Un nuevo rev¨¦s para La Haya
La Corte Penal ve da?ada su credibilidad tras la salida de Sud¨¢frica del presidente sudan¨¦s
La salida del presidente de Sud¨¢n, Omar al Bashir, de territorio sudafricano ha dado un nuevo rev¨¦s a la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya. Acusado de genocidio y cr¨ªmenes contra la humanidad, supuestamente perpetrados en Darfur, sobre el mandatario pesan desde 2009 y 2010 sendas ¨®rdenes de arresto emitidas por la fiscal¨ªa de la Corte Penal Internacional (CPI). Un tribunal sudafricano dict¨® este domingo una orden provisional para impedir que Al Bashir? abandonase el pa¨ªs, ante la orden de detenci¨®n de La Haya. Las autoridades sudafricanas no has respaldado tal petici¨®n y ha permitido el viaje de vuelta del presidente sudan¨¦s.
Al carecer de polic¨ªa, la CPI depende de la buena disposici¨®n de sus miembros para detenerle, y as¨ª se lo ha pedido a las autoridades de Pretoria. Al ver que asist¨ªa en Johanesburgo a la cumbre de la Uni¨®n Africana (UA), los fiscales recordaron al Gobierno de Jacob Zuma que Sud¨¢frica es miembro de la CPI. Est¨¢, por tanto, obligada a detener a Al Bashir y entregarlo a La Haya, su sede. No es la primera vez que el l¨ªder sudan¨¦s viaja desde que fuera se?alado por la justicia internacional.?
De haber sido trasladado a la CPI, Al Bashir hubiera sido el primer jefe de Estado en ejercicio procesado por el delito m¨¢s dif¨ªcil de demostrar, el genocidio. El problema es que tanto la UA como el presidente sudafricano, Jacob Zuma, critican ¡°el entrometimiento de la Corte Penal en sus pa¨ªses¡±. Consideran que solo se preocupa de perseguir presuntos criminales negros en el continente africano. Al quedarse de nuevo con las manos vac¨ªas, la CPI ve da?ada su credibilidad como la ¨²nica instancia dedicada a perseguir de forma permanente los peores cr¨ªmenes. Sobre todo desde que la fiscal jefe, Fatou Bensouda, decidiera suspender en 2014 sus investigaciones en Darfur ¡°por falta de apoyo del Consejo de Seguridad de la ONU¡±.
Conocido por sus desplantes a la CPI, Al Bashir tuvo a gala sumarse a la foto de familia de la Uni¨®n Africana en cuanto supo que se hab¨ªa pedido su arresto. Sus abogados explican su actitud en virtud de la inmunidad diplom¨¢tica otorgada por el Gobierno de Zuma a todos los l¨ªderes presentes. Se trata de una costumbre ¡°l¨®gica en este tipo de citas¡±, y por eso esperaban ¡°abandonar Sud¨¢frica este mismo lunes¡±.
Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas, record¨® este lunes que todos los miembros de la CPI ¡°deben arrestar a los acusados por sus fiscales¡±. ¡°El Gobierno sudafricano tiene que apoyar el esfuerzo de la comunidad internacional para hacer justicia a las v¨ªctimas de estos cr¨ªmenes horrendos¡±. Exactamente lo mismo que dijo el Centro Sudafricano de Disputas Judiciales, una ONG de Johanesburgo, y Amnist¨ªa Internacional, al pedir que lo retuvieran.
En su acusaci¨®n, la fiscal Bensouda, incluye tres cargos de genocidio (destrucci¨®n calculada de comunidades concretas, asesinato y da?os ps¨ªquicos), cinco cargos de cr¨ªmenes contra la humanidad (asesinato, exterminaci¨®n, deportaci¨®n, tortura y violaci¨®n) y dos cargos de cr¨ªmenes de guerra (ataques intencionados contra civiles y saqueo).
La ONU se?ala que al menos 500.000 personas han muerto en Darfur, y unos tres millones ha huido de sus hogares desde 2003. La regi¨®n est¨¢ al oeste de Sud¨¢n y el conflicto estall¨® ese a?o. Aunque la mayor¨ªa de los habitantes del pa¨ªs son musulmanes, la pugna es entre la etnia negra y la de origen ¨¢rabe. El Ejecutivo de Al Bashir (de ascendencia ¨¢rabe) niega haber apoyado a los milicianos yanyaweed, pero les ha proporcionado armas. Tambi¨¦n ha participado en ataques contra los pueblos Fur, Zaghawa y Masalit, sudaneses negros.
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