, la pol¨ªtica turca ha ganado una nueva estrella en ascenso, Selahattin Demirtas, uno de los l¨ªderes del partido kurdo, cuya ret¨®rica racional y pac¨ªfica ha contribuido a normalizar la idea de que los kurdos, tanto tiempo oprimidos, formen parte del juego pol¨ªtico leg¨ªtimo en Ankara.
Traducci¨®n de News Clips.
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