Maduro, seg¨²n Freud
El presidente contrajo otitis cuando el problema era lo que deb¨ªa escuchar del Papa
El papa Francisco esperaba a Nicol¨¢s Maduro el domingo pasado a la ma?ana. Pero el presidente venezolano se ausent¨®. Adujo que una otitis le imped¨ªa viajar. Si no fuera porque visitar¨ªa un lugar sagrado, se dir¨ªa que el trastorno fue providencial: la reuni¨®n en el Vaticano promet¨ªa llevar a un cl¨ªmax la presi¨®n para que el r¨¦gimen de Maduro deje de violar los derechos humanos. El Pont¨ªfice pensaba reclamar la libertad de los presos pol¨ªticos e iba a hacer figurar el pedido en el comunicado sobre la reuni¨®n. Freud esbozar¨ªa una sonrisa. Maduro contrajo una dolencia en el o¨ªdo cuando el problema era lo que tendr¨ªa que escuchar.
La frustrada entrevista en Roma fue propicia para una nueva ola de protestas por el arbitrario cautiverio de varios l¨ªderes opositores. El viernes pasado, Francisco recibi¨® una carta en la que los expresidentes de Colombia, Andr¨¦s Pastrana, y de Bolivia, Jorge Quiroga, solicitaban su intervenci¨®n ¡°para que la tierra de Bol¨ªvar recupere la democracia y la libertad¡±. Pastrana y Quiroga denunciaron las condiciones inhumanas en que se encuentran los presos pol¨ªticos, que ellos corroboraron durante una visita a Venezuela.
La reuni¨®n en el Vaticano promet¨ªa llevar a un cl¨ªmax la presi¨®n para que el r¨¦gimen de Maduro deje de violar los derechos humanos
El mismo d¨ªa, el director de Human Rights Watch para las Am¨¦ricas, Jos¨¦ Miguel Vivanco, solicit¨® al Papa que interceda por los opositores Leopoldo L¨®pez, Daniel Ceballos, Vicencio Scarano, Antonio Ledezma, Mar¨ªa Corina Machado y Carlos Vecchio. L¨®pez y Ceballos realizan una huelga de hambre reclamando una fecha para las elecciones legislativas.
A estos reproches y s¨²plicas se suman los de la propia Iglesia. Hace ocho d¨ªas, el arzobispo Roberto L¨¹ckert, vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, visit¨® al Papa. Al salir de la entrevista, declar¨® que ¡°el Santo Padre no entiende c¨®mo con todos los recursos Venezuela tiene tanta pobreza¡±. Y adelant¨® que Jorge Bergoglio ¡°no visitar¨¢ nuestro pa¨ªs mientras haya presos pol¨ªticos¡±.
Al regresar a Venezuela, L¨¹ckert reclam¨® a las autoridades que permitan que los confinados sean visitados por la Cruz Roja y por la comisi¨®n episcopal de Justicia y Paz, que ¨¦l preside. Sobre todo Ceballos, que est¨¢ muy deteriorado. Al mismo tiempo, la Mesa de la Unidad Democr¨¢tica, que re¨²ne a la oposici¨®n, convoc¨® a una vigilia en numerosos templos para, mientras Maduro visitaba al Papa, pedir por los dirigentes cautivos. ?ste es el marco en que Felipe Gonz¨¢lez lleg¨® a Caracas para asistir a los abogados de los perseguidos.
La frustrada entrevista en Roma fue propicia para una nueva ola de protestas por el arbitrario cautiverio de varios l¨ªderes opositores
Maduro debe enfrentar estas protestas en un contexto cada vez m¨¢s tormentoso. El Papa se ha rodeado de colaboradores que le conocen mucho y le aprecian poco. El secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, fue hasta 2013 nuncio en Caracas. Y el cardenal hondure?o Oscar Rodr¨ªguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de la comisi¨®n designada por Bergoglio para la reforma de la Curia, ha sido de los prelados m¨¢s severos con el r¨¦gimen venezolano. Hugo Ch¨¢vez lleg¨® a tratarlo de ¡°loro vestido de cardenal¡± y ¡°payaso imperialista¡±.
El desencuentro de Maduro con la Iglesia se agrav¨® el a?o pasado. Parolin dispuso que el nuncio en Caracas, Aldo Giordano, encabezara una mediaci¨®n entre el Gobierno y sus rivales. El Presidente la acept¨®, pero apenas cedieron las manifestaciones en las calles suspendi¨® las reuniones.
Con el tiempo se conocieron algunas informaciones que explican cu¨¢n inoportuno fue el desaire. El Papa, que se hab¨ªa ofrecido como puente entre los venezolanos, estaba apadrinando el acercamiento de Barack Obama con los Castro, los principales aliados de Maduro. El cerco seguir¨¢ extendi¨¦ndose el mes pr¨®ximo, cuando Francisco visite a Evo Morales y Rafael Correa, dos bolivarianos.
Resulta est¨¦ril analizar el comportamiento del chavismo con las categor¨ªas de un proyecto pluralista y democr¨¢tico. La otitis es metaf¨®rica. El r¨¦gimen no oye. S¨®lo habla. Y se dirige, cada vez con peores argumentos, a un ¡°nosotros¡± al que pretende conservar. Las penurias que Ch¨¢vez vino a superar se vuelven, con la escasez, cada d¨ªa m¨¢s borrosas. Maduro debe amenazar con el futuro. Es lo que acaba de hacer: ¡°Prep¨¢rense para un tiempo de masacre si fracasa el socialismo¡±. Dif¨ªcil distinguir si fue un pron¨®stico o un proyecto.
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