Los indignados votan en M¨¦xico
A la presidencia de Pe?a Nieto le quedan tres a?os para reinventar el pa¨ªs
En M¨¦xico se han celebrado las llamadas elecciones intermedias , b¨¢sicamente para renovar los 500 esca?os de la C¨¢mara y elegir a nueve gobernadores de Estado. En el pa¨ªs (me abstendr¨¦ de a?adir azteca) existe un vasto aunque difuso movimiento de indignados: contra el PRI en el poder; contra el PAN, dicen que su comparsa; contra el PRD, en permanente discordia; y en alguna medida en favor de dos reci¨¦n llegados: Morena, la escisi¨®n por la izquierda del PRD, que dirige Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y un independiente, Jaime Rodr¨ªguez, El Bronco, que se ha alzado con la gobernaci¨®n de Nuevo Le¨®n, el m¨¢s importante de los Estados en disputa. Morena es demasiado pol¨ªtica convencional, aunque indignaci¨®n la haya, para que se compare con Podemos; el nuevo gobernador se parece algo m¨¢s a la indignaci¨®n espa?ola, aunque su descubierta de cavalier seul marque tambi¨¦n distancias. Son, por tanto, tres partidos de toda la vida (PRI, quiz¨¢, centro; PRD, izquierda, y PAN, sin duda derecha), y dos insurgentes, Morena, protesta desde dentro, y El Bronco, guerrillero en todas direcciones.
El paralelismo con Espa?a es algo mayor en la valoraci¨®n de los resultados: el PRI ¡ªcomo el PP¡ª retrocede pero mantiene mayor¨ªa con la ayuda de dos peque?os partidos, pero solo salva los muebles, y PAN y PRD bajan; Morena, debutante en unas legislativas, se coloca cuarto, lo que es una buena base de lanzamiento para futuras tarascadas, y El Bronco s¨ª que es una novedad a la vez que s¨ªntesis, dentro de su indignaci¨®n reformista, de los emergentes espa?oles, Podemos y Ciudadanos. La ira ha rendido, por tanto, frutos de manera solo racheada, y eso que las causas de la protesta son apocal¨ªpticas: cerca de 100.000 muertos y desaparecidos desde 2008 en la desastrosa guerra contra el narco y de las bandas contra s¨ª mismas; los grav¨ªsimos sucesos del a?o pasado en Ayotzinapa y Apatzing¨¢n, cuya responsabilidad se atribuye a la propia polic¨ªa; un informe de la ONU que acusa al Estado de practicar la tortura; un ¨ªndice de apenas un 3% de delitos que derivan en sentencia; y ocho candidatos asesinados durante la campa?a.
Y, pese a tan deprimente escenario, el presidente Pe?a Nieto debe llevar adelante su vasto programa de reformas: energ¨¦tica, pol¨ªtica, fiscal, telecomunicaciones y educaci¨®n, frente a una rebeli¨®n del M¨¦xico real en el que las reformas socavar¨ªan las mismas condiciones sobre las que se alza el poder de su partido: el caciquismo, la sinecura de los nombramientos, el corporativismo de un sistema que no ha podido ser desmantelado desde la instalaci¨®n de la democracia electoral en los noventa. Jorge Zepeda, premio Planeta y director del digital Sin Embargo, escribe que lo que inicialmente quer¨ªa ser ¡°una pel¨ªcula ¡ªun nuevo relato¡ª se est¨¢ quedando en una foto fija¡± de aquel momento en diciembre de 2012 en que PRI, PAN y PRD firmaban el Pacto por M¨¦xico, y que hoy es una emergencia solo incipiente de lo nuevo, unas elecciones que ratifican pero a la baja lo antiguo, y una presidencia a la que le quedan tres a?os para reinventar el pa¨ªs.
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